La educación en Catalunya

¿Y después de bachillerato, qué? La orientación, la asignatura pendiente de escuelas e institutos

Los expertos denuncian la información "superficial" que reciben los jóvenes

Educació tiene previsto elaborar esta legislatura un decreto sobre orientación

Alumnos de FP del instituto Joan d'Àustria de Barcelona.

Alumnos de FP del instituto Joan d'Àustria de Barcelona. / Zowy Voeten

Montse Baraza

Montse Baraza

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Y después del bachillerato, qué? Selectividad y universidad son las palabras que automáticamente vienen a la mente. Pero la realidad es que no son la única opción. Aunque en según qué escuelas e institutos sí que lo parecen si uno se fija en la orientación que dan a su alumnado de 2º de bachillerato. Y es que la orientación sigue siendo la asignatura pendiente del sistema educativo, y también de las familias. El Departament d'Educació tiene sobre la mesa, como tarea para esta legislatura, la elaboración de un decreto sobre orientación.

Es habitual que haya familias que para elegir escuela pregunten por las notas que ese centro tiene en selectividad, y quizás sería más útil preguntar por cómo orientan a los alumnos y cómo les ayudan a elegir. "Las familias ven la orientación como algo lejano y no se le da la importancia que merece. Luego, en bachillerato se tiran de los pelos porque ven a sus hijos perdidos y se lamentan de que ojalá el colegio hubiera orientado mejor a los chicos", analiza Juan José Juárez, senior project manager de la Fundación Bertelsmann, entidad que se dedica a acompañar a centros educativos que quieren mejorar esa labor orientadora.

También apunta a los colegios: "No perciben las consecuencias de una mala orientación porque los alumnos ya han salido del centro. No tienen incentivos directos de mejora. Pero si, por ejemplo, supieran que un tercio de su alumnado abandona los estudios posteriores a bachillerato, igual verían que algo han hecho mal".

Y es que el error es pensar que la orientación se puede hacer en bachillerato y en base exclusivamente a varias charlas y a la visita a alguna feria tipo Saló de l'Ensenyament. "La orientación es un proceso continuo que se debería iniciar en 1º de la ESO para preparar los años de transición, que son 4º de la ESO y 2º de bachillerato. No se puede iniciar el proceso en esos cursos", subraya Juárez.

Los efectos de la orientación superficial

La orientación 'de última hora' provoca, apunta este experto, que centros y alumnos se centren en buscar información precisa como los trámites, las notas de corte o los folletos con la oferta de grados. "Es una orientación superficial. Los alumnos acaban eligiendo por el nombre de la carrera, por el precio del grado o la ubicación de la universidad. No profundizan en el plan de estudios, en el contenido de ese grado, y eso marca el terreno de juego". Las consecuencias de esa falta de mirada profunda y tranquila, añade, es el abandono universitario. "Según los últimos datos del Ministerio de Universidades, un 20,8% de estudiantes abandonan la universidad y un 12,4% cambia de grado. Esto significa que hay un 33,2% de alumnos que se equivocaron al elegir", añade.

La orientación tranquila debería trabajar, apunta el directivo de Bertelsmann, quién es el alumno, qué se le da bien, que talentos tiene, qué le cuesta, qué logra con facilidad, el autoconocimiento, en definitiva. "Llegan verdes a bachillerato porque no se ha trabajado todo esto". Conocer experiencias profesionales y analizar la estructura académica de los estudios serían los otros puntales de esa formación ideal.

Peor en la FP

Y la situación es peor en la orientación hacia la Formación Profesional. Aquí se suman estereotipos caducos y la falta de conocimientos de los orientadores. "Los orientadores están perdidos con la FP. Vienen de la universidad y no tienen un conocimiento profundo de lo que hoy es la FP. Les cuesta recomendar lo que no conocen. No hay proceso orientador ahí". Y concluye que "la mayoría de estudiantes llega a los ciclos superiores por casualidad".

