Entrevista al intensivista Ricard Ferrer

"Es muy triste tener que ingresar en la uci a un paciente que ya debería estar vacunado"

Aunque la vacunación ha minimizado la atención sobre las ucis, el doctor Ricard Ferrer, presidente de la sociedad de intensivistas SEMICYUC y jefe de servicio del Vall d'Hebrón, advierte en esta entrevista de que cada día ingresan pacientes de grupos de edad que ya deberían estar protegidos. Asimismo, hace un repaso de los cambios y retos que han afrontado las ucis con la pandemia.

BARCELONA 03 05 2021  doctor Ricard Ferrer  en la UCI de Vall d Hebron  El es el presidente de la sociedad medica de intensivistas FOTO de FERRAN NADEU

BARCELONA 03 05 2021 doctor Ricard Ferrer en la UCI de Vall d Hebron El es el presidente de la sociedad medica de intensivistas FOTO de FERRAN NADEU / Ferran Nadeu

Patricia Martín

Patricia Martín

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Antes de la pandemia, ¿cómo estaban dotadas las ucis españolas?

Teníamos nueve camas de críticos por 100.000 habitantes y los países más cercanos entre 12 y 15 y Alemania 30. Esto provocaba que, en picos asistenciales, ligados al periodo gripal, tuviéramos escasez.

La llegada del covid, ¿qué implicó en los primeros momentos?

El principal problema fue precisamente que no había camas suficientes y se tuvo que hacer un despliegue muy rápido, en espacios improvisados y con un equipamiento no óptimo. Había, por ejemplo, pocos respiradores, por lo que se tuvo que usar los de quirófanos, el transporte, plazas de toros, clínicas veterinarias…. Después del verano, ya se han dispuesto espacios mejor dotados y con más equipamiento.

¿Qué hicieron para coordinar el trabajo entre diferentes hospitales?

Antes de que la situación fuera complicada, SEMICYUC preparó un plan de contingencia para dar respuesta al incremento tan fuerte de la demanda. Y cada semana celebramos una reunión de los jefes de servicio de las ucis de toda España, donde se compartía información de aspectos organizativos y de tratamientos, sobre todo de los servicios que tenían más pacientes, al resto. Y publicamos documentos sobre triaje, tratamientos, etc. que también fueron ayudando a los intensivistas a homogenizar el servicio.

"Cada día vienen muchos pacientes de los grupos de edad que ya deberían estar vacunados"

— Ricard Ferrer

Pero llegó un momento que fue tan grande la expansión del virus y la falta de recursos que no se pudo atender a todos los pacientes. ¿Se podría haber evitado?

El triaje forma parte de cualquier actividad médica, lo importante es que todos tengamos criterios homogéneos y el criterio médico prevalezca. Por ejemplo, cuando uno tiene que hacer un trasplante de pulmón, tiene una lista donde están los pacientes priorizados. En las cirugías, también hay una lista de espera.

Pero aún hoy, el Ministerio de Sanidad y las comunidades no han elaborado unas instrucciones comunes de priorización para las ucis, ¿siguen siendo necesarias?

Ahora ya no es tan necesario porque podemos ingresar en las unidades de críticos a todos los que pacientes que obtienen un beneficio. Pero sí que hay otros factores que la administración podría regular y que tienen importancia en la equidad. Y es que cuesta entender que un hospital tenga que parar la actividad quirúrgica porque está tensionado y otro, en el mismo territorio, no. Parece más razonable que compartamos todos los recursos, antes de parar la actividad.

¿Qué siente un profesional al saber qué hay pacientes que se quedan sin tratamiento por falta de camas o que se desprograman operaciones?

Siempre es muy frustrante y triste ver personas que no llegan al tratamiento. Tenemos cada día cientos de pacientes que ingresan y deberían estar vacunados y no lo están porque se ha tomado una decisión de priorización o ha habido una decisión administrativa que ha retrasado la vacuna. Es decir, cuando se toman decisiones de vacunar a un grupo sí y a otro no, seguramente pesa mucho en la decisión el efecto adverso de la vacuna, pero no estamos considerando los efectos de no vacunar, que los vemos cada día, porque nos vienen muchos pacientes de los grupos de edad que ya deberían estar vacunados. Para el clínico es muy frustrante y triste tener que ingresar un paciente en la uci que debería estar ya protegido.

¿Qué decisiones administrativas, en su opinión, han retrasado la vacunación?

Hay decisiones que se han entretenido en los despachos. Por ejemplo, cuando han aparecido efectos secundarios de trombos poco frecuentes, la EMA ha tenido que reevaluar las vacunas [la de AstraZeneca y Janssen] y la toma de decisiones se ha retrasado innecesariamente.

El doctor Ricard Ferrer, jefe del servicio de medicina intensiva del hospital Vall d'Hebron y presidente de la sociedad medica de intensivistas SEMICYUC.

El doctor Ricard Ferrer, jefe del servicio de medicina intensiva del hospital Vall d'Hebron y presidente de la sociedad medica de intensivistas SEMICYUC. / Ferran Nadeu

¿Cómo ha cambiado el trabajo en las ucis con la pandemia?

Ha cambiado de forma muy importante. Con las ucis tan expandidas, hemos tenido que organizar el personal, que hace un horario más a turnos, lo que obliga a hacer más guardias. Los espacios son también más flexibles, al igual que el perfil de los profesionales. Además ha cambiado la gestión de recursos materiales. Antes trabajábamos con estoc para tiempos cortos, pero ahora sabemos que hay fluctuaciones de suministro, por lo que tenemos estoc para cubrir contingencias de meses. 

"La mortalidad ha bajado del 40% en los primeros momentos al 20% en los pacientes covid ingresados en uci"

— Ricard Ferrer

Gracias a un mayor conocimiento científico-clínico, ¿la mortalidad de pacientes covid en uci ha descendido?

Sí, ahora está por debajo del 20%, cuando al principio se llegó a mortalidades de hasta el 40%. Si bien, no creo que descienda mucho más, porque en las ucis entran los pacientes más graves.

Tras el aprendizaje de lo sucedido en la pandemia, ¿qué cambios a medio-largo plazo necesitarán los hospitales?

Ha quedado claro que el número de camas uci se tiene que aumentar hasta las 12 o 14 por 100.000 habitantes. Pero para ello hay que formar más intensivistas, no es suficiente con 200 plazas MIR al año. Además, se debe crear la especialidad de enfermería intensiva.

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