DEBATE SOBRE LAS MOVILIZACIONES

La andanada de Aznar obliga a Feijóo a precipitar su respuesta a la amnistía y relegar la investidura

Aragonès ve a Aznar y a Ayuso en "la cueva del autoritarismo de la 'España negra'"

Junqueras compara a Aznar con Primo de Rivera

El Gobierno tilda de "golpista" a Aznar por su andanada contra la amnistía

Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra durante la junta directiva nacional.

Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra durante la junta directiva nacional. / David Castro

Paloma Esteban / Elena Marín

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El PP tenía diseñada una batería de medidas en respuesta a la negociación de Pedro Sánchez con Junts para su futura investidura. Alberto Núñez Feijóo afronta unos días difíciles porque a pesar de haber recibido el encargo del Rey, como él quiso, siempre ha sabido que no tenía los apoyos suficientes. Y su debate de investidura está llamado a convertirse, paradójicamente, en su primer gran discurso como jefe de la oposición una vez más. El PP cree que una amnistía para los independentistas supera todas las barreras. Por eso, Génova apostaba por un paquete de respuesta ordenado. Primero, a nivel institucional. Y después, valorar alguna acción en la calle que recogiera la indignación de la ciudadanía. Pero las palabras de José María Aznar lo precipitaron todo

La movilización de los barones era la primera pieza por el poder territorial que atesora el PP. Su gran músculo está ahora en las CCAA, gobernadas casi todas por los conservadores. Iniciativas en parlamentos autonómicos y ayuntamientos para retratar al PSOE e incomodar a Sánchez. Este lunes, en la junta directiva nacional, anunció el segundo paso: convocar la Comisión General de Comunidades Autónomas para que todos los presidentes desfilen por el Senado. Los del PP, coordinados y con un discurso durísimo contra el PSOE. La tercera pata, que todavía estaba —y sigue— por definir era la de alguna movilización en la calle. Al final será el domingo 24 de septiembre en la Plaza de España de Madrid en un formato más similar a un mitin, pero abierto a la ciudadanía.

Fuentes de la cúpula explican a este diario que había varias opciones encima de la mesa: desde un acto de partido extenso, casi a modo de convención, con cargos de todos los rangos y no solo los habituales encuentros de barones y cuadros más conocidos — “con la idea de exhibir un músculo real”—; que podría abrirse también a la sociedad civil, como deslizó Cuca Gamarra en el anuncio; hasta manifestaciones al uso. Feijóo pidió opinión a los presidentes autonómicos en el almuerzo posterior a la junta directiva del lunes y todos ellos expresaron su punto de vista. 

Algunos creían conveniente hacerlo antes de la investidura y otros pensaban que también tenía sentido después, para no restar protagonismo a ese debate y centrar luego la presión en la de Sánchez. También hubo quien dejó entrever dudas a la hora de organizar protestas en las que “Vox se mueve mejor” y que “tampoco representan la acción del PP”. En lo que terminaron coincidiendo la mayoría era en que para organizar este tipo de iniciativas “hay que aprovechar el momento álgido”.

Precisamente, con la constatación de que el "gran acto" estará organizado y dirigido por el PP, como quiso recalcar Feijóo anoche en una entrevista, los populares también cierran la puerta a que se sume Vox.

“Le ha roto el calendario”

Los dirigentes consultados por este diario aseguran que Feijóo “no improvisó” la idea de impulsar algún tipo de acto en la calle para llamar a la movilización, pero todos coinciden en que Aznar “le ha roto el calendario” y los planes previstos. “Sus palabras desconcertaron a todo el mundo. No toca poner deberes ahora ni hacer esto”, aseguran. 

De hecho, aunque niegan la improvisación total, distintos cargos reconocen que el lunes la decisión no estaba tomada. Y, sin embargo, la secretaria general del PP anunció, justo 24 horas después de los recados del expresidente, que el partido tenía pensado impulsar “un gran acto” el fin de semana del 23 y 24 de septiembre en Madrid contra la amnistía. 

Gamarra no dio más detalles, pero Miguel Tellado, vicesecretario de Organización y persona de la total confianza de Feijóo, fue más allá, también ayer por la mañana: “Es evidente que hay un clamor popular en las calles contra las pretensiones de Sánchez ante las peticiones de un prófugo de la Justicia. Y ese clamor, creemos que lo representamos nosotros. Y estamos obligados a darle salida a ese cansancio de los ciudadanos hartos de chantajes. Saldremos a la calle a reivindicar nuestra Constitución”, aseguró en una visita a Portugalete (Vizcaya), despejando dudas sobre la idea que tenía el PP con su respuesta.

Horas después, sin embargo, los populares se esforzaban en desmarcarse de una movilización en formato de protesta —nunca hablaron de manifestaciones en realidad— lanzando la idea de que sería un “acto de partido”, multitudinario, eso sí, que estaría enfocado a defender “la igualdad de los españoles”. El mismo título que tendrá otro acto que ya pretenden celebrar este domingo en Santiago de Compostela y con el que muchos dirigentes no contaban.

En el partido no esconden “el enredo” en el que creen haberse visto envueltos, especialmente tras lo que dijo Aznar en la inauguración del Campus Faes: "Nadie puede quedarse al margen de una tarea que nos debe convocar para asegurar el futuro. Ninguna instancia, ningún poder democrático, ningún liderazgo social, cultural o intelectual, tampoco la izquierda constitucional que se juega su propia identidad y su trayectoria”. Tampoco ha pasado desapercibida la reacción de Isabel Díaz Ayuso a este llamamiento de Aznar. 

Ayuso aprieta pero no ahoga

La presidenta madrileña ha dado su apoyo público al editorial del ‘think tank’ del expresidente con un mensaje expreso. Y además fue la primera en confirmar que también acudirá a la manifestación de Sociedad Civil Catalana el 8 de octubre en Barcelona. Un gesto que algunos cargos del partido ven “precipitado”, reprochándole la falta de “coordinación” una vez más.

La realidad es que el PP de Madrid se mueve estos días en una especie de contención, cuidándose mucho en no crear malestar a Feijóo, pero apretando en Génova para tener ya una reacción. Al partido madrileño le “quema” la necesidad de movilizarse y hacer ruido en contra de Sánchez, reconocen fuentes de la formación, pero se ven obligados a frenar ese ímpetu para evitar malas interpretaciones. 

Pero lo cierto es que en las conversaciones que han mantenido con Génova en los últimos días han explicado que las movilizaciones no se pueden dejar para más adelante. “Es ahora cuando está caliente”, reflexionan en el entorno de Ayuso. Tampoco es un asunto menor la comunicación fluida que la madrileña tiene con Aznar y, por supuesto, la que existe entre el expresidente y el director de gabinete de Sol, Miguel Ángel Rodríguez, antes portavoz de su primer gobierno.