Declaración judicial

Puigdemont envió a Elsa Artadi a una reunión con rusos sobre criptomonedas antes de la DUI

La expolítica reconoce al magistrado que mantuvo un encuentro en un hotel en que se habló de moneda virtual y que también participó en otro entre emisarios de Rusia y Carles Puigdemont en la residencia oficial de este

Artadi testifica ante el juez que investiga una supuesta trama rusa de apoyo al ‘procés’

Elsa Artadi en una imagen de archivo/ Joan Cortadellas /

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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La exdirigente de Junts Elsa Artadi admitió este martes ante el juez que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont le envió, como experta en economía, a una reunión en la que participó un supuesto emisario ruso para hablar de criptomonedas. Este encuentro, celebrado en el Hotel Colón de Barcelona, se produjo entre el 21 y 24 de octubre de 2017, días antes de la declaración unilateral de independencia (DUI).

La testigo explicó que esta reunión duró unos 20 minutos y que la información que recibió era “muy difusa”, según fuentes judiciales. ”No sé lo que querían”, precisó la exdiputada de Junts y excandidata a la alcaldía de Barcelona. Aseguró que ese grupo de personas, entre los que se encontraban Víctor Terradellas, ex-responsable de relaciones internacionales de CDC, le llegaron a preguntar qué planes tenía la Generalitat respecto a criptomonedas y que ella contestó que ninguno. La reunión se hizo en un hotel y no en su despacho oficial (secretaria general de coordinación interdepartamental) porque, según la expolítica, era habitual hacer en esos sitios o en cafeterías. Artadi salió de la sala de vistas por un acceso interno para evitar a los medios de comunicación.

Según reconoció también, Artadi estuvo presente en otra reunión en la que, directamente, Puigdemont recibió a los presuntos emisarios rusos en la Casa dels Canonges, residencia oficial del 'president'. En este contactó que tuvo lugar el 26 de octubre, un día antes de la DUI, participó Terradellas, impulsor de la anterior reunión en el hotel de Barcelona; el empresario catalán Jordi Sardà Bonvehí; el exdiplomático ruso Nicolay Sadovnikov, y el exmilitar Sergey Motin. “No recuerdo de qué se habló”, detalló Artadi. Ese encuentro duró unos tres o cuatro minutos, según ella.

Durante esta declaración, el juez instructor Joaquín Aguirre, que investiga la trama rusa del 'procés', advirtió a Artadi de que su testimonio carecía de credibilidad, que como testigo tiene la obligación de decir la verdad y que, de lo contrario, “podría tener consecuencias penales”, indicaron las fuentes consultadas.

El supuesto espía

El juez también interrogó como imputado a Alexander Dmitrenko, a quien el Gobierno español le ha denegado la nacionalidad española por su vinculación con los servicios de inteligencia rusos. Este empresario residente en Barcelona sostuvo que la compra de gas licuado por parte de una empresa de Hong Kong a otra rusa no tenía nada que ver con el proceso independentista y que era un negocio suyo en el que participaba como comisionista.

Dmitrenko relató que los 295.000 euros que la empresa rusa pagó como adelanto no llegó nunca a España y que la idea era ingresarlos en una cuenta de Artiem Lukoyaviuv (que fundó con él una compañía en Londres), hijo adoptivo de Vladislav Surkov, apodado el ‘cardenal gris’, un influyente y misterioso exasesor personal del dirigente ruso, Vladimir Putin. De este amigo dijo que era importante para Catalunya tener contacto con él desde el punto de vista empresarial.

Según este imputado, este negocio podía favorecer a la Cámara de Comercio de Barcelona, entonces dirigida por el ahora diputado de Junts Joan Canadell, y a Catalunya, no solo porque él paga impuestos aquí, sino porque en los puertos de Barcelona se puede descargar esa material. La compra venta, al final, no se llevó a cabo y el dinero, según el encausado, se lo quedó la empresa rusa.

Al ser preguntado por el fiscal Fernando Maldonado porque el jefe de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, se alegró de que ese negocio tuviera éxito, Dmitrenko afirmó que fue porque era amigo suyo porque le había ayudado antes para que le nombraran embajador de la Cámara de Comercio de Barcelona en Rusia. “Se alegró de mis éxitos”, subrayó. 

Dmitrenko reconoció que como estaba agradecido a Alay por su ayuda le propuso dos conferencias en Moscú, no detallando si presentó a otras personalidades de ese país. Otras fuentes apuntas que el jefe de la oficina de Puigdemont se vio con el hijo adoptivo del ‘cardenal gris’ (se lo presentó él), así como con periodistas cercanos al Kremlin.