8-M | ENTREVISTA

Anna N. Schlegel, la mujer más influyente de Silicon Valley: "Sé qué es la discriminación"

Anna Schlegel Entrevista

Anna Schlegel Entrevista / Joan Cortadellas

Núria Navarro

Núria Navarro

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Anna N. Schlegel (Olot, 1968) es una de las mujeres más influyentes –si no la que más– de Silicon Valley, la fragua del futuro. Ella ya estaba allí en la era pre-Facebook, cuando todo se cocía en los garages. Llegó a San Francisco filóloga y se enroló en la innovación, trabajando en VMware, VeriSign, Cisco y NetApp y cofundando Women in Localization (comunidad global para el avance de las mujeres).

Hoy es vicepresidenta de Procore Technologies, acaba de presentar libro, 'Veritablement Global' (La Breu Edicions), y a su paso por Casa Seat, confesó los obstáculos (sexistas) que se ha encontrado por el camino.

¿Se paga caro ser mujer en la órbita del 'Big Tech'?

Sé qué es la discriminación. En 31 años me han discriminado de muchas maneras.

Cuénteme una.

En una de las compañías en las que trabajé, yo quería entrar un producto en Japón y un jefe me dijo que no era el momento. Junto a un ingeniero, lo hackeé, fuimos a Japón y en un mes conseguimos 60 millones de dólares. A la vuelta, yo tenía 43 años, la reacción fue, por una parte, ponerme como ejemplo de alguien que no se conforma –incluso me dieron un premio–, pero aquel jefe me amenazó con hacerme algo realmente malo...

"Sigo sentándome muy lejos, miro la puerta por la que saldré, hablo poco hasta no saber de quién me puedo fiar"

¿Físico?

Sí. Fue la primera vez que me ocurría en un ambiente corporativo. No dije nunca nada porque me dio miedo. Antes ya había aguantado que un alto directivo me cogiera la mano en una reunión, que otro me la pusiera sobre la pierna, una vez me metieron en un cuartito y, bueno, salí como pude.

Ahora es intocable.

Sigo sentándome muy lejos, miro la puerta por la que saldré, hablo muy poco hasta no saber de quién me puedo fiar. Y como líder, a cargo de miles de personas, paso muchas horas en recursos humanos pidiendo investigar a determinadas personas.

"Como líder, paso muchas horas en recursos humanos pidiendo investigar a determinadas personas"

¿Ha dado con un buen sistema de 'respuesta'?

Soy muy rápida y suelo utilizar el humor. La primera vez que vi que podía ser vicepresidenta de una compañía, la reacción de mi jefe fue "¡pero si tú tienes hijos!" (tengo dos, y adopté a otros dos). Le contesté: "¡Por eso!, tengo que costear cuatro carreras y necesito que me pagues mejor".

Se requiere valentía.

Siempre he sido valiente, muy fuerte, bastante cachonda y muy muy trabajadora.

Con eso no basta, me temo.

Nunca se dice que Silicon Valley es muy caro. Quería que mis hijos fueran a las mejores universidades y el dinero que entraba en casa no era suficiente. Yo era filóloga, salió un 'software' de traducción y vi que tenía que cambiar de rumbo. A mí me habría gustado ser jefa de diversidad de una empresa, ingeniera de pruebas, profesora de niños pequeños, entrenadora de voleibol [estuvo a punto de representar a España en los JJOO de 1992], pero pensé en hacer algo que no supiera el resto. Aprendí cómo globalizar una empresa.

La 'madre' de los males contemporáneos. Silicon tiene mala prensa.

¿Utiliza un 'smartphone', verdad? ¿Mira Netflix, cierto? ¿Busca en Google, no? Es como atribuir a la invención de la rueda malos propósitos.

Apuesto a que hay un montón de cosas que evita.

No me suscribo a nada. Voy por las tiendas diciendo que no quiero dar datos. Soy de las que llama al Estado de California para que saquen mi nombre de todas las listas de todas partes, constantemente.

Paradójico. Lideró NetApp, gigante del almacenamiento de datos.

Los datos dan información para tomar mejores decisiones empresariales. Pero yo quiero elegir quién los tiene. La seguridad social, el banco, mis abogados y LinkedIn.

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El Chat GPT se encargará de saber más.

¡Fui de las primeras en probarlo! Le pedí que hiciera un poema sobre los catalanes del área de la bahía de San Francisco. Y salió bastante bien. Pero la Inteligencia Artificial (IA) repite lo que encuentra, y los poetas crearán cosas que aún no se han escrito.

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