ANIVERSARIO DE LA SENTENCIA DEL 1-O

Cuatro razones para pedir el indulto para los presos del 'procés'

UGT, Lliga Democràtica, los expresidentes del Parlament y un abogado promueven la medida de gracia

Combo indultos: Joan Rigol, Camil Ros, Francesc Jufresa y Josep Ramon Bosch

Combo indultos: Joan Rigol, Camil Ros, Francesc Jufresa y Josep Ramon Bosch

Júlia Regué / Fidel Masreal / Gabriel Ubieto

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Cuatro peticiones de indulto están sobre la mesa del Gobierno. El abogado penalista Francesc Jufresa registró la primera ante el Ministerio de Justicia para los 12 condenados por el 1-O el 24 de diciembre del 2019. Le siguió el sindicato UGT de Catalunya el 16 de julio del 2020, solicitando la medida de gracia para la 'exconsellera' Dolors Bassa. Los expresidentes del Parlament -Joan Rigol, Núria de Gispert y Ernest Benach- hicieron lo propio con Carme Forcadell en agosto. La cuarta y última solicitud fue de la Lliga Democràtica un mes después.

Camil Ros: "Estamos satisfechos de haber abierto el debate"

¿Por qué consideran necesario presentar el indulto?

Antes incluso de la propia sentencia del 'procés', ya estuvimos valorando qué podíamos hacer como UGT de Catalunya para situar puentes y diálogo. Se podría haber planteado para más gente, pero como no había consenso en ese sentido, decidimos preparar la petición indulto para Dolors Bassa. Siempre ha sido una persona de consenso y de diálogo. El ejemplo es la renta mínima garantizada [que impulsa como 'consellera' de Treball] y que fue aprobada por unanimidad por el Parlament. Ella ha contribuido de manera especial a construir la UGT plural y diversa que tenemos y, por eso, decidimos presentar el indulto. El comité nacional de UGT de Catalunya lo aprobó con más del 90% de los votos.

"Podríamos haber planteado el indulto para el resto de presos, pero no había consenso interno"

¿Por qué el indulto y no otra fórmula?

Para el proceso de soluciones políticas, no podemos empezar por el final, sino por las soluciones individuales. Estas pueden ser un camino hasta que la mesa de diálogo pueda encontrar una salida más global. Además, siempre hemos pensado que ni la prisión preventiva ni la condicional eran unas decisiones jurídicamente justas. En los debates sobre la amnistía o la reforma del Código Penal, no estamos ni a favor ni en contra. Si salen de prisión, creo que es un elemento que ayudará a encontrar soluciones.

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UGT es la primera organización que pide el indulto. ¿Se sintieron presionados?

En un primer momento sí había más división de opiniones, pero ahora, visto en perspectiva, vemos que ha sido aceptado y que es una vía. No recibimos una presión furibunda, hubieron llamadas en un sentido y en otro… pero no es nada que no nos haya pasado en un momento u otro del 'procés'. Siempre hemos intentado tener la mente fría y una posición lo más plural posible y lo más tendente a sumar. Como organización, estamos satisfechos de haber abierto este debate y que, evidentemente, si acaba en un resultado positivo, mejor.

¿Qué Pepe Álvarez haya sido más de dos décadas secretario general en Catalunya ha ayudado a implicar a la UGT a nivel confederal?

Con él, todas estas cosas son muy fluidas, no lo negaré. Quiero pensar que con otro secretario general también hubiera sido posible. Él nos ayuda para explicar una visión de Catalunya en los ámbitos de influencia y gobierno de Madrid que él vive directamente.

Joan Rigol: "Me llegan mensajes de que se lo toman seriamente"

¿Tiene indicios directos o indirectos de que el Gobierno concederá los indultos?

Te llegan mensajes -lo diré con la expresión popular- de 'radio macuto', que se lo toman seriamente. No es una cosa que digan que se archiva y se pudre, sino al contrario. Ese es el mensaje que me llega, no de forma directa, pero sí a través de gente. Sí, tengo esperanzas de que esto se resuelva y se resuelva bien.

Aunque hubiera informes desfavorables de fiscalía y del Supremo, ¿cree que el Gobierno aceptaría la medida?

