Argentinos: ¡Somos los mejores del mundo!

Argentina… de argentum, plata, una de las tantas maneras en que nombramos al dinero. Tierra, por ende, de brillantes oportunidades. 1.a) Tenemos deporte y a nuestros deportistas (¿hace falta, de verdad, que te los mencione?) Pero… 1.b) Mientras transpiran los demás, tenemos la barriga hinchada y la “cañería” corporal tapada de tanto asado, empanadas, dulce de leche, alfajores, y una larga lista de etcéteras que ahora no te puedo completar porque tengo las manos y la boca ocupadas.

2.a) Tenemos la responsable libertad del “vale todo” en Ciencia y Tecnología, madres de tres de nuestros cinco premios Nobel (hijos a su vez de nuestra sagrada y aún viva Educación Pública y Gratuita). Pero…2.b) Tenemos, demasiado a flor de piel, la i-rresponsable libertad del “Vale Todo” en nuestras conductas cotidianas.

3.a) Tenemos – garantizada por nuestra Constitución Nacional- la convivencia armónica en un maravilloso “crisol de razas” que nos estructura y contiene (¡para vos, Luciano Benetton y tus publicidades!, ¡en tu cara!). Pero… 3.b) Tenemos el desprecio por el extranjero y el “desigual” más grandes del mundo.

4.a) Tenemos los mejores paisajes del universo (¡no me digás, por ejemplo, que no conocés la Patagonia!). Pero… y hablando de Benetton, que es un vecino más… 4.b) Se los vendemos –regalamos sería más exacto decir- a inescrupulosos extranjeros que hasta cercan y prohíben el acceso a terrenos y aguas públicos lindantes.

5.a) Tenemos escritores “de la hostia”, reconocidos habitantes de hasta las Bibliotecas Populares más “escondidas” del mundo. Pero...5.b) Somos escritores –yo no, en realidad, acá me desligo- de las páginas más oscuras en materia de Derechos Humanos.

6.a) Inventamos –y tenemos en cantidad lo que no tenemos en líneas de subterráneo- el “colectivo” (de “Transporte Colectivo de Pasajeros”). Pero…6.b) Nadamos a gusto en las insolidarias aguas del “sálvese quien pueda”.

Tenemos, en resumidas cuentas, una formidable colección de –hay muchísimos más, por supuesto- ítems “.a)”. Nuestro lado A. Pero...somos al mismo tiempo campeones mundiales del “tirar debajo de la alfombra” nuestra deplorable colección de ítems “.b)” –hay muchísimos, pero muchísimos y muchísimos más, creéme… . Nuestro lado B.

Nuestro ABC es: A, el lado que nos gusta exhibir a lo grande; B, todo lo ocultado y no dicho sobre A; y C, Culpa.

-¿Y qué genera, doctor, el exceso de ítems “.b)”?

-¡Una sociedad con culpa, boludo!

Es ese nuestro mismísimo ABC:

A. El lado que nos gusta exhibir a lo grande, “sin chiquitas” + B. Todo lo ocultado y no dicho sobre A. = C. Culpa.

La gigante olla a presión de nuestras miserias nos pide, en defensa de nuestra propia salud mental, una imprescindible tregua. Ahí es donde, creo, cierran las cuentas que explican por qué somos uno de los países con mayor densidad por metro cuadrado de psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas. Al punto que nuestro nivel de automedicación ciudadana con psicofármacos es estratosférica o que el coqueto barrio de Palermo nos regala un sub-barrio plagado de consultorios psi bautizado como “Villa Freud”.

Nuestro nivel de automedicación ciudadana con psicofármacos es estratosférica

Argentinos: ¿Somos los mejores del mundo?

(Y ustedes, catalanes: ¿Se creen también los mejores por derecho propio o redoblan la apuesta por contagio, al albergar tamaña cantidad de argentos en su territorio?).

Damián Zelikman, politólogo especializado en comunicación y salud