Fumanya abrirá al público las más de 3.500 huellas de dinosaurio que alberga
Augusto Magaña
Tras trece años de espera, el centro de interpretación paleontológico de Fumanya abrirá sus puertas el próximo 15 de julio para aquellas personas que quieran apreciar las más de 3.500 huellas de dinosaurio que cubren una pared de este paraje, situado entre varios municipios de la comarca barcelonesa del Berguedà.
Descubierto en 1985 por el científico Lluís Viladrich, en una antigua explotación minera a cielo abierto, en este yacimiento paleontológico se han encontrado huellas, huesos, huevos y diversos fósiles de especies del Cretacio superior, entre ellas del Titanosaurio, uno de los últimos dinosaurios que pobló Europa antes de su extinción.
Ahora, el Museo de las Minas de Cercs, con el apoyo económico de la Diputación de Barcelona, inaugurará un espacio expositivo que permitirá observar de cerca los fósiles y tocar algunas de las réplicas de huesos y huevos.
La directora del museo, Alba Boixader, ha explicado a Efe que "para la comarca es un potente recurso turístico y para la población local es importantísimo, porque le da un valor patrimonial a todos los descubrimientos paleontológicos que se han hecho en las antiguas minas de la zona".
Dentro del centro de interpretación, el visitante encontrará un circuito de paneles, en los que "se van descubriendo los diferentes temas relacionados con los dinosaurios de Fumanya: su descubrimiento, su vida y su muerte", ha informado Boixader.
La exposición está organizada de forma temática y en ella se explora desde cómo se reproducían y cómo se alimentaban los dinosaurios, hasta la relación que había entre dos de las especies que se encontraron en el yacimiento: el Titanosaurio, un herbívoro gigante, y su depredador, el Dromeosaurio.
Entre las piezas que conforman la muestra, destacan algunos fósiles de vértebras, húmeros, fémures y huevos de dinosaurio que descubrieron los paleontólogos en las excavaciones que hicieron en la zona, que hasta ahora se encontraban guardados en el archivo del Museo de las Minas de Cercs.
El proyecto de crear el centro de interpretación, que es de los pocos que se encuentra en el mismo emplazamiento donde están los fósiles, se empezó a gestar en 2001, pero no fue hasta 2004 cuando se pusieron en marcha las obras de adaptación del terreno y construcción del edificio que alberga la sala de exposición.
La coordinadora del Área de Desarrollo Económico Local de la Diputación de Barcelona, Rosa Serra, que fue una de las impulsoras de proyecto, ha señalado a Efe que la falta de recursos y las condiciones climáticas adversas de la zona retrasaron las obras, que desde el 2011 habían quedado abandonadas.
Serra ha explicado que durante la etapa final de las obras se utilizaron recursos "más austeros" para preparar el espacio de exposición, pues "los fondos del Ministerio de Industria y Energía nunca llegaron".
Además, Boixader ha asegurado que aún quedan obras por hacer, pues "la pared de Fumanya se está erosionando y lo que se ha hecho hasta ahora para reforzarla no ha funcionado".
En mayo, un desprendimiento de rocas arrastró aproximadamente 1.000 metros cuadrados de la pared donde se encuentra la mayoría de las huellas de dinosaurio, pero al ser un Bien Cultural de Interés Nacional solo la Generalitat puede tomar medidas.
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