Jorge Fernández Díaz: "El presidente del Gobierno lo sabe. Es una tumba, la discreción personificada", por Ernesto Ekaizer

El 2 de octubre de 2014, en una reunión que versaba sobre las operaciones políticas y judiciales del Estado contra los independentistas catalanes, el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al escuchar por boca del director de la Oficina Antifrau de Catalunya, el juez Daniel de Alfonso, las maniobras en curso, entre ellas la próxima filtración de una cuenta falsa en Suiza del entonces alcalde de Barcelona, Xavier Trías, se despiden tras acordar un plan de trabajo. El ministro le dice: 

-Fernández Díaz: Quedamos si te parece. Yo tomo buena nota y voy a trasladar esta conversación a quien te puedes imaginar. Le explico, ¿no? Lo que me has dicho y tal. 

-De Alfonso: Sí, no te preocupes. 

-Fernández Díaz: Esto queda entre nosotros y quien se lo voy a contar, que es una tumba, como es obvio. Ya actuará como estime conveniente. 

El lector dirá: ¿cómo se puede inferir de la frase “a quien te puedes imaginar” que Fernández Díaz se refería a Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno? 

Tendría razón el lector. Sería solo una deducción, no una prueba de cargo. 

Pero he aquí que 14 días más tarde, Fernández Díaz vuelve a reunirse con De Alfonso en el Ministerio del Interior para seguir la marcha de sus acciones. 

Y Fernández Díaz ya no disimula. 

-Fernández Díaz: El presidente del Gobierno lo sabe. 

-De Alfonso: Me parece bien, pero eso es lógico. Es una relación de Gobierno. 

-Fernández Díaz: Yo se lo dije a él, es un hombre discreto donde los haya. Por supuesto, su mano derecha no sabe lo que hace su mano izquierda. Yo le conozco desde hace muchos años. Llevo trabajando y colaborando con él desde febrero de 1991 ininterrumpidamente. 

-De Alfonso: Casi quince. 

-Fernández Díaz: Desde el 1991, 23 años. 

-De Alfonso: 14 años. 

-Fernández Díaz: Desde febrero casi 24 años. 

-De Alfonso: Casi 24, claro. 

-Fernández Díaz: "Que le conocía de antes. Él estaba en el partido [PP] en Pontevedra, yo en Barcelona. Estuvimos en las elecciones con [Antonio] Hernández Mancha y ganamos en las elecciones a Miguel Herrero de Miñón y a todos, en fin, y a Rato, y estábamos todos juntos en esa aventura política ¿no? Pero, vamos, ya de empezar junto con él siendo el secretario general del partido, secretario de política autonómica y tal, y luego en cada ministerio que él ha ido, él es presidente del Gobierno y yo ministro del Interior: en febrero hará 24 [años] y te puedo asegurar que es la discreción personificada.

"A confesión de parte", dice el axioma judicial “relevo de prueba”. Fernández en la confianza que su actividad conspirativa contra el independentismo había ganado con la complicidad el director de la Oficina Antifrau, le sugiere en la primera reunión del 2 de octubre de 2014 que transmitirá al presidente del Gobierno sin nombrarle todavía, las maniobras e informaciones disponibles.  

Más encuentros

Ya en el segundo encuentro 14 días más tarde lo dice sin ambages. Se trata del presidente del Gobierno. Toda la fundamentación sobre su larga relación de 24 años con Rajoy refuerza, si cabía, su decisión de contarle las operaciones en curso. 

El diario Público tuvo acceso antes de las elecciones de 2016 a ambos audios. Según fuentes próximas en su día a José Manuel Villarejo, los audios se habrían filtrado como parte de la llamada “guerra de los comisarios” en las que uno de ellos, Marcelino Martín Blas, jefe de Asuntos Internos de la Policía Nacional (y como Villarejo dedicado también a la 'operación Cataluña'), se mostraba seguro de que Fernández Díaz se aprestaba a nombrar director adjunto operativo de la Policía al comisario José Luis Olivera, al jubilarse del comisario Eugenio Pino a mediados junio de 2016, habría provocado la explosión de la bomba de los dos audios. Precisamente, ambas grabaciones fueron “explotadas” el 21 de junio de 2016, dos días antes del día de la jubilación de Pino el 23 de junio de dicho año.  

El nombramiento de su sustituto estaba previsto para la semana siguiente, lo que fue postergado. Después de las elecciones del 23 de junio 2016, Rajoy, según recomendación de María Dolores de Cospedal, nombraría ministro del Interior al magistrado Juan Ignacio Zoido, quien finalmente en diciembre de 2016 -pese a la promesa que realiza Cospedal a Villarejo- nombrará número dos de la Policía al comisario Pablo Martín, quedando fuera de juego el comisario Olivera. 

El patrón de conducta que seguía Fernández Díaz era mantener informado personalmente a Mariano Rajoy sobre lo que el ministro del Interior -que aquilataba, a su vez, una larga relación personal con Jordi Pujol i Soley- consideraba un tema de seguridad nacional, a saber, la inestabilidad política en Cataluña y el crecimiento del independentismo como el tema crucial de España. 

Las llamadas “NI [Notas Informativas] F/JV Información Confidencial” que escribía Villarejo y que cursaba al director Adjunto Operativo (DAO), Eugenio Pino, y también al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, se referían no solo a Catalunya sino también a otros temas. Uno de ellos tenía también especial relevancia: las relaciones y presuntos negocios entre Juan Carlos I y el tráficante de armas de nacionalidad libanesa y española, Adbul Rahman El Assir, excuñado de Adnan Kashoggi, el célebre traficante de armas saudí.  

Villarejo obtenía esas informaciones precisamente de sus contactos en Ginebra con OP14, código con el cual se identificaba a El Assir, quien desde hace ya tres años también vive en Emiratos Árabes Unidos, prófugo de la justicia española por presunto delito fiscal. Juan Carlos I también se trasladó a Emiratos Árabes Unidos en agosto de 2020. Ambos continúan una relación que habían cultivado largamente en España.

También aportó información a Villarejo el empresario Adrián de la Joya, quien fue cuñado de El Assir. Ambos estuvieron casados con María y Cristina Fernández Longoria, respectivamente.

De Alfonso, juez en Santander, no respondió a las llamadas telefónicas de este diario. Pero esta tarde ha enviado el siguiente mensaje: "No tengo ganas de recordar nada. Lo siento, me afecta mucho. Te mando un fuerte abrazo".

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