POLÉMICA EN REINO UNIDO

El precedente de Ana Obregón: una pareja tuvo un nieto cogiendo semen de su hijo fallecido

El pequeño fue gestado mediante subrogación en Estados Unidos

Una mujer embarazada.

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La historia de una acaudalada pareja británica que "diseñó" a su nieto y heredero con el esperma de su hijo fallecido, en este caso sin su consentimiento, ya creó en 2018 una gran polémica en el Reino Unido según publicaron varios medios nacionales. 

Según los medios, la pareja, que ha permanecido en el anonimato, decidió extraer el esperma de su hijo tras morir este en un accidente de tráfico a pesar de no tener su permiso expreso. El semen, que fue congelado acto seguido, se envió a Estados Unidos y sirvió a la pareja para tener, mediante gestación subrogada, a su nieto. 

El nieto, que vive con sus abuelos en el Reino Unido, fue concebido en una clínica estadounidense especializada en fertilidad y selección de género, algo que no es legal en el Reino Unido. Según publican los medios británicos, el doctor que realizó las intervenciones, David Smotrich, no era consciente de que la pareja no contaba con el consentimiento de su hijo fallecido para llevar a cabo dicha gestación. 

"Su hijo lo hubiera querido"

Smotrich ha admitido a los medios británicos que la propuesta de la pareja, que ha descrito como extremadamente adinerada, era bastante "inusual", pero que "fue un honor" para él "poderles ayudar en tan trágica situación" ya que aseguraban que su hijo, que tenía 26 años cuando murió, "lo hubiera querido". El doctor ha asegurado que la pareja fue muy estricta en cuanto al tipo de óvulo que se debía utilizar en función de los gustos de su hijo y la mujer que creen que hubiera sido su pareja, de haberla tenido. Querían un cierto nivel de estudios, una apariencia física determinada y un nivel intelectual determinados. 

En este caso, tanto el vientre subrogado como la donante del óvulo son estadounidenses, y para dar a luz al nieto y heredero se crearon cuatro embriones, entre los que la pareja eligió uno y de los cuales, los tres restantes siguen almacenados. Todo el proceso podría haber costado entre 60.000 y 100.000 libras (de 67.000 a 111.000 euros) a la pareja, que regresó al Reino Unido con los papeles en regla como sus padres. 

En el Reino Unido no es legal extraer semen sin el consentimiento expreso del fallecido, y por ello, se considera que el urólogo que lo hizo y lo congeló podría haber cometido un delito por el que podría ser juzgado en el país.