CORONAVIRUS
Semana Santa, ¡al balcón con ella!
Es Viernes Santo de confinamiento y hay barrios en los que el ¡Resistiré! no tiene nada que hacer frente a las marchas de una Semana Santa porque, pese a haberse suspendido todos los actos oficiales por la crisis del coronavirus, los balcones acogen estos días versiones caseras de la celebración con su propia banda sonora.
En los Poblados Marítimos de València cuando se empiezan a apagar los aplausos a los sanitarios, Rafa saca su tambor y en su estrecha terraza bajo la atenta mirada de su mujer y su hija empieza a interpretar los ritmos que cualquier otro año estaría tocando en la calle. Esta noche es la noche grande de la Semana Santa Marinera y todas las coferadías salen con sus pasos. Pero esta vez no.
"Bueno, ya van dos años porque el año pasado llovió pero esto es diferente. Esta noche saldríamos todos juntos", apunta con un punto de tristeza mientras trata de no perderse. Cuando acaba, le pasa el testigo a Jaime, su compañero en los Granaderos del Grao, que espera su turno en la calle de atrás.
"He salido a tocar todos los días desde que empezó la Semana Santa y lo haré hasta que acabe", cuenta a voces Jaime a EL PERIÓDICO. "Y eso que el bafle que tengo no es muy grande", lamenta risueño mientras los vecinos le animan.
Un par de calles más allá, un vecino tira de videoteca para proyectar cada noche en la fachada que tiene enfrente la procesión que debía estar recorriendo el barrio en ese momento. Una imagen de Cristo sirve de 'Carta de ajuste' hasta que empieza la película.
Entre los primeros que se resistieron a suspender sin más la Semana Santa estuvieron algunos cofrades de la localidad alicantina de Callosa de Segura. Las horas de aburrimiento les llevaron a preparar una particular procesión y finalmente la Virgen de los Dolores cumplió con la tradición y desfiló por sus calles, sólo que unos metros más arriba de lo que lo suele hacer.
Por la noche montaron una estructura de poleas y de buena mañana el paso empezó su bamboleante camino. Se trataba en realidad de una muñeca tipo Nancy vestida para la ocasión por una vecina modista con los retales que se habían ido encontrando por casa y de una enclenque pero voluntariosa estructura de madera decorada con un mantel de los que se usan para sacar los entremeses en Navidad. Pero las caras y los aplausos de los vecinos confirmaron que dio el pego.
Tras el ejemplo de Callosa, otras localidades como Monover u Orihuela imitaron el rudimentario sistema e incluso hubo quien se animó a realizar pequeños desfiles en estos bien concurridos balcones y consiguieron que el COVID 2019 no acabara por completo con la Semana Santa.
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