Entrevista

García-Gallardo: "La estrategia ‘de la granja a la mesa’ es en realidad de la granja de Marruecos a la mesa europea"

"No puede ser que aquí se estén expandiendo las energías denominadas renovables, con menos control del que debería haber, sin que eso redunde en la población local"

Juan García-Gallardo

Juan García-Gallardo / JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Luis Garrido

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Juan García-Gallardo es la cara visible de Vox en Castilla y León y sobre él recaerá buena parte de la representación de la formación en esta campaña para las elecciones europeas del 9 de junio. El futuro del sector primario es una de las principales preocupaciones del partido cuyas listas encabeza Jorge Buxadé. La denominada revuelta del campo, iniciada en febrero en la provincia de Zamora antes de expandirse por el resto del país, ha situado a este partido como uno de los principales arietes frente a las políticas europeas. Los de Santiago Abascal se posicionan abiertamente contra la nueva PAC y apuestan por derogar el Pacto Verde y fulminar la Agenda 2030.

–Inicia la campaña para las europeas con un encuentro con ganaderos y agricultores de la provincia de Zamora. ¿Qué le han contado?

Zamora fue el comienzo de algo muy grande, como han sido las tractoradas que han marcado el debate público en los últimos meses. Se nota que aquí todas esas agendas globales y las políticas europeas, que son las que han estado perjudicando la rentabilidad de agricultores y ganaderos, tienen una incidencia especial. Estamos viendo cómo la Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo han supuesto una aceleradora del proceso de despoblación que ha vivido esta provincia en las últimas décadas. Porque, al final, si restringes las formas de producción y las posibilidades de desarrollo económico, las consecuencias negativas son muy visibles en el mundo rural.

Como dice, Zamora fue el primer territorio del país donde los tractoristas salieron a las calles e inmediatamente se les acusó de estar mecidos por la mano de la ultraderecha y de su partido. ¿Fue así?

Es muy habitual, en los últimos años, que los poderes mediáticos de los grandes grupos de comunicación, sobre todo en la izquierda, cada vez que hay un movimiento de protesta social estando la izquierda en el Gobierno, tratan de calificarlos de ultraderecha. Los trabajadores del sector del transporte eran ultraderecha, los agricultores son ultraderecha, los ganaderos, los cazadores… Y sabemos que eso es una falsedad, es mentira. En el mundo rural hay personas con sensibilidades políticas muy distintas, pero la situación económica que viven es tan grave y tan acuciante que gente con distintas sensibilidades se han unido frente a una Agenda 2030 que está perjudicando de forma severa la rentabilidad del campo.

Usted ha calificado los cambios introducidos en la Política Agraria Común como "insuficientes", "leves" y "migajas". ¿Qué propone Vox?

Lo más importante es que, a diferencia de lo que pasaba en otras convocatorias electorales, ahora los agricultores y ganaderos zamoranos saben que el futuro de la provincia se decide en Bruselas. Se han concienciado y han visto cómo son esas políticas procedentes de Bruselas las que están determinando y condicionando su actividad. Nosotros, en esta materia, somos muy previsibles y constantes. Estamos en contra de la Agenda 2030 y a favor de la derogación del Pacto Verde Europeo y de todas las estrategias que han venido de la aprobación de ese pacto. Creemos que lo que inspiran estas agendas es la voluntad de favorecer económicamente a terceros países, como por ejemplo Marruecos, y perjudicar a los productores españoles. Por eso decimos que la estrategia “de la granja a la mesa” es más bien la estrategia “de la granja de Marruecos a la mesa europea”. Y nuestra propuesta es apoyar al mundo rural, al sector primario, quitar la burocracia excesiva con la que se ha ido cargando la mochila de los agricultores y ganaderos y confiar más en ellos, darles más libertad para producir como se ha venido haciendo, con sentido común, en las últimas décadas en la Unión Europea.

¿Qué opina de la Unión Europea tal y como está concebida hoy en día?