Creo que el Ministerio de Justicia tiene una personalidad propia que me permiten pensar que sí, que no es un ministerio de segundo orden ni de capear los temas, sino que los afronta.

¿Qué supondría el indulto para el conflicto actual?

Consolidar una plataforma para avanzar a través del diálogo, que se puede consolidar si las instituciones que tienen responsabilidades académica, económica y social refuerzan esta actitud. Puede ser no un punto y aparte, pero sí un punto y coma para hallar una salida que convierta el problema en algo no penal, sino de diálogo político.

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¿Cree que esa medida puede facilitar puentes de diálogo?

Me gustaría que los indultos fueran el inicio de un puente y que nos sintiéramos interlocutores el uno con el otro, porque mientras te sientes adversario, solo fijas tus fuerzas, pero si ha de haber una colaboración en algún punto del proceso, has de reconocer la interlocución del uno y el otro.

"Me gustaría que los indultos fueran el inicio de un puente y que nos sintiéramos interlocutores el uno con el otro"

¿Qué opina de los dirigentes que rechazan el indulto, como Jordi Cuixart?

Ante un hecho tan duro como es el de estar en la cárcel, cualquier reacción es positiva porque son actitudes de personas que quieren dar lo mejor por mi país. Cuando un preso dice 'no necesito ningun permiso para ser libre porque me siento libre', es un gran ejemplo de una fortaleza extraordinaria. La persona que dice 'tengo dos hijos en casa que cuando los veo es a través de un cristal porque no me los dejan ni tocar, y quiero salir porque me he comprometido por mi país' es otro ejemplo positivo. No se pueden contraponer.

Francesc Jufresa: "La amnistía sería acabar con el sistema democrático actual"

¿Por qué decidió presentar una petición de indulto para los condenados por el 1-O?

Lo presenté estrictamente por razones de conciencia tanto jurídica como política. Viendo la situación de los políticos presos, cómo estaba yendo el juicio y aquel exabrupto judicial que hizo el magistrado Pablo Llarena renunciando a la entrega de Carles Puigdemont, supuse que vendría una sentencia condenatoria brutal. Pese a que fue menos brutal de lo que pedía la fiscalía, son condenas exasperadas, desproporcionadas, porque incluso, condenando por sedición, aplican el tipo más agravado. Cuando veo todo eso digo: se tiene que pedir el indulto.

La mayoría de presos desdeñaron solicitarlo.

Yo era consciente de que los políticos no lo pedirían por razones de dignidad política y pensé que ahí yo podía ser útil. Había seguido con toda atención el procedimiento judicial e hice la petición de indulto expresando estas razones de utilidad e interés público, con razones constitucionales y jurídicas.

¿Se ha puesto en contacto con los condenados?

No. No he hablado con ninguno de los presos. No he presentado el indulto por indicación de los presos, ni por indicación de los partidos de los que forman parte. Lo he hecho estrictamente por razones de mi conciencia profesional, jurídica y política.

A nivel político, ¿en qué puede ayudar esta medida?

Puede ayudar muchísimo. Estamos en un momento político de una tremenda gravedad por la pandemia, pero también grave por la situación política en Catalunya. Este es uno de los factores permanentes de desestabilización política en el Estado, y no desde hace unos meses, sino que viene de hace siglos. Ahora tenemos, por una serie de carambolas históricas, un Gobierno de izquierdas que no está cerrado a buscar soluciones políticas a la cuestión catalana como ha estado la derecha. Es un momento para que un Gobierno como este pueda hacer un gesto solucionando un problema humano terrible como el que tienen estas personas privadas de libertad desde hace más de tres años.

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¿Tiene esperanzas en que su solicitud prospere?

Tengo el convencimiento de que sí, de que el Gobierno concederá el indulto. Si no total, parcialmente. Yo pido el indulto total: de la pena privativa de libertad y de las penas de inhabilitación. Puede ser que lo den para todo o solo para la pena privativa de libertad, pero, en cualquier caso, en Catalunya sería un factor de distensión y permitiría continuar con esta iniciativa del Gobierno de sentarse en una mesa de negociación para buscar de una vez una solución política para Catalunya.

¿Cree que los informes del Tribunal Supremo y de la Fiscalía influirán en la decisión final?

