Dos terapias antagónicas para chicos con un mundo propio

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El trastorno que engloba al denominado espectro autista, un cúmulo de disfunciones que afectan a niños caracterizados por vivir ensimismados, con graves dificultades para mantener relaciones con el entorno y que se comportan de forma incomprensible y poco saludable, es atendido en Catalunya por profesionales de la psiquiatría que siguen, de forma aleatoria, alguna de las dos corrientes terapéuticas que predominan en occidente: la psicodinámica o la cognitivo conductual. La Conselleria de Salut no muestra predilección por uno y otro abordaje de un malestar del que se desconocen las causas. Ambas líneas difieren completamente tanto en la definición del origen del trastorno como en los métodos para atenuarlo.

El trastorno del espectro autista (TEA) puede incluir merma en la capacidad intelectual y aprendizaje, pero no todos los niños autistas sufren ese tipo de déficits. Sí coinciden en mostrar una total falta de empatía, en el hábito de entablar conversaciones con ellos mismos y en la repetición de gestos o movimientos, lo que en apariencia les calma. Se ha discutido, e investigado, cuál es el grado de sufrimiento emocional de estos niños -cuya edad oscila entre meses de vida y la adolescencia-, y existe coincidencia en que son personas muy infelices, sujetas a notables niveles de angustia y ansiedad.

CONFLICTO O CONDUCTA

 La corriente psicodinámica, de raíz psicoanalítica, parte de la idea de que los niños afectados por autismo o el resto de síndromes asociados, son objeto de un conflicto interno que el terapéuta debe intentar comprender para después resolver. Ese trauma psíquico, entienden, es de una intensidad tal que mantiene bloqueada la capacidad de relación e interacción con el mundo del pequeño afectado. Los partidarios de la línea cognitivo conductual, en cambio, consideran que el trastorno está originado en una lesión o disfunción biológica.

Cristina Molina, responsable el Pla Director de Salut Mental en la Generalitat, muestra su respeto por una y otra corriente terapéutica, sobre las que no existe consenso internacional. En consecuencia, la terapia que ofercen los servicios psiquiátricos catalanes difiere de una localidad a otra en función del convencimiento de los profesionales que los atienden. Las familias tienen un cierto margen de elección, pero, en principio, y dado que tampoco disponen de suficiente formación sobre el tema, se ajustan a la propuesta terapéutica que se le ofrece. Entre estos profesionales, avanza no obstante la tendencia a abordar a cada niño desde una u otra óptica, en función del perfil personal del pequeño y de sus síntomas.

Algunos de estos pequeños emiten destellos de una atípica inteligencia, siempre centrada en muy pocos centros de interés. El repertorio de intereses de un niño autista es extremadamene limitado. Salut calcula que el espectro autista afecta en Catalunya a entre 60 y 100 de cada 10.000 habitantes.