La ampliación de El Prat abre la primera fisura de la 'era Aragonès' entre ERC y Junts

El 'president' no se define, pero aboga por una "prosperidad" que no venga de la mano del "desarrollismo"

El vicepresidente Puigneró apuesta sin ambages por la mejora de la infraestructura

Jordi Puigneró y Pere Aragonès, en el Parlament

Jordi Puigneró y Pere Aragonès, en el Parlament / ACN / BERNAT VILARÓ

Xabi Barrena / Fidel Masreal / Júlia Regué

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Primeros visos de grietas en el neonato Govern. Y en el primera primera sesión parlamentaria de la legislatura con un Govern ya a pleno rendimiento. En el primer minuto de juego, como quien dice. El 'president', de ERC, y el vicepresidente, de Junts, mostraron ya sus diferencias en el primer gran tema en debate, la ampliación o no del aeropuerto de El Prat. Primero, Jordi Puigneró, en respuesta a la oportuna primera pregunta de todas, obra de su correligionaria Elsa Artadi --quien rehusó formar parte del Executiu--, por lo que no cabe alegar sorpresa alguna, aseguró que Catalunya "no se puede permitir el lujo de no tener un aeropuerto preparado para la economía del siglo XXI". Apenas 20 horas antes, el 'president', Pere Aragonès, defendió que la cuestión no aceptaba posiciones "binarias" dada su complejidad y rehusó apoyar o rechazar la propuesta de ampliación. Con todo, Puigneró defendió, también, la creación de una mesa institucional para abordar la ampliación del aeropuerto de Barcelona, que anunció el martes Aragonès.

Y el 'president', ante la Cámara, y a pregunta de la CUP, el socio que se pretende de estabilidad parlamentaria, se reafirmó en que su Gabinete apostará por las medidas que aporten "prosperidad" a la economía catalana, pero advirtió de que, bajo ningún pretexto, se trazará el futuro de Catalunya en clave "desarrollista". Un término que remite a la sobrexplotación del territorio, urbano y rural, durante el crecimiento económico del franquismo para dar cabida a la migración que llegaba a las ciudades y a los turistas que hacían lo propio a la costa, a beneficio de inventario, siempre, de una élite económica catalana.

"Queremos una prosperidad compartida, pero abandonando ideas antiguas de desarrollismo acelerado"

— Pere Aragonès, presidente de la Generalitat

El 'president', así, prefirió que los goznes de la coalición con Junts emitieran un ligero chirrido (no es descabellado pensar en que el 'exconseller' de Economia vea necesaria la ampliación) a enojar a los 'socios segundos', la CUP. Sobre todo si la decisión de si se amplía o no la infraestructura no depende en exclusiva de la Generalitat. De hecho, el jefe del Executiu desea que sea consensuada entre todas las administraciones y entidades (también ecologistas) y que cuente con el visto bueno de la Comisión Europea, de quien depende, en última instancia, la inclusión de la zona del delta de Llobregat en la red Natura 2.000 de espacios protegidos.

El debate pendiente en Junts

Mientras, en Junts admiten --y así lo han comentado en chats internos-- que el grupo parlamentario debe debatir al respecto. Por un lado están las posiciones más claramente partidarias, como la del 'exconseller' de Empresa Ramon Tremosa, que está convencido de que Catalunya no puede desaprovechar esta oportunidad y debe evitar posiciones de decrecimiento aisladas. También apoyan el proyecto el 'exconseller' de Economía Andreu Mas-Colell y el expresidente de la Cambra de Comerç y diputado de JxCat Joan Canadell.

En cambio el 'exconseller' de Territori Damià Calvet considera que se puede lograr que El Prat sea un 'hub' internacional sin alargar las actuales pistas. En un reciente artículo en 'El Nacional', Calvet rechaza "adhesiones inamovibles" y pide debatir sobre el rol de la aviación en la movilidad futura y los valores medioambientales de la zona. Y finalmente, reclama un gran consenso tras un análisis a fondo. En esto último coincide con la posición oficial de Puigneró y Aragonès a favor de una decisión consensuada.

"Este país no se puede permitir el lujo de no tener un aeropuerto preparado para el siglo XXI"

— Jordi Puigneró, vicepresidente del Govern

Choque PSC-'comuns'

Por su parte, el líder del PSC en el Parlament, Salvador Illa, intentó lograr una posición personal clara de Aragonès. Pero no hubo forma. El 'president' insistió en que es partidario "mejorar la competividad respetando la biodiversidad". "Olvide la retórica de culminar la independencia y vaya a las cosas: lo primero, el aeropuerto. No se escude en los otros”, espetó, y defendió que Catalunya no puede renunciar a la magnitud de la inversión prevista para la ampliación.

Incluso tendió la mano al Govern ofreciéndole el apoyo del PSC "si tiene problemas con su mayoría", aludiendo a la negativa de la CUP. "Le pido que tenga una posición clara y que los que no lo tienen claro se aclaren ellos mismos como, por ejemplo, la alcaldesa de Barcelona. A ver si se empieza a aclarar ella misma", continuó, disparando contra sus socios en Moncloa y abroncando el alboroto que generaron sus palabras en la bancada de los ‘comuns’.

El encargado de rebatirle fue el diputado de En Comú Podem, David Cid, quien señaló al PSC por "actuar como representante de Aena en Catalunya", y sostuvo que la posición de Ada Colau es atender la emergencia climática y promover un cambio de modelo turístico. "No es un aeropuerto del siglo XXI, sino de los años 90", dijo sobre el plan, y, dirigiéndose a Illa, remachó: "Cuidado con lo que hacen, porque también saben hacer aeropuertos sin aviones, porque Alguaire lo hizo alguien y no fue el Estado, sino la Generalitat y el señor [Joaquim] Nadal". La trifulca continuó en las redes sociales, donde Cid acusó a Illa de "parecer el primo de [Mariano] Rajoy".