la historia

La L-12 del metro de CiU

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EL PLAN DIRECTOR

En abril del 2002 se aprobó el plan director de infrastructuras que preveía la creación de la línea L-12 del metro, desde Sarrià hasta Castelldefels. Un año después, en mayo del 2003, en plena campaña municipal y cuando arreciaban las críticas a CiU por su poca inversión en el metro de Barcelona --Madrid llevaba ocho años construyendo decenas de kilómetros por legislatura--, el que era conseller de Obres Públiques, Felip Puig, comunicó su construcción "de forma inminente".

ANUNCIO ELECTORALISTA

Puig señaló que los trabajos podrían empezar en el 2004 e incluso facilitó un trazado. Sin embargo, no explicó cómo y quién iba a financiar una obra de 26 kilómetros y un coste que entonces se estimó en unos 1.000 millones de euros.

EL PAPEL DEL TRIPARTITO

Con la llegada del tripartito se replanteó el proyecto. El nuevo conseller, Joaquim Nadal, se ocupó primero de la financiación y para ello convirtió la L-12 en una línea de Cercanías. O lo que es lo mismo, una vez convencido el Gobierno central, la obra no la pagaría Obres Públiques, sino el Ministerio de Fomento. Se cambió también la estación terminal. Sarrià por Cornellà. Y por tanto, se modificó el trazado y, siguiendo la estela tanto del trazado del AVE como de la L-9, se sustituyó la línea recta por otra más sinuosa, con el objetivo de alcanzar a más población, esto es, mayor masa crítica que rentabilice la inversión.

EL BENEFICIO DE SANT BOI

Los 80.000 habitantes de Sant Boi miran con envidia a sus vecinos de Cornellà. Ellos no tienen ni Cercanías ni metro. En el futuro, además de la C-3 de Renfe, esperan contar también con la L-1 del metro.