ELECCIONES VASCAS

PNV y Bildu acaban la campaña con incertidumbre sobre el recuento final

Elecciones País Vasco 2024: Última hora de la campaña electoral, candidatos y encuestas en DIRECTO

El candidato a lehendakari, Imanol Pradales (c) el presidente del partido, Andoni Ortuzar (3i) y el jefe del Ejecutivo vasco, Iñigo Urkullu (d), asisten al acto de cierre de campaña del PNV, este viernes en Bilbao.

El candidato a lehendakari, Imanol Pradales (c) el presidente del partido, Andoni Ortuzar (3i) y el jefe del Ejecutivo vasco, Iñigo Urkullu (d), asisten al acto de cierre de campaña del PNV, este viernes en Bilbao. / EFE/ Luis Tejido

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No hay campaña sin animal bovino. Da igual dónde se celebren. En estas elecciones vascas la vaca la ha puesto el PNV. "Bittori" rumia como todas, no habla, pero dice "nooooo" a todo. Quien sí le susurra es el candidato Imanol Pradales. Montes verdes, un caserío de fondo y una vaca que reniega de cualquier cosa que le dicen y a la cual se le pregunta "qué propone" ante tanta negativa. Es la imagen que ha elegido el PNV para reflejar a esa izquierda abertzale que, según Sabin Etxea (y otros partidos), diagnostica pero dice no a todo y no tiene propuestas aplicables y útiles. Es la forma en la que los jeltzales, con algo de humor, han querido amarrar el voto de quienes dudan para que no se queden en casa ni se les escapen hacia Bildu.

En el PNV temen aún que la indiferencia hacia las elecciones les relegue a un segundo puesto en la política vasca. La movilización es básica para este partido que tiene dos vías de escape en su electorado: el más conservador -que se siente revuelto por el apoyo casi incondicional de su partido a Pedro Sánchez en Madrid, y al que el PP vasco intenta atraer- y el que percibe que al PNV se le está olvidando o está dejando demasiado de lado su impronta nacionalista. A este último, se ha dirigido también EH Bildu en las últimas horas.

El candidato jeltzale, Imanol Pradales, ha procurado azuzar el miedo hacia su rival directo advirtiendo, sobre todo, de sus axiomas económicos. Mantener el bienestar, dice, solo es posible mejorando la gestión y las políticas del PNV, pero no dejándolas en manos de una formación que tiene el apoyo de una base social más anclada en los postulados de Podemos. Avivar el recuerdo del pasado de EH Bildu, que el propio candidato Pello Otxandiano ha servido en bandeja al resto de los partidos con sus palabras sobre ETA, es la otra bandera a la que se ha agarrado el PNV. Le han faltado días en esta campaña que para ellos ha empezado demasiado tarde.

Le ocurre lo contrario al partido abertzale. Los compañeros de viaje que ha elegido EH Bildu para este cierre de campaña en Bilbao, el presidente de la Generalitat de Cataluña y candidato de ERC, Pere Aragonés, y el ministro de finanzas del norte de Irlanda y miembro del Sinn Fein, Connor Murphy, buscan reflejar que es posible alcanzar el gobierno. Pero para lograrlo Otxandiano necesita retener al votante del núcleo duro de la izquierda abertzale, el que tiene como única meta la independencia, y a su vez ensanchar su base social con el que ha quedado huérfano en la izquierda, el que reclama un cambio en las políticas públicas sin que la cuestión identitaria interfiera. La cuadratura del círculo parecía al alcance para esta formación hasta que la violencia terrorista entró en campaña y la recta final empezó a hacerse demasiado larga.

Aunque no estaba en las previsiones iniciales, el PNV también ha tenido compañía en su mitin de cierre. El secretario general de Junts, Jordi Turull, se ha sentado en primera fila junto a Uxue Barkos, senadora por Geroa Bai, y Carlos Alonso, de Coalición Canaria. De pronto, la competición internacional entre Bildu y PNV se ha convertido en este cierre de campaña en una carrera por mostrar cuál de los dos tiene más apoyos más allá de las fronteras vascas. Andoni Ortuzar se ha esmerado por dejar claro quién les acompañaba en el mítin, también los representantes de las casas vascas en Africa y países latinoamericanos, mientras en Bildu tenía preparadas, entre otros, las intervenciones de Marta Rovira desde Ginebra, el ex presidente de Uruguay, Jose Mujica.

Quién gana

Bildu se considera ya ganador "moral" de estas elecciones aunque no pueda gobernar. Superar a su rival y convertirse por primera vez en el partido más votado en Euskadi es su principal objetivo. Solo disputarle la hegemonía de los últimos 40 años al PNV ya lo sitúa en el podium y Arnaldo Otegi se encarga de dejarlo claro diciendo que no va a haber otro partido que suba tanto en votos y escaños como Bildu. Con Aragonés y Murphy a escasos 300 metros de donde el PNV celebra también su fin de fiesta, los abertzales muestran incluso físicamente cómo pisan los talones a la formación jeltzale. Estos últimos están en el Paseo de El Arenal, entre el Ayuntamiento y el Teatro Arriaga, y los otros a tres minutos andando en la Plaza Nueva, en el Casco Viejo.

Andoni Ortuzar ha aprovechado esa cercanía precisamente para echar en cara a Otegi que se haya atrevido a pedir el voto de los jeltzales descontentos con el PNV, algo "extemporáneo", y pidió a los suyos que gritaran bien fuerte si el domingo van a votar al PNV: "Que le entre en la mollera".

"El Gobierno de Euskadi está en juego, no tanto quién gana", decía Pradales en la televisión vasca apenas seis horas antes del cierre de la campaña, lo que a su vez muestra cómo la medida de las elecciones para el PNV es la contraria a la de Bildu: mantener Ajuria Enea aunque queden segundos, al menos mientras no haya una debacle total. El esprint final de Pradales, con entre cuatro y siete entrevistas cada jornada desde el día inmediatamente posterior al ataque con un espray de pimienta, dan cuenta de los nervios que hay en el PNV por no perder ni un minuto en la búsqueda de un voto más.

Todos los partidos han decidido poner fin a la campaña en Bilbao salvo PP y Vox, que han optado por cerrar en Álava, territorio decisivo en esta cita electoral, que puede salvar a los de Santiago Abascal de su desaparición en el parlamento vasco y donde más barato sale lograr un escaño por cómo funciona el sistema electoral vasco. Todos los partidos estatales reciben a sus mayores en cada uno de sus mítines de cierre. A pesar de la presencia de los máximos representantes de cada uno de los partidos, ninguno de ellos ha sido clave en esta campaña, probablemente la menos nacional de todas las que se han vivido en el País Vasco en las últimas décadas.