Partido Popular

El PSOE confía en que Gamarra siga como principal interlocutora en el Congreso

Los socialistas prefieren que el día a día del grupo siga en sus manos si el camino a partir de ahora es un mayor entendimiento entre los dos grandes partidos

Cuca Gamarra, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.

Cuca Gamarra, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados. / EP

Paloma Esteban

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Los cambios que pueda sufrir el grupo parlamentario popular en el Congreso con la llegada de Alberto Núñez Feijóo también inquietan a la oposición. Especialmente al PSOE, ahora que además se abre una posible etapa de mayor entendimiento con el primer partido de la oposición. El líder del PP planea hacer una reunión con los grupos en Congreso y Senado una vez haya dejado la Xunta para acometer modificaciones en las dos Cámaras y comunicar si, finalmente, será senador por designación autonómica. Es la única vía que tiene para estar en las Cortes Generales en lo que queda de legislatura.

En la Cámara Baja el grupo popular se mantiene en tensa calma. El ascenso a secretaria general de Cuca Gamarra implicará, según coinciden muchos diputados y dirigentes, en la delegación de parte de sus responsabilidades actuales. El PP pretende subsanar la ausencia de Feijóo en el Congreso con su número dos interpelando al presidente del Gobierno. La fórmula no está clara, pero Gamarra podría seguir ostentando la portavocía y tener portavoces adjuntos con mayor peso. O bien, liderar el grupo sin ser la portavoz y protagonizando los duelos con Pedro Sánchez cada miércoles. 

Lo que en el PP tienen claro es que no podrá seguir dirigiendo el día a día del grupo parlamentario y eso es exactamente lo que quiere el PSOE. La portavoz se ocupa de coordinar las preguntas de los diputados y está al tanto de la organización de los plenos, los debates y la agenda semanal. Eso, insisten, es incompatible con su agenda de número dos del partido.

Según explican fuentes parlamentarias socialistas a este diario, la interlocución con Gamarra es absolutamente fluida, tanto en términos parlamentarios como con miembros del Gobierno. Hay sintonía y siempre la ha habido, incluso en momentos muy delicados durante los meses pasados con Pablo Casado y Teodoro García Egea. Lo malo, insisten, es cuando el exsecretario general “se metía por el medio”. Hubo etapas de muchísima desconfianza y descoordinación por ese motivo y afirman que Gamarra es “una garantía” de palabra y de posibilidad de acuerdo

A pesar de los ataques cruzados que mantienen cada semana entre portavoces, la relación de la popular con sus rivales y especialmente con el socialista, Héctor Gómez, es muy estable. Las conversaciones privadas son más habituales de lo que muchas veces trasciende y el temor a un nuevo portavoz con el que no haya tanta afinidad sugiere desconfianza para el PSOE.

Sobre todo, si el nuevo liderazgo de Feijóo implica, como parece, desatascar algunos acuerdos entre los dos grandes partidos. No solo el Consejo General del Poder Judicial (Sánchez y el dirigente gallego pactaron retomar las conversaciones y designarán equipos negociadores próximamente), que también, puesto que se trata de una negociación fundamentalmente parlamentaria, sino de otras cuestiones pendientes como la Ley de Seguridad Nacional o la Ley de Secretos Oficiales, donde también hay cercanía.

El PSOE es partidario de que Gamarra siga al frente de estas conversaciones en la medida de lo posible. Sin duda, uno de los momentos más difíciles que vivió la portavoz y que también relatan algunos grupos parlamentarios rivales fue la votación de la reforma laboral y la posterior comparecencia del PP que llegó a poner en duda el sistema de votación de la Cámara. Un episodio del que los populares no quieren volver a oír hablar, lo que pone negro sobre blanco la incomodidad que supuso insistir en aquel error. Fue la equivocación en el voto del diputado Alberto Casero lo que permitió al Gobierno salvar una votación crucial, la más importante que ha afrontado el Congreso, cuando estaba a punto de perderla.

Además de la portavocía, los diputados del PP esperan algunas reasignaciones de área y más cambios en la dirección del grupo. Aunque la idea que está mandando Génova es la de que Feijóo no busca imponer revoluciones ni castigos de ningún tipo, todos tienen claro que dejará su impronta como ya está haciendo en la sede del PP. Está por ver qué parlamentarios adquirirán más peso a partir del mes de mayo.

La misma incógnita rodea al Senado, donde el partido tiene un banquillo de veteranos muy superior. En la formación muchos descuentan el relevo de Javier Maroto como portavoz, aunque en el entorno de Feijóo siguen repitiendo que no ha tomado decisiones al respecto. El nombramiento de José Antonio Monago al frente del Comité de Derechos y Garantías del partido saca a uno de los ‘pesos pesados’ de la Cámara Alta de la carrera. Hay otros veteranos que sí siguen en las quinielas y senadoras al alza como Pilar Rojo y Ana Alós.

El presidente de la Xunta se mantiene fiel a respetar los tiempos y no tomará estas decisiones hasta que Alfonso Rueda, ya convertido en el sucesor con toda claridad, tome las riendas en Galicia. A partir de ese momento, Feijóo se verá con los grupos parlamentarios y los cambios se harán oficiales.