Inmunización

Los vacunados con la primera dosis de AstraZeneca recibirán una segunda de Pfizer

Sanidad y las autonomías muestran sus diferencias sobre las pautas mixtas

Un estudio concluye que combinar ambos sueros es “eficaz y seguro”

El Colegio de Médicos considera inseguro que a los inmunizados con AstraZeneca se les ponga otra vacuna.

El Colegio de Médicos considera inseguro que a los inmunizados con AstraZeneca se les ponga otra vacuna. / Archivo

Juan Ruiz Sierra
Patricia Martín
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Más de un millón y medio de trabajadores esenciales menores de 60 años, como profesores, policías y militares, se quedaron en el limbo a principios de abril. Tras haber recibido la primera de las dos dosis preceptivas de la vacuna de AstraZeneca, el Gobierno central, siguiendo la estela de Francia y Alemania, decidió que paralizaba la inoculación de este fármaco en el colectivo, debido a unos muy infrecuentes trombos, potencialmente mortales, cuya aparición, dentro de su extrema rareza, era más común en las personas más jóvenes. Desde entonces, estaban a expensas de una decisión que llevaba semanas retrasándose, sin saber qué pasaría con su segundo pinchazo. Este martes por la noche, el Ministerio de Sanidad acordó con las comunidades, tras una dividida reunión de la Comisión de Sanidad Pública, que los vacunados con AstraZeneca reciban una segunda dosis de Pfizer.

"Todas las personas recibirán así su segunda dosis en los próximos días y el ritmo de vacunación seguirá siendo muy ágil dado el gran número de vacunas que están llegando estas semanas a nuestro país", señalaron fuentes de Sanidad. Solo queda por resolver un fleco: la posibilidad de que aquellas personas que no quieran ponerse Pfizer de segunda dosis puedan, "dadas las circunstancias extraordinarias", recibir una de AstraZeneca.

Euskadi, Navarra y Melilla defendieron la opción de que se pudiese elegir voluntariamente un segundo pinchazo de AstraZeneca, según fuentes conocedoras de la reunión, dentro de una cita de la Comisión de Salud Pública que mostró visiones encontradas. Hubo diez territorios, contando los tres anteriores, que votaron a favor de la pauta mixta. Siete que defendieron continuar con AstraZeneca. Y dos abstenciones: Aragón y Castilla-la Mancha.

El Ministerio de Sanidad ha abordado esta decisión con mucha calma. Tanta, que aceptó rebasar el límite de 12 semanas entre un pinchazo y otro que recomienda la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el prospecto del propio fármaco. El ministerio amplió su administración a 16 semanas y dejó claro que no movería ficha hasta conocer los detalles preliminares de un estudio, llamado CombivacS e impulsado por el Instituto de Salud Carlos III, que este martes concluyó que las personas vacunadas con una primera dosis de AstraZeneca a los que se les administró una segunda de Pfizer aumentaron su respuesta inmunitaria frente al virus, sin que se incrementasen los efectos secundarios.

“Las personas que han recibido una dosis de AstraZeneca pueden recibir de manera eficaz y segura una dosis de Pfizer”, señaló durante la presentación Jesús Antonio Frías, uno de los coordinadores del trabajo, llevado a cabo con más de 600 voluntarios en cinco hospitales españoles. Los participantes se dividieron en dos grupos: 442 recibieron una segunda inyección de Pfizer, mientras 232, que habían sido inoculados también con una primera de AstraZeneca, no recibieron ninguna otra vacuna, para comprobar la diferente reacción entre ambos.

El primer colectivo multiplicó por 120 su respuesta inmunitaria una semana después de la segunda vacuna; su respuesta defensiva neutralizante, por siete. En los ensayos similares con una segunda dosis de AstraZeneca, la respuesta en este último apartado se multiplicaba por entre tres y cinco. En cuanto a los efectos adversos entre quienes combinaron los dos fármacos, entraron dentro de lo esperado: fueron de carácter leve o moderado y se dieron mayoritariamente entre los dos y tres días posteriores al pinchazo, para después desaparecer.

Distintas visiones

El estudio español, sin embargo, contrasta con otro similar llevado a cabo en el Reino Unido. Los investigadores observaron allí un gran incremento de los efectos secundarios leves entre los inoculados con una segunda dosis de Pfizer. Sin embargo, los investigadores españoles aconsejaron en la presentación de los resultados no comparar trabajos con metodologías diferentes. Aun así, tratándose de muestras tan pequeñas, resulta difícil detectar la aparición de trombos raros, que se han dado en una proporción de en torno a cuatro cada millón de personas. 

En cualquier caso, la decisión de Sanidad de suspender la inoculación de AstraZeneca entre los menores de 60 años, manteniéndola para quienes superan esa franca de edad, concuerda con la de otros países europeos, en un contexto de tensas relaciones entre la UE y la compañía. La EMA, en cambio, aboga por completar la vacunación con este fármaco, en lugar de combinarla con el de Pfizer, en una posición similar a la que mantienen numerosos epidemiólogos y el Consejo General de Médicos.  

También varias comunidades autónomas han dejado claro en los últimos días que no comparten el enfoque adoptado por el Gobierno. Madrid defendió desde el primer momento que la segunda dosis debía ser de AstraZeneca, e incluso advirtió de que si el Ejecutivo central no adoptaba pronto una decisión, la comunidad completaría la pauta con esta misma vacuna. Andalucía, Galicia y Catalunya argumentaron, en el mismo sentido, que esta es la mejor opción, porque los inoculados con una primera dosis necesitan una segunda “a la mayor brevedad posible”. Incluso la Comunidad Valenciana, gobernada por el socialista Ximo Puig, se posicionó este martes a favor de seguir con AstraZeneca.