Toca repensarla. Toca repensar por qué se hizo esta gran coalición de naciones soberanas y toca repensar cuál es su finalidad. Se quiso crear una comunidad de paz, una comunidad con un mercado único en el que pudiera haber tráfico de bienes, de servicios, un libre movimiento de personas, pero esto está derivando en otra cosa. Vemos que se hace chantaje a terceros países en función de las políticas educativas o de familia o migratorias, y nosotros lo que queremos es restaurar el sentido común y recuperar el sentido originario que tenía la Unión Europea.

¿Hay que darle una vuelta al libre mercado?

Hay que garantizar el libre mercado, porque no hay mercado verdaderamente libre si no se compite en condiciones de igualdad. Y lo que vemos ahora es que, en ausencia de cláusulas espejo, sin inclusión de este tipo de cláusulas en los tratados de libre comercio, sin control en frontera de los productos que están entrando de países extracomunitarios a nuestras economías, no hay de verdad un libre mercado. Lo que hay es un mercado en el que los productores españoles y europeos compiten con una mano atada a la espalda frente a productores de estos terceros países que, con unas condiciones laborales pésimas, sin políticas en materia de bienestar animal, con productos fitosanitarios restringidos en el mercado europeo, están accediendo a la bandeja de los supermercados españoles sin ningún tipo de control y en perjuicio de nuestros productores.

¿Y qué opina de la competencia entre países miembros? Los agricultores franceses no le dan tantas vueltas: si la cosa va mal, el camión español no pasa la frontera.

Efectivamente, vemos una falta de igualdad entre los propios estados miembros. Se ha visto en un tema que afecta de manera gravísima al campo de Zamora, como es la gestión y protección del lobo. Ahí, las instituciones europeas lo que hicieron fue darle una protección simple y lo que vemos que se ha hecho a nivel interno con la ministra Teresa Ribera, que es la candidata del Partido Socialista, ha sido dar una protección mucho mayor de la que exigían las instituciones europeas. El resultado es que Zamora es la tercera provincia más castigada por ataques de lobo, con 988 reses de ganado muertas, y la primera en ganado ovino, con 743 animales, que es una auténtica burrada. Vemos que, decisiones adoptadas por el Partido Popular Europeo con la señora Von der Leyen, pero agravadas por el Partido Socialista Español con Teresa Ribera, están provocando que en España haya 4.000 ovejas menos al día y que muchos ganaderos de extensivo dejen su actividad, lo que perjudica notablemente el proceso de despoblación.

El lobo ha sido una de tus principales batallas en Bruselas durante los últimos dos años. En España, lo que Vox defiende ha recabado apoyos dispares como los de Junts o PNV. ¿Quiere esto decir que no existe componente ideológico en la postura que ustedes abanderan?

Es un tema de puro sentido común. Hay una cosa en política que considero importante tal y como yo la concibo. Creo que la política no debe ser solo cuadrar un Excel, que las cuentas de gastos estén perfectas. Aquí se viene a ejercer una representación y a dar voz a quien no la tiene. Y nosotros hemos querido ser la voz de todos los ganaderos y agricultores en Europa que veían cómo se tomaban decisiones que luego afectaban a sus vidas diarias por parte de personas que están muy lejos de estas realidades. Nosotros hemos sido el Gobierno que más veces y con más intensidad hemos pedido reuniones con el comisario de Agricultura, el señor Janusz Wojciechowski, que ha tenido la amabilidad de recibirnos y atender algunas de nuestras peticiones. Y eso es importante. No solo hacer una gestión cotidiana, ordinaria y correcta, que también es uno de nuestros objetivos, sino ejercer la representación de quien no tiene voz.

Cada vez hay mayores cupos en las comunidades de regantes y eso genera malestar en una tierra como Zamora, cuya única riqueza es precisamente el agua. ¿Qué plantean sus políticas a este respecto?

Es el mundo al revés. Hay una gran mentira que los grandes partidos han contribuido a difundir que es que en España hay escasez de agua. En España no hay escasez de agua, hay unos niveles de agua bastante superiores a los que tienen la mayoría de los estados miembros, lo que pasa es que está irregularmente distribuida por el territorio nacional. Y lo que hay que hacer es favorecer políticas inteligentes de agua, favorecer un Plan Hidrológico Nacional. Y en lo que respecta a Zamora y al río Duero, lo que hay que hacer es no dar más agua a Portugal de la que toca por el Tratado de Albufeira. Tenemos que gestionar la parte del agua que nos toca y hacerlo de una manera más productiva e inteligente.

