CONTROVERTIDA ampliación de la cobertura médica en EEUU
Facebook y Apple financiarán a las empleadas que congelen óvulos

Empleados de Apple reciben con aplausos a los primeros clientes llegados para comprar el iPhone 5 en Glendale (California), en septiembre del 2013.
Para unos es un avance y para otros, un retroceso. Hay quien lo ve como un paso hacia una mayor libertad pero también quien lo identifica como otra vuelta de tuerca que aprieta cadenas. Horas después de que se haya informado en Estados Unidos de que Facebook y Apple han decidido incluir en la cobertura médica de sus empleadas la congelación de óvulos, Estados Unidos se ha sumergido otra vez de lleno en el debate sobre mujer, maternidad, carrera profesional e igualdad.
Esa discusión se había intensificado en círculos médicos, académicos y periodísticos desde que hace dos años la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva dejó de calificar como «experimental» la técnica y se empezó a disparar el número de mujeres que la empleaban -no solo por motivos médicos- para dejar abierta la posibilidad de un embarazo. Desde entonces solo había informaciones de que algunas firmas de abogados, financieras y de asesoría habían decidido hacerse cargo de ese gasto, aunque se han resistido a hacerlo público. Ahora, con la entrada en juego de dos gigantes de Silicon Valley, se multiplica la exposición.
En Facebook, la cobertura de la congelación de óvulos ya ha empezado y en Apple lo hará en enero. En ambos casos las empresas cubren hasta 20.000 dólares de la factura de la congelación, que en EEUU cuesta de media 10.000 dólares por cada ronda de extracción (y normalmente se recomiendan al menos dos), a los que hay que sumar hasta 4.000 dólares al año más en gastos de conservación y medicamentos.
PRESTACIONES CRECIENTES / La nueva política se incluye en la creciente escalada de prestaciones que Silicon Valley ofrece a sus empleados para asegurarse la captación y retención de talento, beneficios que en el caso de paternidad y maternidad incluyen la cobertura de tratamientos de fertilidad, guarderías en las oficinas, 15.000 dólares en ayudas para la adopción en Apple y, en Facebook, 4.000 dólares en lo que se conoce como «efectivo bebé», que los empleados pueden usar como quieran.
En distintos medios estadounidenses, representantes del sector de los tratamientos de fertilidad alababan ayer la iniciativa «pionera». En la NBC, por ejemplo, Christy Jones, fundadora de una empresa que ofrece y promueve la congelación de óvulos, aseguraba que darle cobertura «puede ayudar a las mujeres a ser seres humanos más productivos». En cambio, para otros, como Seema Mohapatra, profesora de Derecho de la Universidad Barry y experta en bioética, se trata de una «tirita» en una herida sangrante de la que hablaba en agosto en un artículo en Harvard Law and Policy: «el problema de lo difícil que es para una mujer tener una carrera y crear a la vez una familia».
MENSAJE CONFLICTIVO / «Esto no es el gran igualador», decía ayer en una entrevista telefónica Mohapatra, que aunque reconoce que «hay un mercado» para la congelación de óvulos se confiesa preocupada. Una de las razones de esa preocupación es «el mensaje subyacente para la mujer de que puede ser como un hombre y que las que decidan intentar seguir su propio calendario natural (sin congelar óvulos) sean vistas como trabajadoras menos serias». Otra es la posibilidad de que «se exacerbe aún más una división de clases entre mujeres que ya existe». Mohapatra se refiere a que, actualmente en EEUU, mujeres de clase trabajadora, con empleos por horas o en sectores menos valorados que la tecnología, ya enfrentan más dificultades y no cuentan con prestaciones como ampliadas bajas de maternidad o ayudas para la escolarización.
«Es más aburrido hablar de cambios estructurales que de la última ronda de prestaciones en Silicon Valley - dice -. Esas políticas de verdadera integración laboral no consiguen tantos titulares y cobertura de prensa, pero es fundamental centrar la conversación en ellas».
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