ENTREVISTA

Adam Price (creador de 'Borgen'): "Nos dijeron que una serie sobre política danesa no interesaría a nadie"

Hablamos con el guionista jefe de una serie mítica que resurge, casi diez años después de sus últimos capítulos, con una cuarta temporada en Netflix

Adam Price (creador de 'Borgen'): "Nos dijeron que una serie sobre política danesa no interesaría a nadie"

Adam Price (creador de 'Borgen'): "Nos dijeron que una serie sobre política danesa no interesaría a nadie" / Nikolaj Thaning Rentzmann / Netflix

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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La realidad puede imitar a la ficción: en Dinamarca solo hubo una mujer como primera ministra, Helle Thorning-Schmidt, hasta poco después de que Birgitte Nyborg (la espléndida Sidse Babett Knudsen) asumiera ese cargo e hiciera historia (de ficción) en la serie 'Borgen'. Es solo uno de los muchos posibles logros de este drama político creado por Adam Price, un éxito más allá de las fronteras danesas incluso antes de que Netflix incorporara la serie completa a su catálogo en plena pandemia. Casi diez años después del final de su tercera temporada, llega una nueva trama, 'Borgen: Reino, poder y gloria' (Netflix, jueves, día 2), marcada por la ansiedad climática y el nuevo mapa geopolítico. Hablamos con el creador de una marca importante como pocas en la ficción europea contemporánea.

Hablemos un poco de la prehistoria de 'Borgen' y, en general, las series danesas tal y como las conocemos. En el principio fue un viaje de investigación de campo a Los Ángeles…

Hará unos treinta años, [la cadena pública] DR envió a un grupo de productores a Estados Unidos para que estudiaran cómo se hacían allí las cosas. Les marcó mucho la forma de trabajar de Steven Bochco en 'Canción triste de Hill Street', 'Policías de Nueva York' y series así. Todo se estructuraba en torno a la idea de una sala de guionistas regida por el creador, el guionista jefe, un hombre o una mujer con una visión clara. Nosotros acabamos adaptando ese modelo a una forma de pensar danesa: no somos tan jerárquicos; en lo que se refiere a temas de liderazgo, nuestras estructuras son más flexibles. Además, queríamos tirar las barreras entre la tele tradicional y la industria del cine; que los mejores directores y los mejores directores de fotografía se metieran en las series. Y si quieres tratar con artistas de grandes egos, no puedes lanzarlos a un sistema autoritario. En Estados Unidos, en cada rodaje tienes a un guionista pasando órdenes de la sala de guionistas al director. Aquí nunca haríamos eso.

Y así pueden convencer al reputado Per Fly ['La herencia', 'Homicidio'] para dirigir 'Borgen: Reino, poder y gloria'. 

Un gran director, con un gran ego también [ríe]. Alguien al que nunca me atrevería a pasar notas de la sala de guionistas. Para nosotros, una serie es una colaboración, algo que estamos orgullosos y contentos de levantar entre todos. 'Borgen' pudo salir de mi imaginación, pero el resultado es la obra conjunta de mucha gente.

En ese momento en que empezaban a caer las fronteras entre cine y tele, ¿en qué posición concreta se encontraba usted?

Por entonces era un joven guionista que trabajaba en su primera serie [la exitosa 'Taxa' de 1997, con Anders Refn, padre de Nicolas Winding Refn, como director conceptual, el que marca los patrones formales de la serie]. El nuevo jefe de ficción de DR, Rumle Hammerich, había estado impulsando el progreso de las series danesas. Su hermana, Camilla Hammerich, produjo las tres primeras temporadas de 'Borgen'. Rumle era director de cine y lo primero que dijo fue: "Vamos a llamar a todos mis amigos del gremio para trabajar en las series. Haciendo esto, mejoraremos el lenguaje visual, las interpretaciones y la calidad de la televisión en general". Tenía toda la razón. 

¿Diría que Per Fly ha mejorado el estilo de 'Borgen'? 

