Aycha: “Con miedo no puedes luchar por tu futuro”

Aycha no es su nombre real, pero sí su historia. Nacida en Marruecos hace 43 años, esta mujer que, por motivos de seguridad, debe guardar anonimato, llegó a España en 2016 huyendo de la violencia y la explotación sexual. No tenía nada, solo la determinación de salir adelante. Atendida por los recursos de la red de atención a mujeres víctimas de violencia de género y trata, estuvo en casas de acogida y albergues de personas sin hogar hasta que, en verano de 2019, accedió a una casa de La Morada Housing First, un proyecto de la Asociación AIRES, de Madrid, que proporciona una vivienda individual y digna y apoyo psicosocial a mujeres que sobreviven a situaciones de sinhogarismo y violencia. El programa, que busca la recuperación personal y la autonomía de cada una de las mujeres, cuenta con el impulso de la Convocatoria de Ayudas a Proyectos Sociales de la Fundación ‘la Caixa’. Aycha ha pasado de luchar por su vida a luchar por sus sueños.

-¿Qué significó para usted acceder a un piso de La Morada Housing First?

-Desde que llegue a España siempre tuve miedo de que me devolvieran a Marruecos, de no tener un sitio donde dormir… Los albergues no me servían, no me ayudaban a reconducir mi vida. Tener una vivienda es esencial para tener una vida digna. Ahora me siento con fuerzas para luchar por mi futuro.

-¿Le ha dado la oportunidad de recuperar su vida?

-Sí, eso es. Me costó un tiempo creerme de verdad que tenía una casa. Pero atrás quedaron los miedos y la ansiedad; ahora, cuando me voy a dormir, me ducho o me preparo la comida y la puerta está cerrada, me siendo segura. Estoy genial.

-¿Qué pensó la primera vez que cruzó la puerta de su casa?

-Lloré y reí al mismo tiempo. Me tiré al suelo y las trabajadoras de La Morada Housing First que me acompañaron acabaron también en el suelo riendo, gritando y llorando conmigo. Pero me tranquilizaron y ofrecieron la mano que necesitaba para seguir adelante. Luchar por un futuro estando en la calle es muy difícil. Si no descansas, no duermes, si tienes miedo no puedes hacer nada.

-Además de ofrecerle la vivienda, ¿en qué más la ayuda el equipo?

-En muchas cosas: hacen un seguimiento de mi caso, que vaya a las citas con los médicos, con las psicólogas, cada semana vienen a verme, a ver si estoy bien, si me molesta alguien, si sigo mis estudios. Son mis amigas, mi familia.

-¿Qué ha aprendido de la vida y de usted misma en ese tiempo? 

-Uy, muchas cosas. Estoy tranquila, estoy estudiando y buscando trabajo y he conseguido convalidar el carnet de conducir. Me siento como una persona que tiene derecho a hacer su vida. Ahora, con la psicóloga, estamos trabajando la confianza en la gente. No confío, son demasiadas veces las que me han hecho daño y se han aprovechado de mí.

-¿Qué planes tiene para el futuro?

-Estudio en una escuela de adultos, tres días a la semana, matemáticas y castellano. Estoy aprendiendo cosas nuevas. Me encantaría trabajar de masajista, estética y maquillaje. Es un trabajo que también supone ayudar a la gente, y eso me encanta. Pero necesito estudiar más. Mi profesora me dice que necesito unos tres años de formación. Quiero trabajar para ganar mi dinero, poder alquilar mi propia vivienda, mejor fuera de la ciudad, porque me gusta la naturaleza. Mi sueño es montar un negocio pequeñito. 

-¿Qué les diría a otras mujeres que han pasado por situaciones similares a la suya? 

-Que olviden el pasado y que piensen en su futuro. Levantarse feliz y luchar por salir adelante. Y que se convenzan de que pueden llegar a cumplir sus sueños, como todas las personas. No hay que poner límites a los sueños. Cuando cuento mi vida, la gente se extraña de que esté viva y haya llegado hasta aquí.