5 soluciones para afrontar un futuro (distópico)

Identificar al dueño del discurso (Enric Pol, catedrático de Psicología Social y Ambiental de la UB)

Enric Pol sugiere determinar cuál es el discurso dominante –"los grandes 'think tanks' toman el control de los procesos humanos y de las dinámicas ambientales para defender sus propios intereses"–, y ver qué se puede corregir. Y luego comunicar con una fórmula similar a "por la información que tenemos hasta el día de hoy, lo mejor es hacerlo así, pero puede que mañana haya un cambio de información".

Comunicación (Marc Martí-Costa, doctor en Políticas Públicas y Transformación Social)

El investigador del Institut d’Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona, que dirigió el informe 'Resiliència municipal davant la crisi de la covid-19 a Barcelona', apuesta por una "comunicación asertiva, científicamente robusta y realista en un entorno cambiante".

Fijar plazos (Dominique Méda, socióloga)

La directora del Institut de Recherche interdisciplinaire en Sciences Sociales urge a los políticos a "establecer metas estrictas a 20, 10 y un año y revisar cada ejercicio si se han alcanzado". Se puede, sugiere, elegir un escenario central, dando detalles sobre la producción de energía, la reubicación de la producción, la renovación térmica de los edificios, la transformación de la agricultura, la revisión de la infraestructura de transporte. 

Medidas para no volver a la cueva (Andreu Escrivà, ambientalista)

Según Escrivà, no se trata de volver a la cueva. "Hay mucho margen de maniobra sin reducir nuestro bienestar –el teletrabajo, acabar con las reuniones presenciales, la semana laboral de cuatro días–. Cuanto antes recortemos, menos brusco será el impacto". Tiene el convencimiento de que, si se explica bien y se reparte de forma justa, la corrección del rumbo posible.

Organización Mundial de las Emergencias (Rafael Vilasanjuán, director de ISGlobal)

Rafael Vilasanjuán, exsecretario general de Médicos sin Fronteras, trabajó en zonas de conflicto como Afganistán, la República de Chechenia, Somalia, Sudáfrica, la República Democrática del Congo y Colombia, y constató que "en los países en los que en cualquier momento aparecen emergencias y no hay respuestas públicas, saben que prevenir es más barato y eficaz". En ese sentido, propone "una organización mundial de las emergencias".