¿Qué hacer en Semana Santa en Barcelona? 10 planes

Rutas y sugerencias para disfrutar de la ciudad: miradores, parques, patios y otros tesoros por descubrir

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Imma Fernández

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He aquí varias sugerencias para disfrutar de Barcelona durante la Semana Santa y conocer algunos de sus rincones más encantadores, desde atalayas con las mejores vistas hasta remansos de paz lejos del bullicio, pasando por el submundo subterráneo o las rutas temáticas.

1. Los mejores miradores

El ilusionante proyecto del parque del Tres Turons, en el distrito de Horta-Guinardó, que hubiera unido el Turó de la Rovira, El Carmel y La Creueta del Coll, se quedó en el cajón, pero vale la pena acceder a estas cimas para contemplar algunas de las mejores vistas de Barcelona. En el de la Rovira, con la panorámica más completa, aún quedan restos de las baterías antiaéreas de la guerra civil. Otra distinguida atalaya para contemplar la ciudad es el Mirador del Alcalde, en Montjuïc, y cuesta arriba, si se accede al castillo, las vistas son de 360º. En la otra punta de la ciudad, en una cima de la sierra de Collserola, destaca el excelente mirador del castillo Torre de Baró, que descubre los barrios más desconocidos de Barcelona. También espectaculares son las imágenes panorámicas desde la carretera de las Aigües.

2. Patios encantadores

Entre el ajetreo y mareas de turistas del centro barcelonés, se agradecen espacios como el del museo Frederic Marès, que, como otros muchos palacios góticos, esconde un precioso patio en el que han tenido la gentileza de instalar un bar. También, a pocos pasos de la catedral, se pueden visitar los patios e interiores de Casa de l’Arcadia y del Palau del Lloctinent. Este último forma parte del conjunto monumental de la plaza del Rei y tiene dos puertas de acceso, una por la calle de los Comtes y la otra por la plaza del Rei. 

3. Tranquilidad verde

El delicioso parque del Laberint d’Horta invita a perderse por sus muros de cipreses y encontrar la paz, a unos metros del mundanal ruido. Precioso y recogido, es el espacio ideal para la lectura, la contemplación o una charla amorosa. 

En el parc del Centre del Poblenou dejó su huella el prestigioso arquitecto Joan Nouvel (el de la fálica Torre Agbar de las Glòries). Un pulmón verde de 55.000 metros cuadrados, con un gran muro perimetral cubierto de vegetación mediterránea que da paso, a través de un acceso de formas gaudinianas, al interior del recinto, donde conviven sauces, árboles de sombra, lianas y flores, y hay cabañas destinados a los juegos infantiles. 

El parque del Castell de l’Oreneta es un gran espacio forestal, con pinos, encinas y algarrobos, que conecta la ciudad con Collserola. Hay zonas de descanso y de pícnic, áreas para el juego infantil, la más grande con mesas de pimpón, y un circuito de trenecitos (los domingos), además de miradores, terrazas y los restos del castillo que da nombre al parque. 

4. Bajo tierra

Para los que quieran adentrarse en las entrañas de la ciudad, existe un equipamiento municipal de educación ambiental, llamado La Fábrica del Sol, entre cuyas actividades figura descubrir las alcantarillas, los túneles medievales, grutas, laberintos, cloacas romanas y estaciones fantasma de metro que se esconden bajo nuestros pies. 

Hace pocos días se anunció la apertura al público (a partir del 8 de abril) del túnel subterráneo de 300 metros que transportó agua desde Trinitat Vella (Sant Andreu) a Trinitat Nova (Nou Barris), dentro del proyecto Memorial del Agua 2018-2019. 

5. Para los más golosos

Estos días de monas, qué mejor que visitar el Museu de la Xocolata (Museo del Chocolate), ubicado en el antiguo convento de Sant Agustí, que presenta un recorrido por los orígenes del sabroso manjar, su llegada a Europa y su difusión. Hacen talleres de pastelería para adultos y niños.

Un paseo para salivar más que el perro de Pavlov nos lleva a los escaparates repletos de monas artesanales, como los de las pastelerías Canal, La Farga, Mauri, La Pastisseria o Foix. 

Además, los amantes de la repostería tienen en el Born otro reclamo imprescindible, el restaurante Espai Sucre, ideado por Jordi Butrón, que nos sorprende con una carta a base de postres (incluye también algún plato salado). Se organizan cursillos de cocina y pastelería para profesionales y aficionados. 

