Lucha contra el narcotráfico

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Entierro del guardia civil David Pérez en Nogarejas (León)

Entierro del guardia civil David Pérez en Nogarejas (León) / J. Casares EFE

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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Parte de lo que ocurrió la noche del 9 de febrero en el puerto de Barbate permanece en la oscuridad, y no es tanto el conjunto de datos que poco a poco irá engarzando en su instrucción el juzgado 1 de la localidad gaditana como las circunstancias técnicas, penales y policiales que desembocaron en el crimen.

Los guardias civiles David Pérez y Miguel Ángel González perdieron sus vidas a manos de la violencia narco, creciente en la zona, y puede que, por su gravedad, lo sucedido sea ya punto de inflexión en los que los guardias llaman "frente sur".

La Guardia Civil, indican fuentes oficiales, no ha encargado una investigación interna sobre el proceder de los guardias y la cadena de órdenes que precedió a su actuación. Sí hay dos informes, uno del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) enviado a su jefatura en Sevilla, pues dependen de la Zona IV de la Guardia Civil; y otro del Grupo de Acción Rápida (GAR) enviado a su central en Logroño. Son las dos unidades que intervinieron, cada una sufriendo una pérdida humana, en el intento de detener a los narcos.

Pero las incógnitas, y también las certezas, de la tragedia serán los hilos que trenzará el informe que ha de requerir el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Las variables que influyeron en que seis guardias civiles embarcaran en una zodiac de la mitad de peso y tamaño que las lanchas giran en torno a dos factores: uno es el clima; el otro, los medios. De fondo, la cuestión de si mereció la pena aquella orden. 

¿Se podía prever el ataque de Kiko el Cabra?

Fuentes de la Guardia Civil en labores de Policía Judicial en Andalucía sostienen que el 9 de febrero ya había precedentes suficientes de la violencia in crescendo de los narcos en el campo de Gibraltar, y no solo de embestidas contra coches policiales en persecuciones nocturnas en carretera; también en el mar.

El 31 de enero la patrullera del instituto armado Río Águeda había sufrido un choque con una narcolancha, tan fuerte que uno de los traficantes murió en el impacto.

Las nuevas patrulleras interceptadoras H60 que suministra a la Guardia Civil el astillero AISTER de Moaña (Pontevedra) llevan, por pliego de condiciones de la contrata, casco de aluminio y no de fibra. En la licitación, Interior pensó en embarcaciones no solo más ligeras y veloces, también más resistentes.

La dotación de la zodiac del GEAS que envió la Guardia Civil a identificar a los tripulantes de ocho narcolanchas en Barbate estaba formada por cuatro guardias de ese servicio y dos del GAR, por si se presentaba la necesidad de abordar y repeler a los narcos. El espacio en la zodiac, cinco metros de eslora, impide que seis agentes de tamaño medio puedan montar sus fusiles y apuntar con estabilidad o defenderse con rapidez, explican fuentes conocedoras de la embarcación y sus servicios.

En Cádiz, otras voces del instituto armado no consideran útil ya discutir si se pudo prever la reacción de Kiko el Cabra. Prefieren señalar: “Hace un año al Cabra se le cogió en El Zabal (barrio de La Línea de la Concepción) con 40 kilos de hachís encima, y no ha pasado ni un año en prisión”.

¿Había medios suficientes para los guardias?

Acaparan la atención sobre el caso de Barbate las cinco patrulleras que estaban averiadas la noche del 9 de febrero. Pero no es cierto que no hubiera más patrulleras disponibles de la Guardia Civil. El Instituto armado tiene inscritos 20 barcos de patrulla de distintas envergaduras en las dos comandancias que rodean a Barbate, la de Cádiz y la de Algeciras. Una de esas embarcaciones, la Río Cabriel, está desplegada en Senegal para vigilancia de la inmigración ilegal.

El 9 de febrero estaban apartadas del servicio la Río Cedena (17,3 metros de eslora) y la Río Águeda (20 metros) en el puerto de Algeciras, ambas por problemas en los motores. La Río Águeda había chocado con una narcolancha el 31 de enero. En la estación naval del puerto de Cádiz están averiadas las S-20 (de 11 metros de eslora), Río Ulla (17 metros) y Río Irati (20 metros), por tener el motor gripado, perder refrigerante y perder el sistema de fondeo, respectivamente. Además, la rápida Río Flumen precisaba un repaso.

Pero en ambos emplazamientos hay inscritas más embarcaciones. En Cádiz, las de menor porte L02, S15, S17, S21 y S22, de hasta 12 metros, que no habrían parado a la narcolancha pero tenían más posibilidades que una zodiac. También la oceánica Río Segura, de misión en el Atlántico. Además, en esa base, compartida con la Armada, tienen su amarre las Río Belelle y Río Bernesga.

En Algeciras tienen puerto las pequeñas L09 y M12 y las mayores Río Tormes, Río Sil y Río Arlanza, esta última enviada a Cádiz para dar apoyo en la vigilancia del narco en el Guadalquivir. Además, tenía ese puerto la Río Guadalete, hoy adjudicada a la Comandancia de Vizcaya.

Ninguna pudo echarse a la mar el 9 de febrero por el temporal Karlotta, según las primeras explicaciones de fuentes de la Guardia Civil. Los guardias que fueron a por las ocho narcolanchas abarloadas en Barbate se echaron a la carretera en Algeciras con un 4X4 remolcando la lancha zodiac del GEAS que sería arrollada por El Cabra, pues no tenían a disposición una embarcación mayor… Aunque sí había una de la que tirar: en el puerto de Barbate está amarrado un barco estatal de 21,5 metros de eslora y 39 toneladas: la Salvamar Enif, del Servicio de Salvamento Marítimo.

