Juicio en la Audiencia de Madrid

El acusado de asesinar al novio de Tania Varela: "No soy un sicario, soy un deportista"

Miguel Ángel Durán niega haber matado al abogado Alfonso Díaz Moñux y apunta a un supuesto camello colombiano

Vanesa Lozano

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"Nunca en toda mi vida he tenido que ver con ningún crimen. No soy un matón ni un sicario, soy un deportista". Así se defendió el martes ante el jurado de la Audiencia de Madrid Miguel Ángel Durán, un luchador de 'vale tudo' y portero de discoteca de 36 años, para quien el fiscal pide 24 años de prisión por descerrajar dos tiros en la cabeza al abogado Alfonso Díaz Moñux cuando iba en su coche con su pareja, la narcoabogada Tania Varela, el 18 de diciembre del 2008.

Durán, a quien los investigadores ubican en el momento del crimen en el lugar de los hechos gracias al posicionamiento de su teléfono, negó en su declaración pertenecer al grupo de ocho sicarios, siete de ellos ya condenados a penas de entre 3 y 29 años, que acabaron con la vida de Moñux por encargo a cambio de una recompensa económica (uno de los asesinos declaró que le habían ofrecido 60.000 euros por darle 'la vueltica' al abogado).

El acusado apuntó a un supuesto camello colombiano del que solo supo aportar el nombre de pila: "El teléfono que dice la policía que estaba en el lugar de los hechos no era el mío, era del Johan, un colombiano que conocí en el 2008 en el locutorio de Galapagar. No soy un fumeta, pero como hago combates me lesiono y un amigo me dijo que la marihuana ayudaba y Johan me pasaba".

Sin embargo, Durán solo aportó una descripción vaga y contradictoria de su supuesto amigo. A preguntas del fiscal y de su abogado, insistió en que su único error fue poner en contacto al tal Johan con otro "colega" suyo, Fernando González, este sí, uno de los miembros de la trama que mató al abogado y a quien, por cierto, Durán había negado conocer en anteriores declaraciones judiciales: "Conocía a Fernando trabajando en la discoteca Fabrik. Yo era portero y él recogía vasos. Un día me dijo que tenía unos cobros que hacer y necesitaba a gente, que si me interesaba. Mucha gente que trabajaba en la noche se dedicaba al tema de las extorsiones en aquella época. Yo no me quería ensuciar y le contesté que no, pero le dije que le buscaba a alguien". El acusado asegura que le presentó a Johan y que a partir de entonces este y Fernando empezaron a trabajar juntos: "Delante de mí hablaron de temas de cobros, pero nunca del abogado que mataron", añadió.

El exmilitar, a quien el Ministerio Público considera el brazo ejecutor del asesinato, reconoció tener manejo en el uso de armas, que aprendió en la Brigada Paracaidista del Ejército, a la que perteneció entre 1999 y el 2001, aunque matizó que nunca utilizó pistolas. "Estaba en Artillería, no en Infantería, y allí usábamos subfusiles y cañones", afirmó el acusado durante su declaración, que el juez tuvo que interrumpir para reprenderle por su tono y faltas de respeto hacia el fiscal.   

Durán ya fue condenado en el 2014 a 23 años de cárcel junto al resto de la organización, pero se fugó cuando el Tribunal Superior de Justicia ordenó la repetición de la vista y permaneció en paradero desconocido hasta su detención en Brasil en octubre del año pasado. Según su versión, se marchó allí porque su pareja es de allí y ya en el 2008 vivía a caballo entre ese país y España. También se fue allí, dijo, huyendo de "llamadas telefónicas amenazantes" que recibió tras la celebración del primer juicio. En este sentido, Durán afirmó que no había contado hasta ahora "la verdad" porque el abogado que le representó en 2013 y que compartía con Fernando, le "dio a entender" que era peligroso para él y su familia que declarara lo que sabía.