Bares de Barcelona donde te dan tapa gratis con la caña

Es la mejor receta para alcanzar la gloria cotidiana: pedir una cerveza en un bar donde sabes que te van a obsequiar con un bocado en condiciones que acompañe la bebida. Un pincho glorioso por tu cara bonita. La encantadora tradición de premiar cada ronda con una tapa a cuenta de la casa va cuajando en Barcelona. Los buscadores online y los mapas virtuales no sirven para dar con estos escasos y generosos garitos. Si quieres encontrar la recompensa de una tapa gratis con tus espumosos tragos, tienes que entregarte a la aventura en esta misión bodeguera, empírica y gustosa.

Tapas gratis, existen. Llevas meses tratando de convencer a tu tropa de que conoces unos cuantos sitios de Barcelona donde puedes sentirte tan a gusto como en Castilla y León o Andalucía, con tu caña graciosa a buen precio y platillo de regalo. Así que les citas en una coqueta plaza del barrio de Gràcia. Les invitas a iniciarse en el rito de escoger y repetir en Raspall (Samsó, 8). Estamos en uno de los pocos locales de Barcelona comparable a esos paraísos de Granada donde puedes escoger una tapa gratis con cada ronda. Exacto: no solo de regalo, también a tu elección, de entre un repertorio que varía diariamente hasta alcanzar cerca de 20 bocados.

La costumbre es echarle una foto a la pizarra que da fe de todos los platillos, mientras tratas de buscar un taburete libre. Puedes escoger entre gambitas rojas, huevo de codorniz con chistorra, tortilla del día, tataki de atún o su clásica mini-burguer con guarnición, entre otros. Maravilla ver al personal apuntar tu capricho gratis con un lápiz sobre el mármol, y trazar un palito por cada caña. Ya no digo ver a cada ronda uno de esos platillos con forma de barco vikingo atracando junto al vaso. Muy cerca de allí, Casa Pagès  (Llibertat, 19) ha replicado la idea. Cada tarde tienes caña y tapa por 2,50€. Su repertorio va desde una pequeña ración de bravas a un pulpo a la gallega o una chistorra de navarra, en un repertorio loco con 15 opciones donde escoger.

Jamón gratis

Desde aquí os encamináis hasta un lugar de la Mancha. Hasta los Andares (Provença, 471) es un viaje en toda regla a la vieja Castilla. Sus orígenes tienen que ver con una taberna familiar en Campo de Criptana, y extienden sus manjares hasta este pintoresco local cercano a la Sagrada Família. Le decía Quijote a Sancho: «Cambiar el mundo no es utopía ni locura, es justicia». Pero te digo aquí que la tapa de regalo te hace perder la cabeza, vislumbrar sociedades perfectas y sentir que por primera vez el mundo te trata como mereces. Una simple caña se corona con una festín de lonchas de jamón cortado a cuchillo acompañadas de queso y tostadas. Si pides una botella de vino, la tapa se vuelve más abundante, y con las sucesivas rondas pueden obsequiarte con una desparrame de quesos y embutidos celestiales como su cecina o el lomo embuchado.

Con esa alegría te llevas a la cuadrilla a otro sanctasanctórum del buen rollo y la alegría en la barra. Como todo aquello que tiene que ver con la verdadera felicidad, Rosmay (Martí, 118) es único. La simpatía del lugar se percibe simplemente con pasar frente a la secreta esquina donde se encuentra. Una vez entras, das con un ambiente imbatible. Senén y su hijo David controlan el cotarro desde la barra, pero la parroquia de habituales irradia alegría también. En función del día, el desfile de tapas de regalo puede ser espectacular. Con su sonrisa gigante llevada a la enésima por su bigote en punta, Senén acompaña la primera caña con unas deliciosas patatas a lo pobre. Con la segunda llegan unas virutas de jamón con pan con tomate, y más tarde, un queso picante delicioso e incluso tortilla de patata. Pero atención, porque aquí no solo te dan tapa gratis: también te pasan la bota de Prieto Picudo para que le des un tiento. El haz de vino directo a la yugular, otro inesperado flash de carpe diem.

Cassette Bar (Est, 11) es la gran sorpresa. Este pub musical del Raval ha elevado mil noches de marcha y bailoteo. Lo que muchos no saben aún es que toda la semana de 19.30 a 21 h., y los sábados también a la hora del vermut, este fantástico templo retrofuturista anima cada consumición con un pincho glorioso. Sus propietarios, esa encantadora pareja que son Laura y Fabio, de León ella y de La Rioja él, tienen por costumbre traer cosas ricas del pueblo. Así, puede ser que empieces con un poco de queso o cecina de la buena, pero también te pueden tocar croquetas, unos huevos de codorniz, y en invierno algún caldo o crema de calabacín. Hay días que hacen tortilla de patata o cualquier otro lujo que tengan a bien sacar de la cocina. Nada digital, todo placeres analógicos. 

Ibas a seguir con la ruta, pero ves a los colegas panchicontentos y eufóricos, enviando mensajes, quedando otros días con otra gente, escampando la palabra. Y no sabes si prefieres manterner en petit comité un lujo humilde y cercano. No es cuestión de publicarlo en El Periódico. Así que por hoy, te vas a callar. No les vas a decir que Bodega Berlanga (Joaquín Costa, 39), tu bar de confianza para los findes, suelen poner con la caña tapas de fuet de Camprodon, queso manchego y olivas chupadedos. Ni que en Cal Chusco (Emília Llorca Martín, 5) desde siempre pides una caña o un quinto y la cosa no solo te sale barata, es que encima te llevas alguna maravilla al paladar. La ración puede ser lo mismo de jamón, un montadito, croqueta, pulpo, queso, tortilla, o incluso unas bravas. Isabel no escatima. Ah, y mucho menos vas a contar que hace nada te han chivado que el clásico Montesquiu (Mandri, 56) tiene una promoción de caña + tapa a 2€, de lunes a sábado de 19h a 20.30h. 

La tapa gratis es para gente privilegiada que busca alegrías de bar en bar, hasta dar con horizontes dorados de platillos portados por verdaderos ángeles de las barras.