La factura de la investidura (1)

Las condiciones de Junts para favorecer un gobierno de Pedro Sánchez: amnistía y autodeterminación

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Puigdemont avisa a Sánchez que no cederá a ningún "chantaje político"

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Fidel Masreal

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Amnistía y autodeterminación. Estas son las dos principales exigencias de Junts per Catalunya de cara a una eventual negociación sobre la investidura de Pedro Sánchez si este opta a ello en el Congreso. Las posiciones de Junts son de máximos porque tratan de diferenciarse de la negociación a la baja que, según ellos, ha ejercitado ERC con el PSOE y porque JxCat basa su discurso en la firmeza y la confrontación, alimentada por el hecho de que su líder, el 'expresident' Carles Puigdemont, personalice este enfrentamiento desde su decisión de desplazarse a Bélgica. Por todo ello, el partido desprecia la negociación basada en cuestiones competenciales tales como la financiación, la lengua o los trenes de Rodalies. "No he estado en la cárcel por Rodalies", ha espetado el secretario general del partido, Jordi Turull. Con todo, el programa electoral del partido no fija condiciones concretas y cita todo una serie de agravios en cuestión de autogobierno, con una previa, relativa a la amnistía: "El primero de los compromisos a asumir en la próxima legislatura tiene que ser acabar con la vulneración de derechos fundamentales en el Estado y muy concretamente en relación al independentismo".

La amnistía

Se denomina así a la iniciativa política por la cual, según Junts, el Gobierno podría dejar sin efecto las casusas con la justicia relacionadas con el 'procés' que tienen aproximadamente 4.000 personas. Desde el propio Puigdemont y los 'exconsellers' Toni Comín, Clara Ponsatí y Lluís Puig, pasando por dirigentes del Govern que proclamó la independencia y otros cargos, hasta otras situaciones como la de procesos por faltas o lesiones relacionadas con manifestaciones independentistas. Con esta reclamación, Puigdemont quiere subrayar que no negociará beneficios solo para él y que su listón de reivindicaciones es más alto que lo logrado por ERC en relación a los indultos y la reforma del Código Penal.

Dirigentes de Junts y el PSOE han explorado informalmente la cuestión de la amnistía en términos posibilistas, bajo la premisa de que se puede hablar de ello. Pero poner negro sobre blanco los diferentes casos y causas, y las decisiones a tomar en términos de Código Penal y de coste político, no será una tarea ni fácil ni rápida en caso de encararse esta cuestión.

Autodeterminación

"No regalaremos los votos a quien no nos paga, a quien nos humilla, miente y espía, a los que menosprecian nuestra lengua", afirma el programa de Junts, que insiste en la confrontación con el Estado. Con estos mimbres no es de extrañar que Junts reclame, tras un eventual acuerdo inicial sobre la amnistía, el ejercicio de la autodeterminación. Para entender el punto de partida de Junts, hay que recordar que este partido sigue considerando no sólo válido sino vigente el referéndum del 1-O de 2017 pese a que careció de las mínimas garantías y reconocimiento legal internacional. Para Junts, aceptar un nuevo referéndum es ya una cesión. Y en esa clave está Puigdemont, la de exigir el referéndum como condición negociadora. En su día, cuando se forjaba el 1-O, en una entrevista a EL PERIÓDICO, el entonces 'president' se mostraba negociador... pero solo para fijar fecha y condiciones del referéndum, no para renunciar a él bajo ningún concepto.

Los agravios

Tras estos dos grandes bloques de exigencias, Junts exhibe todo un listado de agravios, en su programa electoral. Desde el corredor ferroviario mediterráneo a la financiación, pasando por la defensa del catalán, la financiación de la ley de la dependencia o la gestión de las becas universitarias. Esta agenda, la que Turull minimizó en esas declaraciones, también estaría sobre la mesa en caso de negociación, aunque fuera para poner sobre la mesa de la legislatura todo lo que JxCat seguiría exigiendo.

La metodología

Puigdemont pilotará las negociaciones, si estas se llegan a producir. El partido guarda un sonoro silencio mediático para blindarse en este proceso negociador, en el que el secretario general y la presidenta de la formación, Jordi Turull y Laura Borràs, dejan en manos del 'expresident' el peso del eventual diálogo. Lo previsible es que el 'expresident' designe a personas de su máxima confianza para controlar el proceso. La dirección y el consejo nacional -máximo órgano entre congresos- no es previsible que sean determinantes, por lo que los dirigentes más partidarios de que el diálogo con el PSOE fructifique sin maximalismos difícilmente tendrán capacidad de influencia interna.

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