¿Cómo?

Ahora hay posibilidades de desarrollar infraestructuras hidráulicas que permiten la acumulación de agua y, con técnicas de bombeo, se puede aprovechar tanto para producir energía como para aumentar la superficie de regadío. Desde la Junta tenemos el compromiso clarísimo de expansión del regadío que vamos cumpliendo poco a poco, pero vemos como el Gobierno central y Confederación Hidrográfica del Duero nos están boicoteando, torpedeando y dificultando la autorización de nuevos regadíos. Esto hay que denunciarlo, porque donde hay agua hay un joven que se queda a labrar la tierra de sus padres y sus abuelos. Y eso es fundamental. Algunos urbanitas piensan que vamos a llenar los pueblos de Zamora con nómadas digitales, pero lo que queremos es favorecer las actividades típicas de nuestras provincias. Hay que favorecer la agricultura de secano, de regadío, la ganadería extensiva, la intensiva, el turismo rural vinculado a nuestras tradiciones y a nuestro patrimonio. Lo que vemos es que muchos políticos se llenan la boca con la palabra despoblación, pero luego sus políticas solo contribuyen a impulsar el proceso de expulsión de los jóvenes de la provincia.

Hacen falta recetas contra la despoblación, pero no se puede fiar todo al campo y al turismo.

Lo que está claro es que, si hay riqueza, hay población. Lo que a nosotros nos guía es poner a Castilla y León en marcha. Hay que favorecer el desarrollo económico de las nueve provincias y Zamora tiene muchas posibilidades. Podemos hablar del desarrollo de la industria agroalimentaria o de otros sectores. Hay empresas punteras como Tecozam o la Caja Rural de Zamora y lo que tenemos que favorecer es el crecimiento de las empresas ya radicadas en Zamora y la atracción de otras nuevas.

¿Cómo se hace eso?

Con una política energética inteligente y una política de agua adecuada que permitan el crecimiento de nuestra economía, la mejora de nuestra balanza comercial, la mejora de nuestros índices de exportaciones, que pueda haber más investigación y desarrollo, que haya más políticas que permitan la expansión de infraestructuras imprescindibles como la Ruta de la Plata… Con eso lograremos atraer población. Y hay otra parte importante al margen de las cuestiones puramente materiales. Hay que reivindicar el estilo de vida de Castilla y León. Quien desee tener un estilo de vida más acelerado o de las grandes ciudades tiene alternativas, puede irse a Madrid, a Barcelona, a Londres o a Nueva York. Nosotros reivindicamos la calidad de vida, la posibilidad de acceder a una vivienda, tener cerca a tu familia, poder llevar a tus hijos al colegio y luego a una actividad extraescolar, la posibilidad de ver a tus amigos a la salida del trabajo entre semana. Son cosas que en otros sitios no se pueden hacer y aquí sí.

Acaba de citar una política energética "inteligente". ¿Conviene convertir a nuestros pueblos en el granero energético de España?

Hay que guardar un equilibrio. Lo que no puede ser es que aquí se estén expandiendo las energías denominadas renovables con menos control del que debería haber y que eso no redunde en la población local. Nosotros somos partidarios de una diversificación en la producción de energía para conseguir energía abundante, barata y, en la medida de lo posible, limpia. Y creo que hay que contar con otras formas de producción, como es la nuclear. Vemos que hay otros países que son muy respetuosos con el medio ambiente y están levantando centrales de producción de energía nuclear que llevan ingenieros, trabajo cualificado y riqueza a los lugares donde se asientan. Por eso somos partidarios de combinar el agua, de la que hemos hablado, con la energía nuclear, que nos permite tener soberanía energética y además aprovechar el uranio que tenemos en nuestra comunidad, en particular en la provincia de Salamanca, y por supuesto aprovechar también el viento y el sol. Con esas cuatro grandes patas podemos tener una política energética que nos devuelva la competitividad para atraer a todas estas empresas que necesitamos para mitigar o revertir el proceso de despoblación.

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