CUENTA SALDADA CON LA JUSTICIA

El 'violador del Eixample' sale libre y se somete a inhibición sexual

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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Alejandro Martínez Singul, conocido como el violador del Eixample, saldrá mañana jueves de la cárcel, tras haber cumplido su última condena de tres años y nueve meses por un intento de agresión a una niña de 12 años en el 2009. Los técnicos penitenciarios consideran que no está totalmente rehabilitado, aunque sí ha disminuido su capacidad para delinquir. Durante su estancia en la prisión ha participado en el programa de intervención para agresores sexuales y se ha sometido de forma voluntaria a un tratamiento farmacológico para inhibir sus deseos sexuales. El preso se ha comprometido a continuar con esta terapia cuando salga a la calle. La Conselleria de Justícia ha alertado de la excarcelación a la fiscalía y los Mossos. La policía hará una vigilancia discreta sin coartar su libertad.

Martínez Singul será a partir de mañana un hombre libre. Ya ha saldado sus cuentas con la justicia. Los tres años y nueve meses de la última condena los ha cumplido a pulso. No había salido ni un solo día del centro penitenciario donde ha estado recluido, en  Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires, hasta ayer por la tarde, cuando fue trasladado a un lugar no revelado para garantizar la discreción de su puesta en libertad. Las autoridades penitenciarias no le han concedido ni un solo permiso ante el elevado riesgo de que volviera a delinquir, como ya hizo en su primer periodo de libertad. Ahora, al violador del Eixample solo se le podrá someter a una discreta vigilancia, pero nada más. Su último intento de agresión se produjo en el 2009, un año antes de que entrara en vigor la reforma del Código Penal que permite la pena accesoria de libertad vigilada por un máximo de 10 años.

NEUROSIS GRAVE / El historial de Martínez Singul es alarmante. A finales de los 80 atacó sexualmente a 15 menores. Fue detenido en 1991, juzgado en la Audiencia de Barcelona en octubre del 1992 y condenado a 65 años de cárcel. Los magistrados dejaron constancia en su sentencia de que el condenado sufría «una neurosis grave rayana en la psicosis», pero especificaron que durante los hechos, cometidos la mayoría a partir de agosto de 1989, actuaba «de forma consciente y orientada, con capacidad para discernir sobre el alcance y trascendencia de sus actos».

En mayo del 2007, tras 16 años en prisión, Martínez Singul salió en libertad. Sin embargo, al año siguiente, el 19 de julio del 2008, volvió a ser detenido en Cardedeu (Vallès Oriental) en virtud de una orden europea de arresto cursada por la Fiscalía de Perpinyà. Había sido juzgado en ausencia en Francia, adonde se había trasladado a vivir, y condenado a un año por enseñar sus genitales a una niña. A los dos días ingresó en una prisión de Madrid, al aceptar cumplir la condena francesa en España.

Pero los problemas se le amontonaron y una mujer lo reconoció en la televisión como el hombre que meses antes se había masturbado delante de ella en un tren. De ese suceso fue absuelto. Sin embargo, tras ser excarcelado volvió a reincidir y fue detenido de nuevo en mayo del 2009 por haber intentado agredir sexualmente a dos mujeres en el Eixample (primero fue condenado a dos años de prisión y la Audiencia de Barcelona le rebajó pena a un multa de 200 euros por vejaciones). Sus entradas y salidas de la cárcel han sido constantes, hasta que ingresó en prisión para cumplir su última condena. Esta semana ya no tendrá ningún proceso pendiente.

EXPULSADO DE LLORET / Hay manchas que no se borran e historiales delictivos que acompañan a sus protagonistas . De eso sabe Martínez Singul, que en agosto del 2009, en uno de los periodos en libertad, tuvo que abandonar Lloret de Mar por la presión vecinal. Aunque apenas permaneció un mes en esta localidad, su estancia desencadenó una psicosis colectiva y una ola de indignación que acabó en una campaña de acoso para que se fuera.

El violador del Eixample intentará que eso no vuelva a ocurrir. Las fuentes consultadas explican que, incluso, ha pedido cambiar de identidad para pasar desapercibido e intentar guardar en secreto adónde irá a vivir.  «Soy Martínez Singul y, desgraciadamente, soy conocido por esto», dijo en un juicio. Su abogado defensor le espetó: «¿Siente que despierta rechazo social?» «Sí, es normal, porque lo que hice en su día es muy grave», reconoció. Ahora ha dado un paso más y se somete a tratamiento.