«Los compañeros son, sin duda, determinantes»

Compagina el primer curso  de Matemáticas en la Universitat Politècnica de Catalunya con estudios de Interpretación en la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc) y ha crecido, lo admite, en «un entorno propicio para el estudio». Núria Conangla, 18 años, ha hecho el bachillerato internacional en el instituto Jaume Vicens Vives de Girona y «eso ha supuesto que durante los dos últimos años haya tenido que vivir en una residencia de estudiantes». «Mis amigos, mi grupo, han sido los compañeros de residencia y, claro, eso ha sido determinante para estimular también el estudio», señala la joven, también reconocida con el premio extraordinario de bachillerato este 2015.

«Mucho trabajo y organización» son, dice Núria, algunas de las condiciones indispensables del estudiante con buenos resultados. «Pero también los amigos, sin duda, que son determinantes para seguir adelante», destaca. «Es cierto que a veces he tenido que renunciar a salir, a ir a tomar algo, porque al estudiar también música he tenido que dedicar muchas horas a la práctica», reconoce. Pero el hecho de quedarse en casa para hacer algo que le «encanta» ha compensado la renuncia.

Núria (como Maria Rufat y Pau Forte, los otros dos jóvenes que han prestado su testimonio para este reportaje) forma parte del 4% de estudiantes catalanes que alcanzan la excelencia. Sus historias de éxito vienen a contrapesar, en cierta medida, el casi 20% de fracaso escolar que aún soporta la escuela en Catalunya.

«En mi caso, la familia ha sido también fundamental. Mis padres, que son los dos profesores, y sobre todo mis hermanos mayores, que siempre me han dado grandes y muy útiles consejos», dice.