Conscientes de este vacío, Educació está formando a directores y tutores de 2º de bachillerato, así como a orientadores, a quienes se les están dando instrumentos para orientar sobre la FP. "El objetivo del Departament es seguir avanzando en el camino de impulsar la FP", han señalado desde la 'conselleria'.

Miquel Tarazona, coordinador de FP del instituto Joan d'Àustria de Barcelona, confirma que el estudiante que llega a un ciclo formativo de grado superior suele informarse fuera de su centro educativo. "Se informan a través de webs o foros y llegan teniendo claro qué quieren estudiar". En este instituto han detectado que desde hace unos tres años hay un aumento progresivo de alumnado de grado superior procedente de Bachillerato. "Hay un aumento del prestigio de los ciclos. La Administración ha hecho un trabajo de potenciación y eso está dando frutos", apunta Tarazona. Lo que siga faltando, opina, es dar una mayor visibilización de todas las profesiones que ofrece la FP. "Falta mostrar la cantidad de opciones que existen".

Entre su alumnado de ciclo superior, además de alumnos procedentes de grado medio y de bachillerato, también hay un porcentaje creciente de universitarios que, o bien han dejado la carrera o bien ya la han acabado y quieren ampliar sus posibilidades. Las salidas laborales son también un plus. "Hay una gran velocidad de inserción laboral", confirma Tarazona. En segundo curso, muchos de los estudiantes ya tienen trabajo u ofertas. En este instituto, especializado en informática, los recién titulados de grado superior que se incorporan al mercado de trabajo lo hacen con sueldos de inicio de entre 24.000 y 30.000 euros brutos al año.

Romper barreras

El Joan d'Àustria es un centro que imparte ESO, bachillerato y FP. Ello hace que cuide mucho la orientación de sus alumnos y les plantee un amplio abanico de opciones. Desde hace dos años, además, este centro participa en el programa X-celence-Escuelas Que Inspiran de la Fundación Bertelsmann que busca mejorar esa orientación. "La idea es vincular al alumnado ya desde ESO y hasta Bachillerato para que tenga una visión más ajustada de sus opciones desde la motivación personal de la profesión", explica la orientadora del centro, Nerea Guerendiain. Este proyecto les ha llevado a implicar a todo el profesorado en la orientación "para que en la medida de lo posible relacionen sus materias con profesiones". Es pues una orientación desde el aula, que se suma a la orientación desde la tutoría.

Guerendiain subraya el cambio que se ha producido en el sistema educativo en los últimos años. "Antes se decía 'el que vale para Bachillerato, y el que no para FP'. Eso eran barreras. Ahora hay diferentes caminos para todos. Se trata de romper barreras y crear nuevos caminos que permitan que ningún alumno quede colgado, que encuentren su camino y que todos estén formados", subraya, haciendo hincapié en que es importante incidir en las familias. "Hay un trabajo de transmisión que hacer, que vean todas las opciones", dice.

En el instituto Miquel Biada de Mataró también perciben este aumento de alumnos de Bachillerato que optan por un ciclo superior de FP. "La FP está experimentando un cambio radical, una revalorización muy importante, con una oferta muy amplia. Lo vemos ya en 4º de ESO, donde cada vez hay más alumnos que eligen un ciclo", explica la directora, Teresa Comas. En este centro, que imparte ESO, Bachillerato y FP, desde hace un par de años tienen a dos orientadores que se dedican en exclusiva a temas de Bachillerato y FP. La orientación la completan a través de las tutorías y de jornadas que organiza cada departamento del centro y que incluyen conferencias de profesores y testimonios de alumnos. Además, reciben peticiones de otros centros para que vayan a dar charlas sobre los ciclos. Comas también ve claro que "falta orientación personalizada". "Se hace, pero hay que incidir más en ello", apunta.

Suscríbete para seguir leyendo