La fiesta del libro y de la rosa

Sant Jordi 2023 se prevé con más músculo que nunca

Crecen las firmas, los libros, los espacios y se crea una superilla literaria entre Travessera de Gràcia y Plaza Reial

Sant Jordi

Sant Jordi / Guillem Roset / ACN

Elena Hevia

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Más libros. Más espacios. Más puestos y más firmas de autores. El eslogan de cómo se perfila Sant Jordi 2023 por su entidad organizadora, la Cambra del Llibre que agrupa a todos los sectores del negocio, huele a ambición. No desmedida, porque el operativo se ha calculado para que la festividad del libro y la rosa no muera de éxito, ahogada por las aglomeraciones. Hace unas semanas ya se anunció se podía prever una diada que igualara los cifras anteriores a la pandemia, tanto en participación ciudadana como en promoción de la lectura y, por supuesto, en ventas. La excitación es máxima y solo hay que escuchar al presidente del Gremi de Llibreters, Èric del Arco, describir el asombro que un foráneo pudiera vivir en Barcelona o en cualquier otro punto de Catalunya un 23 de abril: “Es un día en el que una ciudad o un pueblo se levanta a las 6 de la mañana. A las 7 empieza el tráfico de furgonetas y camiones con gran movimiento de cajas. A las 8, todo está lleno de flores y libros. A las 9 empieza a llegar gente de todas partes y durante 12 horas ininterrumpidas no puedes imaginarte a más personas buscando el momento para comprar libros, regalándolos a la vez que sonríen, se besan y se abrazan, porque la rosa y el libro significan cariño. Y cuando todo esto acaba, los equipos de limpieza, de los que nadie se acuerda, entran en acción y a las 12 de noche no queda el menor rastro de todo lo que allí ha pasado”.

En cifras, estas expectativas se expresan en un aumento de un 11,5% de puestos que han pasado de ser 287 el pasado año a 320 en este. También crece el espacio expositor en un 17% con 3.294 metros cuadrados y por supuesto, las deseadas firmas que se repartirán en 213 ‘paradas’, 43 más que el pasado año.

Superilla literaria

un eje principal ciudadano que parte de Gran de Gràcia y llega prácticamente hasta el mar a través de paseo de Gràcia y les Rambles

El año pasado se consolidó paseo de Gràcia como una de las vías principales de Sant Jordi, con 180 puestos, aireando mucho más el perímetro que anteriormente había ocupado Rambla de Catalunya, que queda solamente para entidades y rosas. En esta edición se han añadido además dos tramos aledaños de la calle Còrcega y de la Diagonal.

La novedad es la recuperación pospandémica de las Ramblas, el tradicional espacio donde nació Sant Jordi hace casi 100 años, con puestos, 100, repartidos desde Canaletes a la plaza Reial. Todo eso sin olvidar otros ejes, como el del paseo de San Joan y paseo de Lluís Companys, que desde hace seis años está dedicado al libro infantil, el cómic y la ilustración, con muy buena respuesta.

Contratiempos controlados

El hecho de que este caso la fiesta caiga en domingo y que además coincida con un partido del Barça contra el Atlético de Madrid a primera hora de la tarde son dos pequeños nubarrones que podrían empañar el día pero no preocupan excesivamente a los organizadores. “El horario de la jornada es de 9 a 21 horas y por lo tanto cuando el partido acabe, a las seis de la tarde, todavía habrá mucho tiempo para seguir comprando libros y si el Barça gana, todavía se hará más ganas”, dice Patrici Tixis, presidente de la Cambra del Llibre.

Pendientes también están de la meteorología, incluso en una primavera tan seca como ésta, porque el tiempo podría proporcionar un susto final. El año pasado por culpa de un ‘esclafit’, un fenómeno puntual de vientos y lluvias torrenciales se mojaron y echaron a perder miles de de libros con pérdidas económicas de superiores a los 14.000 euros. Fue una lección de la que dicen haber aprendidocuidando al detalle cómo se deben montar los puestos y proteger los libros frente a las inclemencias, amén de situar en distintos puntos viales de servicio y emergencias.