6. Patrimonio desconocido

En el norte de la ciudad, en el barrio de Vallbona, el agua del Rec Comtal baja descubierta como lo hacía siglos atrás, y algunos vecinos la utilizan todavía para regar los huertos. Hoy en día, el tramo descubierto del Rec Comtal discurre en un delicioso entorno verde y tranquilo, con agua transparente donde viven peces, ranas, patos y cisnes. Este canal, que estuvo activo hasta el siglo XIX, fue el principal suministrador de agua a Barcelona durante casi un milenio. Se utilizaba para regar, hacer funcionar los molinos y, más tarde, abastecer las industrias textiles de Sant Andreu. Dentro de un proyecto de recuperación, este mes de marzo los expertos anunciaron que el acueducto fundacional de los romanos se podría haber convertido primero en un canal de riego andalusí y luego en el Rec Comtal.

7. Nueva ruta en bici o a pie

Este mes de marzo se ha inaugurado un carril bici de 890 metros que conecta Barcelona con Esplugues de Llobregat y que pretende tener continuidad en Sant Just Desvern. El carril consta también de un parte peatonal donde se han creado pequeñas zonas con bancos y aparcabicicletas. Este nuevo camino parte del carril bici existente en la Diagonal y que antes acababa en el Parc de Cervantes. Ahora llega hasta la avenida de los Països Catalans de Esplugues. 

8. Rutas guiadas

En los últimos años han proliferado las rutas temáticas y culturales por Barcelona. La oferta es incontable, entre ellas la de CultRuta, con itinerarios de secretos y leyendas por el Gòtic, Born, Raval y Eixample; el barrio de Gràcia, burgués y revolucionario; la Barcelona nocturna y criminal; caliente y canalla; o la de la guerra civil, y la literaria ciudad de Carlos Ruiz Zafón. La Associació Cultural Història de Catalunya (Hiscat) y Androna Cultura, entre otras muchas, también ofrecen itinerarios para todos los gustos.

9. El Gaudí más secreto

Las huellas del genial Gaudí se extienden más allá de los abarrotados ‘hits’ de su espectacular currículo. El pasado mes de noviembre abrió al público la Casa Vicens, un edificio con influencias árabes, mudéjares y orientales cubierto con cerámica colorida. Escondida entre las callejuelas de Gràcia, fue una de las primeras construcciones del arquitecto en Barcelona. También merece una visita la Torre Bellesguard, espléndida residencia particular que parece un castillo, con almenas y unas estrechas ventanas góticas. En los jardines del Palacio de Pedralbes se encuentra la fuente de Hércules, con el busto del héroe mitológico sobre una pila con el escudo de Catalunya y un surtidor realizado en hierro forjado y con forma de dragón del que mana el agua. Otro gran dragón vigila la puerta de acceso a la Finca Güell, donde se encuentran dos pabellones que originariamente se habían destinado a caballerizas y portería. Obra de juventud de Gaudí, ya integra el uso de ladrillo y cerámica colorida. En el paseo de Manuel Girona se conserva el Portal Miralles, con un muro que recuerda a la piel de un reptil y un arco lobulado que daba acceso a una finca ya desaparecida. Una estatua de Gaudí completa el conjunto. Antes de evolucionar hacia el modernismo, Gaudí trabajó en un estilo neogotizante y un ejemplo está en el pavimento de la parroquia de Sant Pacià: un mosaico romano con motivos geométricos y florales. 

10. Entre flores

Del 29 de marzo al 2 de abril, De Flor en Flor, el Festival de Flores y Jardines de Barcelona, llenará de colores y aromas por tercer año el recinto del Poble Espanyol. Las decoraciones florales volverán a ser las protagonistas y este año destaca una espectacular alfombra floral de 30m2 que representará un motivo popular. También se podrán ver distintas especies de rosas, orquídeas y bonsáis en diversas exposiciones temáticas. La propuesta se completa con música en directo y un montón de actividades para todos los públicos, entre ellas talleres de huerto urbano, de bulbos, de arte floral, de orquídeas o de bonsais. 

Otro espacio para los sentidos, del olor y la vista, es el parque de Cervantes, en Pedralbes, que acoge un total de 245 variedades de rosas: amarillas, rojas, azules... Rosales de todos los continentes, formas y colores, en un delirio de color y perfume junto a la Diagonal.