Auge de la violencia machista

¿Quienes son los 'incels', misóginos rabiosos con creciente fuerza electoral?

Lejos de ser un grupo inocente de hombres que no ligan, estos individuos conciben el mundo como una guerra de géneros

El autor del 'manifiesto incel', Elliot Rodger, mató a seis personas en California en 2014 para vengarse del rechazo de las mujeres

¿Quiénes son los INCEL? Odio, victimismo y supremacismo machista en internet

¿Quiénes son los INCEL? Odio, victimismo y supremacismo machista en internet /

Abel Cobos

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"Humanos… Todo mi sufrimiento en este mundo ha sido a manos de humanos, particularmente de las mujeres. Me ha hecho darme cuenta de lo brutales y retorcidos que son los humanos como especie. Todo lo que siempre quise es encajar y tener una vida feliz con el resto de los humanos, pero fui rechazado, forzado a vivir una vida de soledad e insignificancia, todo porque las hembras de la raza humana son incapaces de ver algo de valor en mí". Este texto, cuya autoría está supuestamente adjudicada a Elliot Rodger, se conoce como ‘incel manifesto’, una declaración de intenciones que resume los pilares de la comunidad ‘incel’, la abreviatura inglesa de celibato involuntario, subgrupo digital que acusa a las mujeres de ser las culpables de su soledad y de su incapacidad de tener relaciones sexuales

Según la activista feminista Emily Rawle, los ‘incels’ no son un grupo inocente de hombres que no ligan y no saben relacionarse con las mujeres, sino que es mucho más complejo. Tras la "soledad forzosa ‘incel'" se esconde una "rabiosa misoginia" que dibuja un mundo con hombres "cargados de odio hacia mujeres que no los escogen como parejas sexuales", a las cuales ven como "vengativas" y que siguen el feminismo "porque ven a los hombres como el enemigo". En resumen, los ‘incel’ ven el mundo como una guerra de géneros.  

Aunque en EEUU son un grupo con creciente fuerza electoral, en España el fenómeno 'incel' no ha llegado todavía a las grandes masas. La palabra 'incel' es prácticamente desconocida en la agenda política, a pesar de que nos haya llegado su retórica. Por ejemplo, los ataques hacia Irene Montero siguen el mismo patrón discursivo que los que sufre Kamala Harris en EEUU. O, incluso, los cinco hombres que forman parte de La Manada 2.0 de Castelldefels, que esgrimen las mismas proclamas misóginas para justificar su violencia. A pesar de ello, muchos comentaristas españoles restan importancia a las comunidades 'incel'’ asegurando que no son un peligro real, sino que los catalogan de "hombres tristes" que "los progres se dedican a humillar".

En España, el fenómeno 'incel' no ha llegado todavía pero los ataques a Irene Montero siguen su patrón discursivo

Matanzas en EEUU, Canadá e Inglaterra

Pero este movimiento no es una simple subcultura digital que se alimenta de veneno misógino, son una amenaza real. Elliot Rodger, autor del manifiesto al inicio del artículo, mató a balazos a seis personas en California en 2014. Cuatro años después, Alek Minassian, motivado por los textos de Rodger, cometió un atentado con 10 muertos y varias docenas de heridos en Toronto (Canadá). Según dejó escrito en Facebook, "había empezado la revolución ‘incel'". 

Más recientemente, en 2021, se hizo público el caso de Tres Genco, estadounidense de 21 años, acusado de planear el asesinato de una mujer (a la cual nunca se refirió como tal, ya que los ‘incels’ usan términos como hembra, ‘femoids’ o ‘foids’, juegos de palabras que las deshumanizan y las apuntan como enemigas). Genco también escribió un manifiesto, en el cual juraba "asesinar" por "odio, celos y venganza". El mismo día que escribió ese texto buscó en Internet qué universidades de su estado (Ohio) tenían agrupaciones y organizaciones femeninas y/o feministas.

El asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 también fue celebrado en comunidades ‘incel’. Muchos miembros insinuaron que habían participado o que simpatizaban con grupos como los 'Proud Boys', ultraderechistas que jugaron un rol protagonista en el ataque. De hecho, para muchos jóvenes la misoginia es precisamente la vía de entrada al supremacismo.

En 2022, los 'incels' no dejaron de ser noticia. En Inglaterra, en Plymouth, hubo un ataque terrorista 'incel' que fue laureado y aplaudido por los miembros de estas comunidades digitales. Y en California, Paul Pelosi, marido de la demócrata Nancy Pelosi, fue asaltado en su hogar por David DePape. Según la BBC, el agresor simpatizaba con grupos de ultraderecha vinculados a grupúsculos 'incel'. Como afirmaba Emily Rawle, los 'incel' "son un grupo más del amplio aspectro de la ultraderecha". 

El caso de Pelosi también estuvo rodeado de muchísima propaganda por parte de grupos políticos y figuras públicas hacia los cuales los 'incel' rinden simpatía. Por ejemplo, Elon Musk, admirado por estas comunidades misóginas, compartió rumores de que la agresión había sido motivada porque DePape era un examante de Paul Pelosi, poniendo la homosexualidad como catalizador de esta agresión, alejando la atención de los discursos ultraderechistas como motivación. En concreto, el CEO de Twitter compartió una noticia del 'Santa Monica Observer', medio que, como apunta la BBC, ya tenía acusaciones previas de 'fake news' relacionadas con los demócratas. 

Odio profundo hacia Kamala Harris

Pelosi no es la única bajo el foco de los 'incels'. En incels.is, foro a través del cual se articula una parte de la comunidad 'incel' estadounidense, hay decenas de mensajes dedicados a la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris. Por ejemplo, este extracto: "Kamala Harris está casada con Doug Emhoff, un hombre blanco […]. Estoy viendo una tendencia de mujeres negras que son de alta clase yendo a por hombres blancos", a lo que añaden: "todo lo que tienes que hacer para ascender socialmente es ser blanco y buscarte una zorra étnica, les encanta casarse con tíos blancos". Los comentarios misóginos y xenófobos siguen: "No es negra, es 'curry' [término racista que usan para referirse a su ascendencia india]" o "no os voy a mentir que la penetraba. De hecho, con el poder de la imaginación podría. Por supuesto, la hare más guapa en mi mente". 

Estas comunidades misóginas no solo suponen una amenaza por la violencia y el terrorismo, sino porque son un grupo con una considerable fuerza electoral. En las presidenciales de Estados Unidos de 2020, el foro incels.co animaba a votar a Trump porque si "Kamala gana, habrá campos de concentración para 'incels'", denunciaba un usuario. Como dato, si alguien ajeno a la política estadounidense se hubiese informado de los comicios a través de estos foros, pensaría que las dos opciones presidenciales eran Trump y Kamala Harris, puesto que todos los ataques a los demócratas iban dirigidos hacia ella, no hacia Joe Biden. Obviamente, por la carga misógina y racista.

Y aunque en Estados Unidos no consiguieron su ansiada victoria, en Corea del Sur sí. Como alertaba la periodista Carmel Richardson, "los 'incels' también votan", refiriéndose a la victoria en marzo de 2022 de Yoon Suk-yeol que, a través de proclamas antifeministas, apeló al voto 'incel' surcoreano, ese sector de la sociedad que se quejó de que el Gobierno empezase a tomar acciones contra las cámaras escondidas en baños públicos de mujeres. 

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