Los grandes directores suelen ser requeridos para ejercer como directores conceptuales. Y en este sentido, Fly se ha entregado de lleno: ha reinventado la serie visualmente del brazo de [el director de fotografía] Eric Kress. Antes del gran giro de DR, los verdaderos cineastas no tocaban la televisión porque no estaba considerada. Ahora todo el mundo trabaja con pasión en todas partes.

Incluso antes de que Netflix la incorporase a su catálogo [en septiembre de 2020], 'Borgen' había sido popular en numerosos países, incluyendo España [donde Canal+ Series la estrenó en diciembre de 2014]. ¿Fue algo que les cogió por sorpresa?

Totalmente por sorpresa. Cuando empezamos a escribir 'Borgen', hace diez o doce años, nos dijeron que esta serie no iba a interesar fuera de nuestro país por tratar sobre política danesa. "¿A quién le va interesar algo así?", nos decían. De algún modo, esa impresión nos dio mucha libertad artística, porque no creíamos que tuviéramos que dirigirnos a otro público que el danés. Es decir, no teníamos que hacer el próximo 'nordic noir' de fama mundial. Solo hacíamos una pequeña serie sobre la política del país. Pero, como alguien sabio dijo, no hay mejor forma de ser global que ser local. 

¿Cuándo se decide resucitar 'Borgen'? ¿Antes o después de empezar a trabajar en 'Ragnarok', su primera serie para Netflix? 

Las primeras conversaciones empezaron incluso antes de la preparación de 'Ragnarok'. Fue hace cinco años, cuando Netflix se estaba estableciendo en Europa. Me reuní con ellos en París y me dijeron: "Bueno, ¿estarías abierto a hacer otra temporada de 'Borgen'? Yo les dije que no era una decisión exclusivamente mía. DR tenía los derechos del formato. Al mismo tiempo, me estaba empezando a interesar por la Ley de Groenlandia, la legislación que rige las relaciones políticas entre Groenlandia y Dinamarca. En uno de sus apartados se explica que, de aparecer algo de valor en Groenlandia, debería negociarse el reparto de posibles beneficios. Aquello me parecía una invitación clara al conflicto. Había una historia, pero no sabía que sería la cuarta temporada de 'Borgen'. Empecé a trabajar en ello como una serie aparte, un 'thriller' político. Pero después me percaté de que estaba escribiendo los mismos encabezamientos de escena que en 'Borgen': "Interior. Oficina de la primera ministra. Día", "Interior. Oficina de la ministra de Exteriores. Día", etcétera. Y me dije a mí mismo: ¿por qué estoy inventándome una serie que se desarrolla en el mismo mundo que 'Borgen'? Y como Netflix seguía preguntando sobre un posible regreso, lo más natural era sentar a DR y Netflix en la misma mesa y llegar a un acuerdo. [La nueva serie fue estrenada por DR en Dinamarca en febrero y será estrenada por Netflix este jueves alrededor del mundo].

'Borgen: Reino, poder y gloria' tiene mucho, por suerte, de la vieja 'Borgen', pero a la vez es menos estrictamente danesa. Su campo de acción es más groenlandés y más global. 

Hay bastantes nuevos elementos en juego, tanto a nivel de estructura como de contenido. Las antiguas temporadas eran muy episódicas; en un episodio se trataba un caso, en el siguiente otro… Ahora quería cubrir una sola historia en toda la temporada: qué pasaría si se encontrara petróleo en Groenlandia. Hacerla más global era necesario si queríamos hablar de Groenlandia y Dinamarca y el Ártico, o la política exterior y de seguridad común de la UE.

Hablan también de la lucha de los medios tradicionales con las redes sociales. Cuando Katrine Fønsmark (Birgitte Hjort Sørensen) asume el cargo de directora de informativos de TV1, tiene como misión paliar el declive de las audiencias. 

