PSICOLOGÍA

Relativiza los problemas para vivir mejor

Restructurar la importancia que damos a los problemas es la forma óptima de encarar la adversidad

Hombre frente a ordenador

Hombre frente a ordenador / periodico

Ángel Rull

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Durante nuestra vida vamos enfrentándonos y superando diversos problemas de menor o mayor importancia que nos van ocurriendo. Aunque contemos con las herramientas necesarias, estas situaciones nos afectan a nivel emocional, llegando a producir altos niveles de ansiedad. Problemas relacionados con el estrés o una mala gestión emocional nos pasan factura a la hora de enfrentar la adversidad.

Una de las mejores formas de restar tensión emocional en situaciones negativas es relativizar los problemas. Nunca desde ignorar lo que nos ocurre, sino desde el cambio de foco en cómo lo vemos y cómo de verdad nos debe estar afectando.

Relativiza los problemas

Saber dar la importancia justa a cada situación nos ayuda a no preocuparnos en exceso. Esto se basa en relativizar los problemas, restarle dramatismo y lograr un mejor manejo emocional para enfrentarnos a ellos. De esta forma, todo parecerá más fácil y reduciremos emociones negativas innecesarias y estrés añadido, algo que suele bloquearnos.

¿Cómo puedo empezar a relativizar un problema?

1. Cambia el foco

Los problemas personales son vistos en primera persona, como siempre vemos la vida. Sin embargo, cambiar el foco y verte desde fuera, te dará la distancia emocional suficiente para que reduzcas estrés y puedas ver la situación de una forma más racional.

2. Utiliza la tercera persona

¿Cuántas veces te ha ocurrido que a la hora de poder dar un consejo a un amigo te ha resultado muy fácil analizar su situación? Esto se debe a que, desde fuera, no sentimos tanta presión y nos dejamos llevar más por la parte racional de nuestro cerebro. Este mejor análisis nos ayuda alcanzar mejores decisiones. Por tanto, cuando te encuentres en una situación problemática, piensa qué le dirías a un amigo que pudiera estar pasando por la misma situación.

3. Viaja al futuro

Con el paso de los años, si analizamos situaciones pasadas donde tuvimos que enfrentarnos a un problema, vemos que nos preocupamos en exceso y que era más fácil de resolver de lo que en aquel momento veíamos. Esto se debe no solo a la distancia, sino también a que hemos evolucionado y contamos con herramientas fuertes que antes no teníamos. Así, si quieres relativizar un problema, piensa que lo estás viendo desde dentro de cinco años, donde tu vida ha cambiado y evolucionado. Esto reducirá miedo y aliviará la ansiedad.

4. Conecta con tu cuerpo

Nuestro cuerpo nos manda señales de cómo nos encontramos a nivel emocional. Aparece mayor tensión muscular o una respiración acelerada. Estas señales tienden también a hacernos sentir más acelerados. Inviértelo y utiliza técnicas de relajación para calmar tu cuerpo y tu mente. Te ayudará a ver mejor el problema.

5. La línea de la vida

Hasta el momento presente, has ido enfrentando numerosas situaciones donde has debido resolver algo que te parecía imposible. Apoyarte en esos éxitos te ayudará también en esta ocasión.

Dibuja una línea recta en un folio, colocando en el extremo izquierdo tu nacimiento y en el extremo derecho el día de hoy. Una vez hecho esto, coloca por orden cronológico todos aquellos momentos en los que hayas resuelto problemas y con los que hayas crecido. Te dará sensación de autoeficacia y validez.

6. Piensa en lo peor

Busca la peor alternativa que podría darse si resuelves mal el problema. Y una vez hecho esto, busca aquellas formas de solucionarnos. Esto te ayudara a darte cuenta de que el mayor miedo no siempre es tan grande como pensamos y podemos relativizar las emociones negativas que nos produce.

Tendemos a hacer una montaña de un grano de arena cuando creemos no contar con las habilidades necesarias para superar la adversidad. Nos genera tensión y ansiedad y acaba bloqueando nuestra forma de superarlo. Sin embargo, si relativizamos el problema, veremos cómo nos relajamos y encaramos todo con una mejor actitud.

Ángel Rull, psicólogo.