¿En qué pueblos de Catalunya se rodó 'Los pequeños amores', última perla del nuevo cine rural? 

Después de la muy premiada 'Viaje al cuarto de una madre', la directora Celia Rico Clavellino insiste en explorar territorio maternofilial en 'Los pequeños amores', pequeña joya del nuevo cine rural que llega el viernes, día 8, a nuestras salas tras exhibirse a competición en el festival de Málaga. Adriana Ozores es la madre que, tras sufrir un pequeño accidente, consigue que su hija, encarnada por María Vázquez, se pierda un viaje a Massachusetts y se convierta en su cuidadora durante un verano lleno de pequeñas discusiones (por un rodillo de pintura, una férula de descarga, el gazpacho), pero también de gran amor, gran devoción. 

Aunque se desarrolle de forma implícita en los alrededores de Madrid, 'Los pequeños amores' es producción, sobre todo, catalana y con su equipo de base aquí. De ahí que la casa donde tiene lugar el grueso de la (íntima) acción sea una masía de Begues, el pueblo del Baix Llobregat. "Está justo en el borde, un poco a las afueras", precisa la directora de arte Mónica Bernuy ('Alcarràs', 'Jo mai mai'). "Celia quería una casa que estuviera en la sierra, donde se vieran las montañas, y que pudieras creerte que está cerca de Madrid. Nuestro imaginario era un poco Teruel".

La dueña de la vivienda permitió al equipo hacer importantes intervenciones: "Por ejemplo –explica Bernuy–, era importante la conexión del salón, donde la madre estaba todo el rato sentada, con la escalera que subía al piso de arriba. En esta casa, esa escalera estaba detrás de un tabique que nos dejaron tirar". También tuvieron permiso para ensuciar paredes y que así pareciera que necesitan una o dos manos de pintura; proceso de afeamiento y embellecimiento que, además, hubo que repetir varias veces.

El Lago de Navarcles

Cuando quiere escapar del entorno doméstico, Teresa puede ir a bañarse a un embalse que el equipo encontró, en realidad, algo lejos de Begues: es el Lago de Navarcles, alimentado con agua del río Calders. "Nos costó bastante dar con esta localización. Y, bueno, aquí la gente viene, más que a bañarse, a hacer tirolinas, kayaks y cosas por el estilo, pero era un lugar que se ajustaba bastante, en parte porque tenía una zona donde podíamos montar un chiringuito"; ese donde, insistentemente, Teresa pide Frigopies.

Tras hacer buenas migas con el joven pintor encarnado por Aimar Vega, Teresa puede también evadirse haciendo botellón; esta parte se rodó en la colonia textil de L'Ametlla de Merola. El momento quizá más onírico del filme –esa proyección de 'Cuando llegue septiembre', con Rock Hudson y Gina Lollobrigida, en un cine de verano– se capturó en Sant Cugat Sesgarrigues. Al final de todo, el supuesto piso madrileño es, en realidad, parte de un cinematográfico inmueble barcelonés, el que alojó los antiguos Lauren Gracia y aloja ahora el Espai Texas.