Crisis climática

India exige ayuda a los países ricos para cumplir con la neutralidad de carbono

Hasta ahora, el país había rehusado cualquier compromiso para limitar el calentamiento global

Un agricultor en su tractor pasa por delante de una fabrica de azúcar en Baghpat en la India

Un agricultor en su tractor pasa por delante de una fabrica de azúcar en Baghpat en la India / Danish Siddiqui / Reuters

Adrián Foncillas

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India ha notificado al fin una fecha para alcanzar la neutralidad de carbono y ha expedido la factura a los ricos. Ha sido una decisión tan conveniente como imprescindible porque el planeta necesita tanto que el mundo en desarrollo frene sus emisiones como este que los culpables del desaguisado global financien su tránsito hacia las energías renovables.  El primer ministro, Narendra Modi, animó la cumbre climática del COP 26 desvelando por sorpresa que su país alcanzará la neutralidad de carbono en 2070.

El anuncio permite lecturas opuestas. El horizonte es lejano, una década más allá que China y dos más que Estados Unidos y la Unión Europea. Pero no escasean razones para ver el vaso medio lleno. India había rehusado cualquier compromiso con tozudez hasta ahora, la cumbre de Glasgow languidecía por la falta de novedades desde Estados Unidos y China y el objetivo indio, aunque tardío, es compatible con los Acuerdos de París para limitar el calentamiento global a 1,5 grados con respecto a los niveles pre-industriales.  

El discurso de Modi transitaba por caminos trillados sobre la urgencia de modificar el estilo de vida para eludir la catástrofe cuando aludió a los "cinco elixires" indios contra el cambio climático. Además de la neutralidad de carbono, también prometió logros sustanciales para 2030: alcanzar los 500 gigavatios provenientes de fuentes no fósiles, obtener de energías renovables la mitad de su cóctel, rebajar sus emisiones en mil millones de toneladas y reducir al 45 % la intensidad del carbón. El problema es quién paga el viaje y Modi señaló a los culpables históricos. “La expectativa india es que las naciones del mundo desarrollado desembolsen un billón de dólares para financiar la lucha contra el cambio climático lo antes posible”, dijo Modi aludiendo a una cifra que multiplica por 10 el presupuesto anual previsto por los países ricos. No fue el único que en la apertura del COP26 lamentó los tercos retrasos del primer mundo en cumplir con sus promesas de financiar la descarbonización de los países pobres.

Un país vulnerable

India es uno de los países más vulnerables a los cambios climáticos. Sufre olas de calor devastadoras, inundaciones, sequías, alteraciones en los ciclos monzónicos y ha perdido una quinta parte de sus bosques en 20 años. Su cuadro medioambiental es desolador. Las ciudades indias han relevado a las chinas en los listados globales de las más contaminadas del mundo y no hay ciudad más hostil para la vida humana que Nueva Delhi. India se erige en la voz de los desfavorecidos con los argumentos que defendía China: los países atareados en sacar a su población de la pobreza no merecen los mismos sacrificios que los que contaminan para que su población cambie de teléfono móvil cada seis meses.

India ya sufre cortes de suministro que castigan a su población e industria. Extrae del carbón el 70% de su energía y rebajar el porcentaje en un contexto de demanda creciente se antoja quimérico sin ayuda. A China le ha costado esfuerzos gigantescos reducir ese 70% hasta el 56 % en quince años pero ni el desarrollo económico ni la eficacia gubernamental indias son comparables. “No podremos conseguirlo por nosotros mismos si tenemos que pensar también en nuestra economía”, había avanzado el ministro de Medioambiente, Bhupendra Yadav, la semana pasada. “India es una víctima del calentamiento global, no un culpable”, aclaró el ministerio. 

China lidera la clasificación de emisiones globales e India es la tercera. Si atendemos a la contaminación per cápita, más razonable para medir las culpas, salen mejor paradas. India, con un 5% de emisiones y un 17% de la población global, está a la cola de las grandes economías: 12 indios consumen la misma electricidad que un estadounidense. “En lugar de un consumo absurdo y destructivo, necesitamos un uso consciente de la energía. Esa elección, si la toman miles de millones de personas, puede llevar la lucha contra el cambio climático un paso más allá”, razonó Modi.