INVESTIGACIÓN INTERNA

El monje de Montserrat Andreu Soler fue un "depredador sexual"

J. G. Albalat / Guillem Sànchez

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El monje Andreu Soler, fundador de 'els nois de servei' –la agrupación escolta de la Abadía de Montserrat que dirigió durante 40 años– y fallecido en el 2008, fue "un depredador sexual y un pederasta" cada vez más agresivo, según la comisión independiente creada por el abad del monasterio para investigar los abusos, que ha concluido que "había rumorología suficiente" sobre su comportamiento para que se hubiese actuado contra él.

La investigación interna se inició tras la denuncia, recogida por EL PERIÓDICO, de Miguel Hurtado, que acusó al monasterio de ocultar los abusos sexuales cometidos de este religioso. En total, este diario, que localizó a varias de las personas afectadas, contabilizó a un total de nueve víctimas. El informe de la abadía explica que, por su parte, ha hallado a doce

El informe, además, revela que otro monje que fue responsable de la Escolanía, cuyas iniciales son V.T.M, también abusó de menores en 1968. Según mantiene la hermandad, en este caso del que no tenían constancia hasta la fecha, el entonces abad Cassià Just sí informó "con transparencia" a las familias y apartó de inmediato al monje, que dejó el monasterio y la orden religiosa en 1980 y contrajo matrimonio.

La comisión reprocha a la Abadía que Soler abusó de escoltas durante décadas, entre 1972 y 1999, y la institución "omitió cualquier tipo de actuación". Por el contrario afirma que no ha podido concluir si Sebastià Bardolet, abad del monasterio a finales de los 90 y que ahora tiene 85 años, "escondió lo que sucedió o simplemente actuó por desconocimiento de la situación, ya que existen versiones contradictorias". Miguel Hurtado grabó una conversación en el 2012 una conversación en la que un fraile le reconoce que sí informó en su día a Bardolet. Pero Bardolet, interrogado por la comisión, lo ha negado. 

Los investigadores mantienen que "había rumorología suficiente para justificar una acción encaminada a reunir a los padres, actuar contra el hermano Andreu o haberlo apartado preventivamente" de la agrupación de los 'nois de servei' que él mismo había fundado. El religioso fue enviado al Monasterio del Miracle, cuando el actual abad, Josep Maria Soler, tuvo conocimiento de la denuncia de Miguel Hurtado. Años más tarde, Hurtado grabaría con una cámara oculta al abad Soler para poder probar en el futuro este sabía de los abusos que él había sufrido. 

Un depredador meticuloso

El comité destaca que los delitos cometidos por el hermano Andreu "responden a un modelo de vida, a un patrón repetitivo sin arrepentimiento ni propósito de cambio, ni admisión de culpa". Actuaba ganándose la confianza del menor y así poder abusar de él. En algunos casos, según detalla el informe, "utilizó la violencia" y en otros "no conocía al menor o le acababa de conocer".

Con el paso del tiempo, se produce una "agravación del delito y más urgencia en su realización", indice la comisión. La mayoría de las víctimas tenían ente 15 y 17 años cuando fueron abusadas. En algunos casos, la acción del hermano quedó en un intento por la reacción de los muchachos. El informe reconoce que las consecuencias "emocionales y psicológicas" para los menores son "imborrables".   

"Casos vergonzosos"

Ante estos "casos vergonzosos de abusos de menores" cometidos por miembros de la comunidad religiosa, desde la abadía de Montserrat se pide perdón a todas las víctimas y "nos ponemos a su disposición", para ajudarlos en "su dolor y sufrimiento", según el comunicado emitido este viernes.

La congregación ha anunciado que siguiendo las recomendaciones de los expertos que han compuesto la comisión y para evitar que vuelvan a suceder hechos similares, "estamos elaborando un plan de protección de menores que aumentará y mejorará los mecanismos de prevención y detección".

La abadía pondrá el resultado de su investigación interna en conocimiento de la fiscalía y del Sindic de Greuges y de los organismos competentes del Vaticano y de la congregación benedictina. La fiscalía poco podrá hacer en estos momentos, ya que Soler falleció hace unos años. Respecto al nuevo caso de V. T. M., los hechos estarían prescritos por el paso del tiempo, pues datan de 1968.

El caso de Montserrat comenzó con la denuncia de Hurtado publicada por EL PERIÓDICO el 19 de enero del 2019. Hurtado había participado en el documental de Netflix 'Examen de conciencia', dirigido por Albert Solé, que se iba a estrenar pocos días después. El conocimiento por parte de la Abadía del documental, y que la denuncia de Hurtado iba a publicarse en este diario y en El País, forzaron al monasterio a mover ficha y abrir la comisión que ha redactado las conclusiones públicas este viernes.

La comisión no arroja dudas sobre la pederastia de Soler aunque sí sobre su ocultación por parte del Monasterio, que ni denunció jamás los hechos ni comunicó con la Congregación de la Doctrina de la Fe (el órgano vaticano encargado de investigar estos casos) hasta que supo que el pasado de Hurtado iba a aparecer en la prensa.

Desde que se publicó su denuncia, EL PERIÓDICO localizó a diversas víctimas y contabilizó hasta un total de nueve, con acusaciones de abusos ocurridos temporalmente entre 1997 y 1998 (primera víctima), 1978 (segunda), 1971 (tercera), 1971 (cuarta), 1985 (quinta), 1974 (sexta), 1989 (séptima), 1972 (octava) y 1987 (novena). Ocho hombres y una mujer, esta última localizada por el diario 'Ara'. 

Dudas del primer denunciante

El primer denunciante de los abusos sexuales en Montserrat, Miguel Hurtado, ha asegurado tras conocer el resultado de las pesquisas de la congregación que "existen serias dudas sobre la validez de las conclusiones del informe, tanto respecto al número total de víctimas, como de agresores, como a la responsabildiad institucional de la abadía, debido al grave conflicto de intereses de tres miembros de la comisión y la deficiente metodología de investigación".

En su opinión, el "objetivo de la comisión no era esclarecer la verdad sino minimizar el daño reputacional de la institución". Hurtado lanza un dura crítica a la actuación del monasterio: "Montserrat sigue priorizando mantener su poder, prestigio y patrimonio por encima de los derechos de las víctimas".

"Una vez más se demuestra que la Iglesia católica es incapaz de investigarse a sí misma. Solo la justicia civil puede hacerlo", sostiene, a la vez que reclama que al abad de Montserrat Josep Maria Soler que "asuma sus responsabilidades y presente inmediatamente su dimisión".

Recomendaciones de "tolerancia cero"

La comisión constituida por la Abadía de Montserrat plasma en su documento una serie de recomendaciones para «dar ejemplo» logar un «modelo de tolerancia cero en relación» con los abusos sexuales.