El futuro de la legislatura

El PSOE se moviliza de arriba a abajo para "empujar" a Sánchez a que no dimita pese al "acoso" a su mujer

"Estamos concentrados en intentar que le lleguen energías positivas y se recupere de este cansancio que no es nuevo", señala Montero

Última hora de Pedro Sánchez, en directo hoy: reacciones de su carta y últimas noticias de su posible dimisión

Montero sobre la carta de Sánchez: "Quién tenga alguna duda, que lea la carta"

Montero sobre la carta de Sánchez: "Quién tenga alguna duda, que lea la carta" / Sara Fernández / PI STUDIO

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Un día después del shock que produjo el anuncio de Pedro Sánchez de que cancela su agenda para decidir si dimite como presidente del Gobierno tras el “acoso” a su esposa, Begoña Gómez, sus colaboradores más cercanos se encuentran volcados en convencerle de que no debe tirar la toalla. En público y en privado. “Estamos concentrados en que la decisión que tome el lunes sea la de continuar en este proyecto, que está siendo un proyecto de éxito en el que hay mucha gente implicada. Pero todo tiene un límite en la vida”, ha señalado en la Ser este jueves la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. “Tenemos que ser claros. No nos puede doblar el pulso la jauría extremista. Tenemos que seguir haciendo política para la gente”, ha insistido en Radiocable otro de sus dirigentes más cercanos, el titular de Justicia, Félix Bolaños.  

Pero no son solo los primeros niveles del Gobierno. Todo el PSOE, de arriba a abajo, se está movilizando para intentar que Sánchez no tire la toalla. El riesgo de que lo haga es "muy real”, señala un dirigente de su confianza. Lejos de ser un recurso táctico para “victimizarse” y tomar impulso, como asegura el PP, su decisión de parar hasta el lunes para reflexionar sobre si debe continuar en la Moncloa es una decisión “personal”, ajena a los cálculos políticos. 

En el PSOE nadie quiere que Sánchez se vaya, ya sea convocando elecciones o proponiendo a otro candidato socialista para que se someta a una nueva investidura y lo sustituya. Así que el partido, de forma improvisada, porque todavía está asimilando lo ocurrido, toca a rebato. Hay concentraciones de militantes para darle ánimos, reuniones de los aparatos territoriales destinadas al mismo objetivo y múltiples mensajes de todos los barones. Incluso del más crítico de todos, Emiliano García-Page. “Podemos hacer muchas cábalas, pero la realidad es que creo que esto es una reacción estrictamente personal, que ha querido comunicar a la sociedad española. No veo gato encerrado. Veo una reacción humana que hay que entender y que hay que respetar”, ha dicho el presidente de Castilla-la Mancha.    

La querella de la organización ultra

Tras conocerse que un juez había admitido a trámite, a espaldas del fiscal, una querella de la organización ultra Manos Limpias contra su mujer por tráfico de influencias, en una maniobra que el Ejecutivo considera que carece de cualquier fundamento jurídico y es una “patraña”, Sánchez publicó por sorpresa una carta sin precedentes. No consultó su contenido con nadie. En ella, anunciaba que necesitaba pensar si “merece la pena” continuar al frente del Ejecutivo, que suspendía su agenda hasta el lunes (ausentándose así de los mítines que tenía programados en la campaña catalana y del comité federal del PSOE este sábado en Madrid) y que ese día anunciaría su decisión. 

De momento, nadie dice saber qué acabará haciendo Sánchez, un dirigente de trayectoria imprevisible pero que hasta ahora se había granjeado una merecida fama de duro, difícil de quebrar. En lo que se esfuerzan ahora los dirigentes socialistas es en persuadirle de que continúe en el cargo. “Estamos concentrados en intentar que le lleguen energías positivas, que se recupere de este cansancio que no es nuevo. Esta campaña de deshumanización empieza desde la moción de censura, incluso antes”, ha insistido Montero.

“Estamos en ver qué democracia queremos. Cuál es la calidad de la democracia. ¿De verdad queremos que haya una parte de la población, los políticos progresistas, que tienen que sufrir un precio personal enorme, de mentiras continuas, de falsedades, de intimidación en la acción de Gobierno? Hoy se está hablando de democracia, de si queremos una democracia tóxica o una en la que todo el mundo pueda hacer política sin estar sometido a una persecución cruel como la que está sufriendo el presidente”, ha argumentado Bolaños, culpabilizando de esta campaña a la derecha y la ultraderecha, no solo a la política, sino también a la mediática.  

También José Luis Rodríguez Zapatero, con el que Sánchez ha desarrollado una enorme sintonía en los últimos tiempos, ha insistido en la necesidad de que el líder socialista no abandone la Moncloa. El expresidente, en la Cadena Ser, ha llamado a la movilización de la izquierda para evitar el escenario de una dimisión. “Lo que hay que hacer es trabajar para que no se produzca”, alentó durante una entrevista en la Cadena Ser. Para Zapatero, fiel defensor de las políticas del Gobierno, el mensaje que debe ahora trasladar la familia socialista a Sánchez es este: “Nos merece la pena que estés aquí” para dar continuidad a las políticas progresista y su hoja de ruta en política exterior.

"Parar y reflexionar"

 El presidente del Gobierno justifica su decisión en la carta a la ciudadanía por una campaña de “acoso y derribo” desde que llegó a La Moncloa y que ahora abría traspasado todas las líneas rojas al afectar a su esposa, investigada por tráfico de influencias. Una estrategia ante la que quiere reflexionar junto a su mujer sobre si “merece la pena todo esto”.

“Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa", sostiene en una inédita y personal misiva. Sánchez argumenta que la denuncia contra Begoña Gómez no es “porque haya hecho algo ilegal", sino por ser su esposa.

De esta estrategia del “fango” acusa como “colaboradores necesarios” a PP y Vox “junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias”, que puso la denuncia que dio lugar a la apertura de diligencias previas. Por este motivo, Sánchez traslada que necesita “parar y reflexionar”. “Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor”, explica.