INVESTIGACIÓN

800 esqueletos de bebés junto a un convento conmocionan a Irlanda

JAVIER AJA (EFE)
DUBLÍN

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Unos 800 esqueletos de niños en una antigua fosa séptica cercana a un convento de monjas han conmocionado a Irlanda, donde la Iglesia católica ha afrontado décadas de escándalos por los casos de abusos a miles de menores. Aunque aún no hay confirmación oficial, la investigación de una historiadora irlandesa no deja casi lugar a dudas de que hay 796 bebés y otros menores enterrados sin identificar en lo que antiguamente era un convento católico en Tuam, en el condado irlandés de Galway.

Catherine Corless ha descubierto certificados de defunción que indican que cientos de cadáveres de niños pueden yacer en el espacio que ocupaba un tanque séptico del edificio conocido como El Hogar, que acogía a madres solteras y que estuvo regido de 1926 a 1961 por la hermandad de monjas de Bon Secours. La autora dice que es solo la punta del iceberg, pues el Gobierno irlandés guarda en secreto los certificados de hasta 4.000 bebés que fueron enterrados en otras fosas sin identificar durante décadas.

Los restos óseos fueron hallados en ese depósito en 1975, pero no ha sido hasta ahora, gracias a esos certificados de defunción, cuando se han relacionado ambos hechos y ha llevado a pensar que las religiosas se deshicieron de los cadáveres sin darles un entierro digno.

Los registros a los que ha tenido acceso Corless, después de muchas solicitudes, demuestran que los niños murieron principalmente por enfermedades como tuberculosis, así como por infecciones, defectos de nacimiento y partos prematuros.

Una inspección gubernamental de 1944 ya constató la existencia de malnutrición en algunos de los 271 niños que entonces vivían junto a 61 madres solteras en el convento, que anteriormente había sido una casa de trabajo para indigentes adultos y que hace décadas se demolió para construir viviendas.

En algunas de esas casas de acogida, las monjas llegaron a regentar negocios privados, como en las llamadas Lavanderías de la Magdalena, donde entre 1922 y 1996 miles de internas trabajaron en un régimen de semiesclavitud y abusos.

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