El catalán en la educación

Junts per Catalunya se descuelga del pacto sobre la reforma de la inmersión lingüística

ERC ataca la "irresponsabilidad" posconvergente por actuar en "clave de partido y no de país"

PSC y 'comuns' recuerdan que el texto sigue teniendo mayoría en el Parlament y piden sacarlo adelante

Josep Rius

Josep Rius / ACN / MARIONA PUIG

Xabi Barrena
Júlia Regué
Daniel G. Sastre
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El enésimo pronunciamiento del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) que apremia a la Generalitat a ejecutar la sentencia que fija un 25% de clases en castellano confirmó el augurio del PSC, ERC y 'comuns': Junts rompió la baraja y se descolgó definitivamente del acuerdo para retocar la ley de política lingüística y tratar de sortear los porcentajes de catalán y de castellano en las aulas. La modificación legislativa puede salir adelante si los republicanos aceptan el reto de aprobarla con socialistas y 'comuns'. O lo que es lo mismo, sin el resto del independentismo.

"La crónica de una deserción anunciada", espetó la líder de los 'comuns', Jéssica Albiach, tras ser informada de que la dirección de Junts había decidido "por unanimidad" salirse de la ecuación, justificando ante las cámaras que no había el consenso social necesario para apoyar la reforma -tras las críticas del ala más dura del independentismo- y que un retoque a la norma de 1998 tampoco frenaría las intenciones del tribunal, que ya fue informado de que se cocinaba esta ley en el Parlament antes de pronunciarse pidiendo la ejecución forzosa del fallo.

ERC no tardó en arremeter contra sus socios en el Govern, por lo que consideran una maniobra de partido que se lleva a cabo después de que Jordi Turull y Laura Borràs hayan cerrado un acuerdo para coliderar Junts.

Tampoco esta brecha pasará factura a un Govern habituado a que Junts-partido sea más vehemente que Junts-Govern

Nueva brecha, pues, entre los partidos que forman el Consell Executiu, pero tampoco llegará a mayores. Quien más quien menos en ERC tiene asimilado que Junts-partido se halla inmerso en las turbulencias propias de la etapa pre-congresual y aíslan estas polémicas. Los republicanos insisten en que la cohesión del gabinete de Aragonès es sorprendentemente alta, tanto que no les extraña que, desde el mismo seno de Junts, se intente menoscabarla para que encaje con el discurso más frentista de la propia Borràs, presidenta ‘in pectore’ de la fuerza.

Las condiciones

El texto que fue pactado a cuatro bandas el 24 de marzo -y que no ha llegado al pleno por las peticiones de prórroga de Junts- no fija ningún porcentaje, reza que el catalán es la lengua "normalmente empleada" como lengua vehicular y de aprendizaje del sistema educativo y que "también es empleado el castellano en los términos que fijen los proyectos lingüísticos de cada centro". Pero la constatación del castellano como lengua docente, levantó las críticas de algunos sectores independentistas y provocó la retirada de Junts.

El portavoz del partido, Josep Rius, defendió en rueda de prensa que su formación puso tres condiciones, "que no han sido aceptadas", para mantener el acuerdo: que el catalán siga siendo lengua vehicular, proteger las direcciones y los docentes validando los proyectos desde el Govern y proteger la inmersión y mantener las aulas de acogida como elemento de aprendizaje.

Unos argumentos para desdeñar el pacto inicial que el resto de partidos impulsores rechaza porque defienden que sí se blinda el catalán como lengua vehicular y porque la adaptación a los proyectos educativos siempre está supervisada por el Executiu. "La reforma de la ley de política lingüística no servirá para proteger la inmersión", insistió Rius, dando por zanjado el asunto y pasando la pelota al Govern, ya que según explicó, el partido diseñará un decreto ley con la ambición de que el Consell Executiu lo apruebe cuanto antes.

Una "grave irresponsabilidad"

"Salirse de este acuerdo, por razones que nadie entiende y que tiene que ver con las pugnas internas de un partido es una grave irresponsabilidad y supone resignarse a que sean los tribunales los que decidan la política lingüística", señaló su homóloga en ERC, Marta Vilalta, que lamentó que Junts decida "en clave personal y de partido, y no de país".

"No presentan una sola alternativa y ponen la alfombra roja para que los jueces hagan lo que les venga en gana bajo el mensaje de que 'no se puede hacer nada'. Y eso, no hacer nada, no es una opción para ERC", remachó. Unos reproches calcados a los de los morados, que aseguraron que Junts no planteó en ningún caso cuáles eran sus enmiendas y qué partes pretendía retocar.

Esquerra acusa a Junts de dejar el catalán a merced de los tribunales

Mayoría suficiente

El PSC y los 'comuns' esperan que ERC sí cumpla con su palabra y que el descuelgue posconvergente no impida la aprobación de los cambios. Fuentes socialistas enmarcan la decisión de Junts en la pugna constante con ERC por la hegemonía dentro del independentismo, así que piden "estar a la altura". "Lo peor en esta vida, y en la política, es perder el norte y no tener una dirección clara", espetó la portavoz Alícia Romero.

Pero Vilalta no quiso avanzar si van a promover la aprobación de la ley, habida cuenta de que los apoyos (73 diputados) existen. "No lanzamos la toalla", señaló. El propio 'president' Pere Aragonès, el miércoles, tras el anuncio del TSJC, exhortó a las partes a hallar una salida rápida que permita hacer frente al dictado de los tribunales.

Por su parte, la CUP insiste en modificar la ley de educación de Catalunya para que el catalán sea la "única lengua vehicular", pero no recaba el apoyo de ningún otro partido.