Periodismo y bulos
Los periodistas del Parlament reclaman más recursos para combatir la desinformación
La UE impone a plataformas como Google, Amazon y TikTok un mayor control de la desinformación
Carles Planas Bou
Periodista
Periodista tecnológico entre el mundo digital y la política internacional. Centrado en capitalismo de plataformas, IA, vigilancia y derechos digitales. Excorresponsal en Berlín durante más de cuatro años, cubrió los gobiernos de Merkel, la crisis de los refugiados y el auge de la extrema derecha. También ha trabajado en Europa Central y en Canadá. Graduado en Periodismo por la URL y máster en Relaciones Internacionales por la UAB. Ha colaborado con TV3, TVE, Deutsche Welle, Catalunya Ràdio, El Orden Mundial o El Salto.
La desinformación siempre ha estado ahí, pero nunca tanto como ahora. El alud de bulos que se propagan por internet preocupa cada vez más a los periodistas, que exigen una mejora de sus condiciones económicas como antídoto a un mal que alimenta la desafección política y mediática de los ciudadanos.
"Reivindicamos el oficio periodístico y su potencial transformador como dique de contención ante la desinformación", ha remarcado Sara González, periodista política de EL PERIÓDICO y presidenta del Col·lectiu Ciutadella. La Associació de Periodistes Parlamentaris de Catalunya ha organizado una mesa redonda en la que ha abordado una problemática que puede ganar peso en 2024, el mayor año electoral de la historia.
"El buen periodismo no se puede sustentar con la voluntariedad, sino en buenas condiciones económicas. El buen periodismo es caro y, si queremos una sociedad libre y adulta, la información se tiene que pagar. Solo así se puede reconquistar nuestra credibilidad perdida", reza el manifiesto impulsado por la entidad de periodistas parlamentarios junto al Col·legi de Periodistes de Catalunya y el Grup de Periodistes Ramon Barnils.
Los participantes en la charla han hecho autocrítica con el rol de los medios de comunicación, pero también han señalado a las redes sociales como grandes propulsoras de la desinformación. "Aunque la totalidad de las noticias que circulasen fuesen ciertas, solo el hecho de informarnos a través de cámaras de eco generaría desinformación (...) Estamos ante la fractura de la esfera pública como la habíamos conocido", ha apuntado Jordi Morales, sociólogo, profesor y analista digital.
Los participantes también han remarcado la necesidad de legislar para poner coto a los bulos, de que los ciudadanos se responsabilizen de una "dieta informativa sana" y que los representantes públicos hagan "política responsable", sin atizar el fuego de la polémica. "Es reduccionista pensar que la desinformación solo viene del populismo (…) Se falta a la verdad desde todos los partidos políticos", ha explicado Alba Tobella, cofundadora de la plataforma de fact-checking Verificat.
Los asistentes a la charla también señalado la necesidad de rechazar el término fake news (noticias falsas), popularizado por el expresidente estadounidense Donald Trump, pues ven en la veracidad una condición sine qua non de toda información publicada por un medio de comunicación. "Como concepto es un oxímoron porque el código deontológico nos obliga a acercarnos a la realidad con la máxima honestidad posible", ha remarcado Joan Maria Morros, degano del Col·legi de Periodistes de Catalunya.
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