Hablamos de esa crisis de los medios tradicionales, pero diría que las redes sociales suponen para la prensa más un desafío que una amenaza. Lo más difícil de asumir es que ahora los políticos pueden pasar de la prensa tradicional y comunicarse directamente con sus votantes, con cientos de miles de seguidores, sin tener que afrontar preguntas críticas. Eso es algo que tratamos esta temporada. Y en cuanto al rol de Katrine, la pregunta esencial era: ¿lo que te hace buena periodista, te hace también buena jefa? No necesariamente. Quería usar el tema de la crisis de TV1 para poner sobre ella la presión de las expectativas.  

El personaje de Birgitte también se enfrenta a muchos cambios: ya no es primera ministra, sino ministra de Exteriores, y no sin problemas. Está luchando contra la pérdida de poder, no solo a nivel político sino también biológico. 

Poder seguir los cursos vitales de Katrine y de Birgitte era un buen motivo para hacer esta temporada. Birgitte está en la cincuentena, en la menopausia, algo muy importante, porque está ligado al tema de la naturaleza y nuestra obsesión por controlarla. Esa es la historia de Birgitte: puede que sea capaz de controlar la política, pero no puede controlar la naturaleza que rige su cuerpo. Es algo que encuentra reflejo en el gran tema detrás de la temporada, el intento del hombre por controlar la naturaleza y sus recursos.   

Esta vez usa 'Borgen' para expresar su ansiedad sobre la emergencia climática. Era algo ya muy presente en 'Ragnarok'.

Es cierto, es algo que me preocupa. Pero existe una brecha generacional al respecto. En la serie mostramos cómo el hijo de Birgitte es un claro activista, mientras que ella es, digamos, más voluble en su visión ecologista. Lo que hace es, sobre todo, defender su posición como ministra de Exteriores… Y llegando más lejos de lo que debería. Has de saber cuándo es el momento de decir adiós, de dejar tu puesto de una manera decente. Pero si toda tu identidad se basa en la ostentación de una cierta posición, es algo difícil de llevar a cabo. Por eso Birgitte es capaz de vender todo aquello que más quiere, sus principios y su idealismo. Esta decisión hace que esta temporada resulte más oscura que las anteriores. 

Lo más difícil de asumir es que ahora los políticos pueden pasar de la prensa tradicional y comunicarse directamente con sus votantes, con cientos de miles de seguidores, sin tener que afrontar preguntas críticas

'Borgen' siempre ha sido una serie sobre los efectos y el potencial adictivo del poder. ¿Cómo le ha cambiado a usted el éxito? ¿Es el mismo Adam Price que escribía en 'Taxa'? 

La respuesta sincera es "no". No, no soy el mismo. Como tampoco Sidse es la misma actriz. Todos reconocemos que 'Borgen' ha cambiado nuestras vidas profesionales y nos ha dado oportunidades que no teníamos antes. La compañía de la que ahora soy socio no se habría fundado si no fuera por el éxito de 'Borgen'. Pero has de ser consciente de las posiciones de poder que se te ofrecen y si estás usando ese poder para el bien común o con buenos fines creativos. Es una pregunta que me hago todo el tiempo. 

Desde luego, la serie convirtió a Sidse Babett Knudsen o Pilou Asbaek en actores muy internacionales. Algunos fans han echado de menos a Asbaek en esta temporada. ¿Le echó de menos usted rodándola?

Me encanta trabajar con Pilou. Hemos hecho tres temporadas juntos. Pero esta vez no fue posible por sus compromisos internacionales; después de su éxito con 'Juego de tronos', es un actor codiciado en todo el mundo. Pero ojalá volvamos a encontrarnos en el futuro. Estoy seguro de que no hemos acabado de trabajar juntos. 

Al parecer también está muy ocupado con la política de verdad: en enero se afilió al Partido Socialdemócrata para tratar de revertir sus posturas en cuanto a los refugiados. 

Es interesante: la vida imita al arte y viceversa. Bien por Pilou si quiere meterse en política, si es que esas son realmente sus intenciones. Desde luego, es un actor inteligente y debe haber aprendido mucho sobre las dinámicas de poder a lo largo de su carrera. Eso podría ayudarle en política. Sidse, por otro lado, no tiene ningún interés en meterse en estos asuntos. Prefiere que todo lo que tenga que decir sobre política se lo escriban otros.

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