El Papa más austero asistirá mañana al drama de Lampedusa

Francisco reduce al máximo el protocolo para viajar a la isla donde se evidencia la odisea de muchos inmigrantes

ROSSEND DOMÈNECH / Roma

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Quería ir con un vuelo de línea de Alitalia y pidió que reservasen cuatro plazas. Pero los asesores delPapa le han disuadido y deberá viajar con un avión oficial. El resto del protocolo para su visita a Lampedusa será como había pensado: ningún séquito de autoridades y cardenales, ninguna alfombra, ni orquestas o militares y tampoco el 'papamóvil'. No dará ningunamisa, sino que celebrará unaceremonia de penitencia, con la estola morada, símbolo de cuaresma.

Este lunes,Francisco viaja a la isla italiana escenario de numerosos dramas migratorios, en una zona más cerca de África (167 km) que de Italia (205 km). Rendirá homenaje a los 20.000 jóvenes y mujeres que han muerto en 20 años intentando entrar en Europa y que murieron ahogados, ante la indiferencia mayoritaria. Para ello, ha pedido que no se organice ninguna procesión de guardacostas de la Armada italiana. Ha preferido ir con una lancha normal, escoltada y acompañada por algún pesquero de la isla, cuando se adentre en el mar de la muerte.

Sus colaboradores explican que el Pontífice tomó la decisión de realizar su primer viaje a Lampedusa, viendo hace dos semanas en la televisión las imágenes de los que en Italia han llamado  'hombres-atunes', inmigrantes que, después del naufragio de sus barcazas, se salvaron agarrándose a las redes de unas pisciculturas españolas de atunes situadas entre Malta y Sicilia.

Advertencia contra las campañas ideológicas

Durante el día, acompañado solo por el obispo de la diócesis y el párroco del lugar, debería visitar un centro de acogida de la isla, en el que se encuentran 500 personas rescatadas en alta mar en los últimos tres días. Otros dos millares arribados en las últimas semanas ya han sido trasladados al continente.

Laura Boldrini, exrepresentante en Italia del Alto Comisariado para Refugiados de la ONU y actual presidenta del Congreso, ha comentado que “la visita del Papa en Lampedusa es un mensaje que marcará una época”. “Constituye una advertencia contra las campañas ideológicas que denuncian una inexistente invasión y difunden el miedo llamando clandestinos a personas que son sólo refugiadas y piden asilo”, ha agregado Boldrini.