Un proyecto gigantesco

Aquí se alzará Eurovegas

Las Vegas Sands recorrerá la semana próxima los dispares terrenos que ofrecen BCN y Madrid

Sin vida 8 Los terrenos de Valdecarros ofrecidos por Madrid con el humo de la incineradora al fondo, el viernes.

Sin vida 8 Los terrenos de Valdecarros ofrecidos por Madrid con el humo de la incineradora al fondo, el viernes.

CRISTINA BUESA
BARCELONA

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La diferencia es abismal. Recorrer los terrenos que ofrecen Catalunya y Madrid para acoger Eurovegas no tiene nada que ver. Si el delta del Llobregat es una explosión de campos de cultivo y caminos entre acequias y pájaros, visitar las dos alternativas que propone el Gobierno de Esperanza Aguirre (Alcorcón y Valdecarros, este último un barrio de la capital) carece de todo aliciente paisajístico. Es un páramo. Pero quien debe decidir qué alternativa le interesa más para acoger el complejo de hoteles, casinos, restaurantes, centros de convenciones y zonas comerciales es la empresa de Sheldon Adelson.

Precisamente él, el presidente de Las Vegas Sands Corporation, conoce bien todas las opciones. Pero antes de elegir, a mediados de julio, si se instala en la Comunidad de Madrid o en el delta del Llobregat quiere que una decena de miembros de su consejo de administración conozcan las ofertas, se paseen por esos terrenos y le den su punto de vista. Eso ocurrirá el lunes y el martes que viene.

El árbol de Adelson

«Queremos que en la visita se lleven la impresión más completa posible de lo que es Madrid», revelaba días atrás el presidente de Promomadrid, Jesús Sáinz, mientras mostraba las 1.000 hectáreas de Alcorcón. «Mira, este es el árbol de Adelson», señalaba al recordar la foto que se hizo la delegación madrileña con el multimillonario norteamericano en su viaje del 6 de abril. Sáinz se refería al árbol porque es uno. El árbol. Las parcelas de Alcorcón son un erial, un espacio plano rodeado de algunos pequeños montículos donde se acumulan las malas hierbas, los cardos y las piedras.

La única nota de color es el campo de golf de la ciudad financiera del Banco Santander, en la cercana Boadilla del Monte. Es lo único. El directivo de Promomadrid, que es la firma adscrita a la Consejería de Economía que ha negociado con Las Vegas Sands, está orgulloso de su propuesta e insiste en que allí «podrán hacer lo que quieran, sin problemas de cimientos ni de alturas».

Algo bien distinto es lo que pasa en el delta del Llobregat, una candidatura de la que el Govern prefiere no hablar y obviamente rechaza mostrar. Quienes sí se prestan a hacerlo son los opositores al proyecto. «Esto es un parque agrario, una figura de protección que no existe en Europa y que no solo vela por la agricultura sino también por la fauna», describe el miembro de Depana y de la plataforma Aturem Eurovegas Raúl Bastida. Con los prismáticos al cuello, el portavoz de uno de los grupos detractores se cuela por los estrechos caminos de Sant Boi y El Prat que separan las parcelas de huertos de (sobre todo) alcachofas, y de patatas, puerros, tomates, lechugas...

Bastida recuerda que en los años 50, el área metropolitana se abastecía completamente de estos cultivos y, aunque ahora se ha reducido al 20%, «es importante mantener esta reserva alimentaria porque cuando se agote el petróleo no se podrán conseguir productos», vaticina.

Uno de los payeses que lleva 40 años trabajando estas tierras es Trinitario Pagà. Junto a la masía de Cal Tombarella (en este sector hay unas 40 construcciones de este tipo, la más antigua del siglo XV), este agricultor relata que las seis hectáreas donde dobla cada día el espinazo son de un vecino de El Prat. En total, las 800 hectáreas de los cuatro municipios ofrecidos por la Generalitat pertenecen a unos 300 propietarios, una distribución bastante más fragmentada que en el caso de Madrid y Alcorcón, donde son «algunas decenas», según Jesús Sáinz.

El presidente de Promomadrid no está en absoluto angustiado por la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que declaraba rústicos los terrenos de Alcorcón. Arqueando una ceja, irónico, pregunta: «¿Y las parcelas de Barcelona? ¿Qué son?»

El humo de la incineradora

La respuesta es que son igualmente no urbanizables. Ambos gobiernos planean hacer los cambios oportunos --aprobando una ley que declare el proyecto de interés público-- para modificar esa consideración. Sáinz no se desplaza a Valdecarros alegando motivos de agenda y dice que prefiere guardarse para sí sus preferencias. No obstante, al llegar a este barrio del sureste de Madrid, junto a Vallecas, el evidente humo negro de la incineradora que se ve a lo lejos es bastante revelador.

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