PODOLOGÍA

Esta es la lesión que el cambio a los zapatos de verano puede provocar... y provoca

El cambio de zapatos de invierno a otros más frescos se debe hacer de forma paulatina para evitar que nuestros pies sufran más de la cuenta

Esta la lesión más común que provoca el cambio a los zapatos de verano.

Esta la lesión más común que provoca el cambio a los zapatos de verano. / Funkcinės Terapijos Centras. Freepik.

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La primavera está en todo su apogeo con unas temperaturas que cada vez son más altas, así que, haciendo caso omiso al refrán, muchos ya se han quitado el sayo y han comenzado a usar la ropa y calzado más veraniego. Pero el cambio de zapatos de invierno a otros más frescos se debe hacer correctamente para evitar que nuestros pies sufran más de la cuenta. 

Y es que, a parte de las habituales rozaduras y ampollas propias de esta época del año, hay otra lesión muy frecuente que provoca la transición al calzado de verano: la fascitis plantar. 

Cómo evitar la fascitis plantar con el cambio de calzado

La fascitis plantar, que es muy molesta y duradera, es una de las patologías más relacionadas con este tema”, explica Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV). Así que para evitar esta lesión dolorosa el podólogo ofrece algunas claves esenciales en la transición al zapato de verano. 

La fascitis plantar es la lesión más frecuente que provoca la transición al calzado de verano.

La fascitis plantar es la lesión más frecuente que provoca la transición al calzado de verano. / Freepik.

La primera es que “si durante el invierno se ha llevado algo de tacón, aunque sea poco, hemos de intentar pasar al calzado de primavera o de verano, que suele ser plano, de forma paulatina. Cambiar de usar de forma habitual unos botines a unas manoletinas, es muy brusco para el pie. Por eso, lo recomendable es hacerlo de forma gradual”. 

También hay que tener en cuenta que es característico que el calzado de primavera y verano cuente con suelas muy finas que “obligan al pie a absorber los impactos contra el suelo directamente y no ofrecen un buen apoyo para el arco del pie ni para el talón, gran parte de ellas son muy duras y no permiten la flexión en los dedos.

Si a esto sumamos, que venimos de estar acostumbrados a llevar un calzado con una suela más gruesa que absorbe los impactos, el contraste es duro para el pie y el tejido plantar se inflama provocando la fascitis”, señala Escoto. 

Por eso, desde el ICOPCV aconsejan que, en este momento de cambio de calzado, se intente utilizar modelos que lleven algo de amortiguación para prevenir que aparezcan dolencias.

Esto está especialmente indicado para personas que presentan antecedentes de patologías previas como

  • Espolones
  • Neuromas
  • Metatarsalgias, y no llevan tratamiento con soportes plantares. 

La importancia de los calcetines

Por otra parte, aunque haga calor, hay calzado más fresco cuyo uso requiere llevar unos calcetines.

Respecto a esta prenda el especialista en podología señala que “hemos de tener en cuenta que es la primera prenda que se encuentra en contacto con el pie. Por tanto, debe estar confeccionada con materiales que favorezcan la transpiración del pie y no dejen la sensación de estar húmedos continuamente, puesto que esto favorecerá la proliferación de hongos y bacterias.

Otras características importantes son:

  • Que no tengan costuras
  • Que posean refuerzos
  • Que la disposición de sus fibras favorezca el retorno venoso”. 
Se recomienda utilizar zapato de verano que lleven algo de amortiguación.

Se recomienda utilizar zapato de verano que lleven algo de amortiguación. / Karolina Grabowska. Pexels.

Otras recomendaciones para el cambio al calzado de primavera-verano

Además de las indicaciones para evitar la fascitis plantar, los podólogos valencianos facilitan otra serie de recomendaciones para el cambio de zapatero esta primavera-verano. 

  • En el caso de utilizar zapatos del año anterior:

Es importante revisarlos tanto por dentro como por fuera para comprobar el estado de la suela y de la plantilla interior. Si están desgastadas o hundidas es conveniente cambiar tanto las suelas como la plantilla.

  • Si hablamos de los materiales de los que debe estar hecho el zapato, la sandalia o la zapatilla

Desde el ICOPCV señalan que sean cuales sean, esos materiales deben “amoldarse al contorno del pie, sin provocar presiones, ni ferulizaciones, puesto que con el calor los pies y las piernas tienden a hincharse por la propia dilatación venosa y el material con el que están confeccionados el calzado debe dar de sí”.

Los materiales del zapato deben adpartarse a la forma del pie.

Los materiales del zapato deben adpartarse a la forma del pie. / Pexels.

“Los pacientes con diabetes o con problemas de retorno venoso, tienen que tener especial cuidado con la elección de los materiales para evitar que pudiera hacerles cualquier tipo de laceración”, advierte Jorge Escoto.

  • Revisión de los pies antes de cambiar de zapatos.

Una revisión con un profesional de la podología es imprescindible para evaluar el estado de los pies, su hidratación, eliminar las hiperqueratosis, realice la quiropodia oportuna (corte y fresado apropiado de las uñas), descartar la presencia de cualquier tipo de infección como papilomas que, por su largo periodo de incubación, muchas veces pasan desapercibidos hasta que ya comienzan a manifestar cierta clínica.