esquivar el coronavirus

Los alumnos del Liceo Francés esquivan el coronavirus con clases por internet

Jordi, alumno de 14 años del Liceo Francés, de Gavá, recibiendo esta misma mañana su clase, conectado desde su casa en Castelldefels.

Jordi, alumno de 14 años del Liceo Francés, de Gavá, recibiendo esta misma mañana su clase, conectado desde su casa en Castelldefels. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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La vida de Jordi, de 14 años, y de su hermano Eudald, de 11, así como el día a día de sus 1.378 compañeros en el colegio Liceo Francés Bon Soleil, de Gavà, no ha cambiado ni un ápice. Nada. Bueno, muy poco. Se levantan a las ocho, desayunan y a las nueve empiezan, como siempre, las clases. Hasta las cinco de la tarde. Su horario normal. Como ellos no pueden ir al cole, el cole ha entrado en sus casas de forma virtual, real. Su colegio lo tenía todo pensado. No perdieron un solo día de clase. El jueves de la semana pasada les dijeron que recogieran sus cosas del pupitre y se fueran a casa y, al día siguiente, viernes, a las nueve de la mañana, siguieron con las clases vía ordenador de mesa, portátil o, si querían, incluso móvil.

"Nosotros lo teníamos claro desde el mismo momento en que empezamos a sospechar que se cerrarían los colegios", explica Jean-Bastien Urfels, director del Liceo Francés de Gavà. "Lo teníamos todo pensado y casi en marcha. No podemos permitirnos el lujo y menos con los alumnos de bachillerato, también con los ‘peques’, sí, pero menos con los mayores, de perder días, semanas, meses o cursos. Ni a nivel pedagógico ni a nivel estructural, como colegio, podíamos fallar a las familias que nos han confiado la educación de sus hijos. Queríamos demostrarles que, incluso en estas circunstancias tan especiales, jamás vividas, éramos capaces de que sus hijos siguiesen recibiendo la educación en la que invierten".

Una fórmula a imitar

La experiencia de este centro que, al parecer, también protagonizan el American School y el OAK House School, con los que EL PERIÓDICO no ha podido ponerse en contacto al estar cerrados, uno hasta el 27 de marzo y el otro, hasta el 30 de marzo, va en la línea de una idea que baraja la Conselleria d’Educació, pues estudia la posibilidad de intentar implantar un modelo parecido en los demás colegios catalanes.

"El aula virtual -explica Lorena Balsells, responsable de Comunicación del Liceo Francés- empieza y termina a la misma hora que empezaba el colegio normal. Los profesores dan los buenos días a las nueve de la mañana, a través de la plataforma 'Classroom', de Google Chrome, que tiene dentro una nube donde se pueden colgar y compartir trabajos, así como el modo Meet para videoconferencias". Los alumnos, desde casa, reciben todas las clases como si estuviesen en el colegio. Es más, incluso la hora de gimnasia, pues cada día hacen ejercicios con su profesor, desde los pequeños de P3 (3 años) a los de segundo de bachillerato (17 años).

Y, no solo eso, los profesores, coordinadores y tutores de cada ciclo envían información a diario sobre temas de interés general como, por ejemplo, la situación en la que se encuentra la selectividad, trabajos, lecturas y, sobre todo, cómo se va desarrollando la nueva fórmula de impartir clases del colegio. "En los primeros días, por ejemplo -continúa explicando Balsells- los más peques utilizaban la conexión para hablar entre ellos, ya que no poseen móviles, y hubo que explicarles que esperasen al recreo, a la hora del patio, para charlar con sus amiguitos a través de esta nueva conexión".

La satisfacción de los padres

"Lo primero que hizo el colegio fuede  saber si todo el mundo tenía las tres condiciones que debían tener para poder recibir clases en casa: un dispositivo, es decir, un ordenador, un portátil, un móvil, internet y una cuenta de Gmail, que, en este caso, podía ser la de nuestra escuela en Google Educación", agrega el director, que reconoce que han tenido que ceder 100 'chromebooks' a distintos alumnos.

Gabi Jordi, los padres de Jordi y Eudald, muestran su agradecimiento al colegio por, no solo el tremendo esfuerzo que están haciendo para que sus hijos no pierdan un solo día de clase, sino la celeridad y eficacia con la que cumplen a diario. "La verdad es que lo solucionaron de un día para otro y el rendimiento de los chicos parece que será muy similar", explica Jordi. "Yo, que también teletrabajo en casa, ni me entero que están cada uno en su habitación, conectados, y dando clases", cuenta Gabi, que agradece las múltiples soluciones que les ofrece el Liceo Francés Bon Soleil. "Hay profesores que dan las clases en directo y otros, que, de vez en cuando, cuelgan un vídeo que han grabado previamente con su exposición. Una cosa sí puedo afirmar: les pasa el día volando, ¡volando!"

"Evidentemente -explica Jordi, de 14 años, que hoy luce la camiseta del Borussia de Dortmund- no es lo mismo que ir al colegio, pero la clase es muy, muy, parecida y, al final del día tienes la sensación de que, en efecto, te has pasado el día en el cole, pues debes presentar tus trabajos, compartirlos, puedes comentarlos con el profesor e, incluso, con tus compañeros, a veces, incluso de forma más ordenada y serena que cuando lo haces en clase".