Esto no es el Pirineo, es Begues: el pueblo del Baix amanece con un palmo de nieve

Lo normal es que los vecinos de Begues desciendan por la falda del Massís del Garraf en busca de la playa interminable de Castelldefels. Pero la nevada de este lunes ha invertido el flujo entre estos dos municipios. Porque Begues este lunes se ha despertado con casi un cuajo de nieve de casi un palmo de grosor y no está en Alaska, está en la comarca del Baix Llobregat. Había que verlo y han sido numerosas las familias de Castelldefels que, ignorando incluso que era día de colegio, han trepado hasta Begues para pisar la nieve con sus propios pies. Según fuentes bien informadas –seis jubilados que almorzaban este lunes en una cafetería del centro del pueblo– hacía seis años que no caía una como esta. "Begues está precioso", apuntaba junto a la máquina de café la camarera que los atendía.

"En Castelldefels también ha nevado pero no ha cuajado", explica Sandra, una de las vecinas que se ha acercado a Begues por la mañana. Como Manuel y su hijo Eric, que se han olvidado de las clases para lanzarse bolas. "Aquí no nieva casi nunca y no volverá a ocurrir que además me pille en un día de fiesta, teníamos que venir", argumentaba Manuel para defender los novillos de Eric, a quien le ha parecido una idea estupenda.

También Thiago, que no lejos de allí guerreaba con su padre, ha faltado a la escuela. "Nunca había visto nieve tan cerca de casa", aseguraba su padre que, como Manuel, ha creído que, por un día, aprendería más tocando la nueve que en la escuela. Al otro lado de la carretera de Begues, varios grupos se han entregado a la tarea de hacer muñecos de nieve. Una postal demasiado navideña para un lunes 27 de febrero.

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Begues es un pueblo de unos 7.000 habitantes que está a más de 300 metros sobre el nivel del mar. Castelldefels, a 15 kilómetros de Begues pero ubicado en la primera línea del litoral, ha recibido la misma nevada, aunque allí no ha cuajado, como avisaba Sandra. "Hemos comenzado a trabajar a las siete de la mañana y en la arena no había nada de nieve", explicaba un grupo de albañiles que construyen una casa junto a la playa. "Solo ha quedado una capa muy fina sobre los coches", apuntaba otra vecina.

Han sido varios los vecinos de Castelldefels que se han despertado esperanzados ante la posibilidad de descubrir su playa blanqueada por la nieve. Pero no ha habido suerte. Sin embargo, al darse la vuelta y comprobar que el parque del Garraf sí parecía una montaña de los Pirineos, han cogido el coche y han subido a Begues. Hubiera o no colegio. Era día de nieve.