Los comicios del 12 de mayo

Los debates electorales se convierten en el primer pulso de la campaña en Catalunya

Puigdemont regresará el día de la investidura y dejará la política si no es elegido president

El Govern apuesta por "trabajar codo con codo" y no "dándose codazos" con Puigdemont

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Junts pide celebrar el debate electoral de TV3 en Perpinyà para que asista Puigdemont

Pere Aragonès y Carles Puigdemont

Pere Aragonès y Carles Puigdemont / GEMMA TUBERT / ACN

Carlota Camps
Quim Bertomeu
Sara González
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Quedan 17 días para que empiece la campaña de las elecciones catalanas y ya se está librando el primer pulso entre los partidos: el formato de los debates electorales. La imposibilidad del cabeza de lista de Junts, Carles Puigdemont, de acudir presencialmente a estos debates -se arriesgaría a ser detenido si entra en España- complica su organización y ya ha empezado el cruce de reproches entre las candidaturas. Por un lado, el expresident ha pedido celebrar el debate de TV3 y Catalunya Ràdio en Perpinyà (Francia), una opción que pone presión sobre la dirección de la televisión pública y que varios partidos han descartado. Y, por el otro, el president Pere Aragonès ha retado a Puigdemont a celebrar un 'cara a cara' en Francia -para el que solo se necesitaría el visto bueno entre las dos partes-.

En plena espiral de intercambio de condiciones inaceptables para la otra parte, en este caso ha sido el expresident quien lo ha rechazado con el argumento de que los independentistas tienen que trabajar "codo con codo". Al candidato de Junts no le interesa dar coba al de ERC, al contrario: busca que quede relegado en la competición con el líder del PSC, Salvador Illa, como si estos comicios fueran solo cosa de dos.

En su primera entrevista como candidato, a pesar de haberse referido a los republicanos como "compañeros de viaje", el expresident no ha desaprovechado la ocasión para marcar distancias con Aragonès y desdeñar su figura. "Normalmente, al president le proponen cara a caras y no va al revés", ha dejado caer Puigdemont, que ha asegurado que con quien quiere debatir es con Pedro Sánchez y con Alberto Núñez Feijóo, no con Aragonès o Illa, situando así otro de los ejes de su campaña, que es la confrontación con el presidente del Gobierno y con el jefe de la oposición, haciéndose ver como el "único capaz de plantar al Estado".

La respuesta de ERC y del Govern

Unas afirmaciones que oficialmente el Govern ha replicado con una mando tendida, pero no exenta de crítica subterránea. "Queremos trabajar codo con codo y no dándonos codazos con Puigdemont", ha afirmado la portavoz Patrícia Plaja. Menos cortés ha sido la vicepresidenta del Govern, Laura Vilagrà, que ante la negativa de Puigdemont a celebrar un cara a cara con Aragonès ha espetado que "quien no quiere debatir es probablemente porque no tiene propuestas" para poner encima de la mesa. Sobre el debate de TV3 en Perpinyà, el ejecutivo no ha querido mojarse y ha situado la pelota en el tejado de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). Lo único que dejan claro es que Aragonès, como cabeza de lista de ERC, "no tiene miedo" de debatir con quien sea y donde sea.

De hecho, previendo el embrollo que habría -los partidos negocian el formato de los debates con semanas de antelación-, Aragonès propuso la semana pasada celebrar, si era necesario en Francia, un debate a tres entre él, Illa y Puigdemont. El dirigente socialista no tardó en descartarlo, por lo que el president reformuló su propuesta y la adaptó a un 'cara a cara' entre él y el candidato de Junts. La bondad de esta opción es que ERC y Junts podrían cerrarlo sin necesidad de hablar con terceros partidos.

Solo tendrían que encontrar un medio privado para hacerlo -tienen más margen que los públicos- y ya han recibido ofertas. Pero la propuesta de Aragonès le ha granjeado las críticas de los Comuns y la CUP, por quererlos arrinconar de los debates, y el propio Puigdemont ya ha descartado la posibilidad, manteniendo que con quien quiere debatir es con Sánchez y con Feijóo.

Sin pantallas y sin candidato 'efectivo'

De momento, Junts mantiene el secretismo sobre cuál será su respuesta si TV3 rechaza celebrar el debate en Francia, como previsiblemente pasará porque dudan de que la Junta Electoral Central llegue a aceptarlo. Lo que es seguro es que la candidatura del expresident quiere evitar hacer una campaña a través de las pantallas, así como que se imponga la idea de que hay un candidato 'efectivo', como pasó en 2021. En aquel momento, Puigdemont encabezó la lista, pero desde el primer momento se supo que quién se sometería a una eventual investidura sería su número dos, Laura Borràs. Fue ella quien lideró los mítines, las entrevistas de campaña y también los debates. Ahora el expresident quiere dejar claro que las circunstancias han cambiado con la amnistía y que es posible su restitución siete años después.

Por este motivo, la posibilidad de que sea su número tres, Josep Rull, quien capitanee todos los debates no es la prioridad de Junts porque apuntalaría la idea de que hay un candidato 'efectivo' y otro de simbólico. De momento, el partido solo confirma que el exconseller será el representante de Junts al primer debate de todos, organizado por PIMEC el próximo 15 de abril, pero la dirección de Junts no aclara qué harán con el resto, alegando que aún no hay respuesta de TV3. La número dos, la empresaria Anna Navarro, no está previsto que asuma este tipo de rol y se reservará básicamente para hablar de nuevas tecnologías y de estrategias para combatir la fuga de talentos.

Presión sobre TV3

Si TV3 no acepta celebrar el debate en Francia, Junts podría repetir la protesta de 2019, cuando el jefe de campaña de Junts a las elecciones europeas, Aleix Sarri, abandonó el plató para hacer patente su protesta por los vetos de la JEC a que Carles Puigdemont o Toni Comín pudieran intervenir por videoconferencia. Sarri hizo una primera intervención quejándose de la situación y abandonó el plató dejando un lápiz de memoria con el minuto de oro del expresident encima de la mesa. Un discurso que no se emitió y que la formación usó para criticar la televisión pública.

El hecho de que el actual director de campaña de Puigdemont, Albert Batet, hiciera pública este lunes la carta que envió a la dirección de los medios de la Corporación Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) para pedir el debate en Perpinyà, va en la misma línea. Batet arguye que su candidato debe tener derecho a participar en el debate en "igualdad de condiciones" y sin "dificultades técnicas que le impidan o dificulten su plena expresión".

Además, desde Junts se acogen al hecho de que los medios públicos catalanes han reabierto hace escasas semanas su delegación en Perpinyà y apuntan a que se trata de "una televisión y una radio nacionales que incluyen la 'Catalunya del Nord' dentro de su ámbito de cobertura", para aumentar la presión sobre su dirección. A la espera de la respuesta oficial de TV3, algunos de los otros candidatos ya han rechazado la propuesta. Illa ha dejado claro que no participará de debates que no se organicen en Catalunya y con la mayoría de cabezas de lista; y el popular Alejandro Fernández, ha replicado que la campaña no puede ser "un 'reality show' sobre Puigdemont". También Ciudadanos y Vox se oponen.

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