Discurso de una activista en el pleno sobre Salud Mental
...y Mercè ha puesto al Parlament en pie
El testimonio en primera persona sobre salud mental emociona a la Cámara
Fidel Masreal
Periodista
Licenciado en Ciències de la Comunicació por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), curso de periodismo jurídico-político por la UAM-El País, ha ejercido como periodista político en Onda Cero, diari Menorca, Ràdio Barcelona (cadena SER) -donde fue jefe de la sección de Política- y Els Matins de TV3. Desde septiembre del 2008 es redactor en El Periódico, primero como cronista parlamentario en Madrid y en la actualidad especializado política catalana. Autor de "Conviure amb la depressió" (Mina, Eniclopèdia Catalana, 2007), "Game Over: els partits polítics, corrupció i vicis del sistema" (La Mansarda, 2013), "Cuentos Ex" (Magma Editorial, 2019) y "Contes del procés" (Magma, 2019). Colabora como analista en TVE, Catalunya Ràdio, SER Catalunya y RAC-1, entre otros.
No, no es fácil lograr aplausos unánimes en el Parlament. Y menos en los últimos años. Además, este martes la cosa empezó con otra bronca entre la presidenta de la Cámara y Ciutadans. Con gritos y pataleos impropios de mayores de edad. Mientras, perplejos, los representantes de las entidades que trabajan en favor de la salud mental esperaban educadamente a tener la palabra. Y entonces ha acudido al atril no un presidente ni una diputada, sino Mercè Torrentallé, vecina de la Noguera, delineante, proyectista técnica en riesgos laborales, aficionada a pintar, a leer... y que ha sufrido problemas mentales. Ha llegado, pausadamente, y pausadamente ha explicado su vivencia. Y se ha hecho magia, como en pocas ocasiones en el Parlament: se ha hecho el silencio porque por una vez, la cruda realidad, sin filtros, ha penetrado en el elegante hemiciclo. Y de la bronca previa se ha pasado a un silencio respetuoso, coronado por un aplauso unánime. Unánime, sí, por una vez. En pie, todos los diputados y todo el Govern, por el relato de Mercè.
Y Mercè, activista de Obertament, implicada en mil batallas desde hace décadas, les ha hablado de cómo estuvo atada durante cuatro días sin poderse cambiar de ropa, internada. Les ha hablado de cómo a quien sufre no se le escucha. De que no se trata de enfermedades con patas, sino de personas que, como ella, sufren discriminación . Ella y su propia hija, en su pequeño pueblo de 2500 habitantes. Le duele especialmente lo de su hija.
Personas que reclaman poder ser responsables de sus decisiones y una vida digna. Nada más. Que piden que la salud mental se aborden de forma integral, no a trocitos. Personas que acaban pagando de su propio bolsillo los tratamientos.
Mercè les ha hecho a los diputados, siempre de forma pausada, un repaso sobre las causas biológicas, psicológicas y sociales, del trastorno mental, y les ha advertido de que "no estamos brotados durante los 365 días al año", y que cuando van a la consulta, el médico escucha antes a los acompañantes que a la persona protagonista: quien sufre el trastorno.
Un mensaje de esperanza
Mercè no es política, y no criticó a un partido o a un gobierno, ni pidió dinero, ni trenzó frases rimbombantes. No. Habló a los diputados y al Govern de esperanza. Y les habló del nogal, y de su fruto, la nuez. Con tres capas, una parte verde y tierna, una parte dura, la cáscara, y finalmente el fruto. Les dijo todo esto para pedir no desfallecer y conseguir que las semillas den frutos. Les pidió a los diputados que sean semillas para "generar frutas y que los jóvenes y los no tan jóvenes tengan una vida sin tanto sufrimiento".
Mercè ha hablado de forma sencilla, clara, pausada, pidiendo algo tan aparentemente de sentido común como que las personas con problemas de salud mental quieren ser "ciudadanos de pleno derecho". Ha pedido recursos, sí, y apoyo comunitario, también, pero ha hablado sobre todo y ante todo de dignidad, de una sociedad justa, inclusiva y con perspectiva de género.
Así ha sido como de forma extraordinaria y nada habitual, el Parlament entero ha escuchado atentamente un discurso y ha aplaudido unánimemente a la persona que lo ha pronunciado, Mercè Torrentallé, activista, luchadora y, ante todo, ciudadana.
Aragonès propone el plan
Tras ella, el 'president' Pere Aragonès, ha elogiado profundamente el discurso de Mercè y ha desgranado un mensaje que no ha obviado la autocrítica por las insuficiencias del sistema de salud mental, para lo cual ha detallado las bases de un pacto nacional basado en los derechos humanos, la visión de país más allá de la actuación sanitaria, la sensibilización, la prevención y detención en la escuela, el trabajo y los servicios sanitarios, la transformación de la red de salud mental con más profesionales y actuando preventivamente; la atención personalizada, la actuación en la población infantil y juvenil, la perspectiva de género, la situación de las cárceles y el apoyo a las familias, escuchándolas. Aragonès ha hablado de la salud mental en términos de pandemia y del bienestar emocional en términos de emergencia. Ha hablado de reto de país.
Y tras él, el líder de la oposición, Salvador Illa, ha mantenido el espíritu de esta primera parte de la sesión, y ha felicitado sin tapujos al Govern por la celebración de este pleno monográfico y ha ofrecido el apoyo de su grupo a la Generalitat en el trabajo por la mejora de la atención en salud mental.
Mientras, Mercè Torrentallé escuchaba atentamente desde la tribuna de invitados, tras haber logrado esa extraña situación en el Parlament: silencio, respeto y aplauso unánimes.
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