Las consecuencias

El TGV a Figueres llega con un leve retraso tras un día aciago

El Prat se vio obligado a cancelar 28 vuelos con el resto de Europa

Un TGV en Figueres, el domingo.

Un TGV en Figueres, el domingo.

CRISTINA BUESA
BARCELONA

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La conexión internacional en alta velocidad se salvó ayer del temporal por los pelos. El tren procedente de la estación parisina de Gare de Lyon de la mañana alcanzó Figueres a la hora prevista, con lo que sus pasajeros pudieron proseguir hasta Barcelona con el tren de media distancia de Renfe que precisamente se estrenó el domingo. El de la tarde sufrió una demora de 20 minutos pero en el trayecto se pudo recuperar el tiempo. No había ocurrido lo mismo el día anterior, cuando los problemas en la infraestructura del país galo por culpa de la nieve retrasaron hasta tal punto el TGV que atraviesa el Pirineo que la operadora ferroviaria española se vio obligada a hacer partir el tren semivacío.

Eso ocurrió el lunes en el TGV que tiene programada su llegada poco antes de la una del mediodía a la capital ampurdanesa. Renfe esperó a los 155 pasajeros que procedían de París, Nimes, Montpellier, Narbona y Perpinyà durante media hora. No obstante, al ver que no alcanzaban su destino, optaron por prestar el servicio con la decena de viajeros que en ese momento estaban a bordo. Cuando finalmente llegó el TGV, les esperaban varios autocares para proseguir hasta Girona y Barcelona.

La decisión se tomó porque si se continuaba la espera, podían resultar perjudicados muchos más viajeros, ya que en ese momento del día el tráfico por esa línea y la entrada a Barcelona está muy copada. Por el contrario, el TGV que llegó a las 20.48 horas a Figueres-Vilafant lo hizo con 50 minutos de demora pero Renfe sí estuvo en condiciones de esperarlo porque el volumen de trenes en el corredor era mucho menos y podían colar el media distancia en la entrada a la capital catalana.

REPERCUSIÓN AÉREA / En el aeropuerto de El Prat no tuvieron tanta suerte ayer. El temporal que azota Europa en los últimos días obligó a cancelar 28 vuelos, la mitad salidas y el resto llegadas. En Girona se anularon dos vuelos y en Reus, ninguno.