Un film revela la lucha de los transexuales a través de una niña de 11 años

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Dos historias reales, la de Violeta, una niña de 11 años que nació siendo niño en el seno de una familia acomodada, y la de Alan, otro menor que acabó suicidándose tras sufrir acoso escolar, reflejan la dura realidad de los menores transgénero en el largometraje documental 'Me llamo Violeta".

La película, una coproducción de Mediapro y Polar Star Films que se estrenará en el Festival de Cine de Málaga, profundiza en las dificultades que atraviesan varias personas transexuales a través de historias reales en las que se explica cómo las personas transgénero deben enfrentarse a desafíos médicos y legales.

"No es una película sobre un tema, es una película sobre personajes y sus historias que esperemos que tenga mucho recorrido en colegios, cines y asociaciones y que estimule el debate y la reflexión", ha afirmado el productor del grupo Mediapro, Joan Úbeda.

El segundo eje argumental está compuesto por historias como la de Alan, un adolescente trans de Rubí (Barcelona) que se suicidó en 2015 debido al acoso que sufría en el instituto, lo que convirtió a sus padres, Esther y Xavi, en activistas por los derechos LGTBI.

La vivencia de Alan también cambió la vida de Iván, que en aquel momento se llamaba Anabel. "Al ver fotos antiguas -ha explicado-, no me ve reflejado en ellas, pero siento orgullo de haber cambiado".

No obstante, los directores del filme, David Fernández de Castro y Marc Parramon, han dicho que han buscado distanciarse del mundo oscuro relacionado con las drogas y la prostitución, ya que es como habitualmente se ha representado a las personas transexuales.

En esta línea, también se narran las experiencias de Carla Delgado, la primera diputada transexual de la Asamblea de Madrid, y Silvia Reyes, quien sufrió represiones durante el franquismo y la incompresión de la sociedad en los primeros años de la transición.

"Queríamos alejarnos del morbo para contribuir a normalizar el fenómeno del transgénero infantil", han afirmado Fernández de Castro y Marc Parramon.

"Cuando me trataban como niño decían que yo era una niña; cuando yo empecé a llevar ropa de niña se rieron", ha dicho Violeta en la película, que cuenta con el apoyo de sus padres, los actores de cine para adultos Nacho Vidal y Franceska Jaimes, y la comunidad educativa que la rodea.

"No puede decir un señor que no conoce a mi hija, ni a mi familia, ni la situación, que no puedo llamar a mi hija Violeta, que la tengo que llamar Ignacio", ha afirmado Vidal que, en el filme, explica que lleva tres años intentando cambiar el nombre a su hija pero desde la Fiscalía rechazan su petición.

Fernández de Castro y Parramon tuvieron que consultar a la Fiscalía, ya que junto con los padres son los encargados de velar por los intereses de los menores, y el órgano constitucional les recomendó no mostrar la cara de Violeta.

Úbeda ha afirmado que la recomendación de la Fiscalía no fue un problema, sino un reto creativo que, en su opinión, los directores han sabido solucionar en la escena final de la película a la perfección.

"Las leyes van por detrás de la sociedad, es lo que suele pasar, lo que esperamos es que el público entienda con nuestro documental que hablamos de personas y no de géneros", ha continuado el productor.

Este debate, ha dicho Parramon, "forma parte de la sociedad y es por eso que lo hemos incluido en la película".

El codirector también ha apuntado que es el primer largometraje en salas de cine en España que trata la transexualidad en niños, al tiempo que ha asegurado que en el resto de Europa los documentales de esta temática no han tenido recomendaciones contrarias de las fiscalías nacionales reacias a mostrar las caras de estos menores.