Pero depende del Ministerio de Transportes, y no de Interior. Según las fuentes consultadas, la Guardia Civil pidió aquella noche ayuda a ese servicio, y recibió como respuesta que por la mala mar sus embarcaciones no estaban saliendo. Por reglamento, las embarcaciones de salvamento han de estar preparadas, en preaviso, para no tardar más de media hora en reaccionar. “Hubiera sido una sorpresa para los narcos que, en vez de una barquita, los guardias les llegaran en el puerto en una Salvamar grande”, comenta un oficial de la Armada. Pero este es un extremo que aún está tan por confirmar como si la ayuda que se requirió era, precisamente, la de la Enif.

Patrullera H60 Rio Flumen, la más veloz de la Guardia Civil

Patrullera H60 Rio Flumen, la más veloz de la Guardia Civil / GC

¿Les faltó apoyo desde tierra?

El debate político y mediático se ha fijado mucho en la supuesta falta de medios marítimos… eclipsando que en el muelle de Barbate se produjo un acto encubrimiento y una escena de desamparo de los guardias que en ese momento se jugaban la vida.

Se ha quedado en la retina de la opinión pública el atroz jaleamiento a los narcos por un público que aplaudía y animaba desde el muelle, pero la mirada de los expertos de las Fuerzas de Seguridad del Estado se detiene en las bambalinas: un solo coche de la Guardia Civil dando apoyo a la operación, que luego se vio patéticamente rodeado por la multitud.

Fuentes del instituto armado en Andalucía confirman a este diario que en las comandancias de Cádiz se cambiará el proceder para dar seguridad a futuros dispositivos antinarco. Cuando se actúe entre sectores de población hostil, como fue el puerto de Barbate, no solo acudirá la unidad que explota la operación, también otras que den perímetro de seguridad. Un experto del Servicio de Información del Cuerpo señala la necesidad de hacer previamente una labor de inteligencia sobre las circunstancias de la zona a la que se acude, e implicar al menos una unidad de USECIC (Seguridad Ciudadana) de tres coches con nueve guardias, y elevar, si es preciso, la dotación a una UBA (Unidad Básica de Actuación) con 20 agentes, o despliegues de pelotones o secciones de guerrilleros del GAR.

Un grupo de alborotadores, en el puerto de Barbate la noche del 9 de febrero, y ante un solo coche de la Guardia Civil

¿No podía navegar ninguna patrullera hasta Barbate?

Este diario constata controversia entre expertos militares y policiales sobre si se pudo o no enviar una patrullera al puerto de Barbate. La explicación oficial señala que el temporal que reinaba ese día lo hizo imposible. No todas las fuentes consultadas, en este caso en la Armada, lo suscriben.

En la jornada del 9 de febrero, el observatorio de la base de Rota de la Agencia Estatal de Meteorología pronosticó para la zona viento del suroeste, o poniente, de fuerza 6-7 “con intervalos de 8 al amanecer”; para la mar, “fuerte marejada y gruesa”; para la atmósfera, “nuboso y cubierto con lluvias y aguaceros”.

La marejada que crecía desde el jueves arrojó a las narcolanchas a buscar refugio en la rada de Barbate. Según el registro de la boya 6032024 de Puertos del Estado en esa costa, a las 7:00 del día 9 alcanzaron las olas su mayor altura: 5,23 metros. A las 18:00 eran de 3,48 metros. El viento llegó a su pico a las cuatro de la mañana del día 9 con 70,3 kilómetros por hora. A las 19:00 había bajado su velocidad a los 40,9.

Si ese viento y aquel oleaje impiden la navegación es discusión de expertos. Con esas condiciones no salen patrulleras de la Guardia Civil ni de Vigilancia Aduanera, afirman en Interior… pero sí salen las de Salvamento Marítimo, preparadas para la mar gruesa. “Con esas condiciones -lamenta una de las fuentes consultadas-, desde luego tampoco las narcolanchas se iban a ir de Barbate esa noche”.

La fuerza del viento el 9 de febrero de 2024, según datos de una boya de Puertos del Estado en Barbate.

La fuerza del viento el 9 de febrero de 2024, según datos de una boya de Puertos del Estado en Barbate. / El Periódico

¿Los medios tienen personal suficiente y están bien desplegados?

Salvo circunstancias muy graves, no hay previstos alistamientos extraordinarios en la Guardia Civil del Mar, cuyo personal tiene jornadas, oficialmente, de ocho horas.

La flota de patrulleras y los agentes del GEAS están repartidos entre tres mandos en ese extremo de Andalucía. Cádiz y Asturias son las únicas provincias españolas con dos comandancias de la Guardia Civil. En el caso andaluz, las comandancias de Cádiz y Algeciras se reparten en sus respectivos puertos las patrulleras, con respectivas cadenas de mando y unidades de Policía Judicial, en las que hay repartidos agentes de la disuelta unidad de élite de OCON Sur.

Cádiz tiene los ojos puestos en la conflictiva desembocadura del Guadalquivir, y Algeciras en la no menos compleja orilla marítima del Campo de Gibraltar. Barbate depende de la de Cádiz pero, en términos de navegación normal, está a 28 millas náuticas de Cádiz y 34 de Algeciras.

Los buzos del GEAS tienen su base en Algeciras, pero no dependen ni de una ni de otra: directamente del mando de la Zona IV de la Guardia Civil, con cuartel en Sevilla.

La flota de patrulleras se reparte en dos puertos, haciendo más simple y barata la logística y la seguridad de las embarcaciones. No ha trascendido hasta ahora que, en la lucha contra el narco, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera hayan probado a sellar los puntos de descarga de la droga, desplegando las patrulleras por puertos más pequeños, como Barbate. Este despliegue precisaría muchos más medios en activo.

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