No, pienso que no influirán nada porque no son vinculantes. La opinión del Supremo ya la sabemos, es la de la sentencia, pero es que el indulto es una cosa absolutamente potestativa del Ejecutivo.

"La Constitución, reformándola, puede dar aún mucho juego"

Los independentistas piden una ley de amnistía. ¿Qué opina?

Es lógico, porque los independentistas lo que fundamentalmente quieren es la independencia. Las leyes de amnistía son leyes de final de una época política, se hacen siempre en un periodo preconstitucional, como pasó en España. Pero decir ahora que la solución es una ley de amnistía es decir, naturalmente, vamos a acabar con el régimen del 78. Es lógico que lo digan, pero yo digo otra cosa. A mí me parece que la Constitución, reformándola, puede dar aún mucho juego, porque es la que ha dado un periodo democrático más largo en nuestro país. La amnistía sería acabar con el sistema democrático actual.

¿Es favorable a una reforma del delito de sedición?

Me parece bien porque es un delito que no se ha tocado desde hace no sé cuantos años. Es un delito que está hecho y regulado pensando en la época política de los pronunciamientos militares y se tiene que retocar, establecer penas más razonables. Pero no quitarlo, porque defiende el orden político y constitucional. Sedición y rebelión siempre tendrá que haber en el Código Penal, lo que se tiene que pensar es en una sedición y rebelión de los tiempos actuales. Si se suprimiese, se produciría un 'efecto llamada': invitaría a que se hagan constantemente pronunciamientos en contra del orden constitucional, y eso no hay Estado que lo resista.

Josep Ramon Bosch: "Algunos hemos judicializado la política catalana. Ahora toca un 'reset'"

Lliga Democràtica pide el indulto para todos los condenados por el 'procés'. ¿En qué se fundamenta la petición?

Dadas las circunstancias, por la situación que vivimos en Catalunya, de un enfrentamiento no físico ni civil pero sí una división muy importante entre gente que piensa de una forma u de otra, el hecho de que haya estos políticos en la prisión no ayuda a lo que todos buscamos, que es desinflamar el 'procés' y pasar página cuanto antes. Entendemos que el Estado ya ha ganado, aplicando su ley y su fuerza, y que los presos llevan tres años en prisión y hay un dolor intenso entre una parte muy importante de la población catalana. Y aunque algunos, como yo, procedemos de un constitucionalismo muy claro, que incluso hemos judicializado la vida política catalana, creemos que tenemos que hacer un 'reset'. Y el 'reset' empieza por que estén en casa, por que no lo vuelvan a hacer, pese a las bravatas que suelen decir que lo volverán a hacer, y reconstruir Catalunya porque estamos en una situación de decadencia absoluta como sociedad, tanto civil como industrial, política y social. Y ante la pandemia sanitaria y la pandemia territorial que vivimos, creemos que es un buen momento para pasar página.

"Todos tenemos que reconocer errores y reconstruir una Catalunya en decadencia"

Usted reconoce haber judicializado la política en su etapa al frente de Societat Civil Catalana (SCC). ¿A qué se debe ahora este giro de guion?

No hablo en nombre de SCC, ya no formo parte de la junta. Y además, he sido duramente criticado por muchos miembros de SCC. Es cierto que ayudé a constituirla y la presidí en dos ocasiones. En todo caso, es cierto que cuando fui presidente presenté demandas y querellas contra algunos de los líderes del 'procés' en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya y en el Tribunal de Cuentas. Pero el 'procés', tal como lo conocemos, se ha acabado. Todos los líderes del separatismo reconocen privadamente que este camino de la independencia, tal como se ha planteado hasta ahora, no es factible. No ha habido ningún reconocimiento europeo, ha ocasionado una clara división de la sociedad catalana y no ha llegado al 50% del electorado. Por lo tanto, la vía unilateral no tiene ningún sentido. Lo que tenemos que hacer todos es reconocer los errores, ellos y nosotros, y reconstruir una Catalunya que, desgraciadamente, cae en una decadencia y que la negra noche que se vislumbra no es un sueño de una noche de verano, sino una cruda realidad. Ante eso, lo que toca es reconstruir, recapacitar, reencontrarnos y volver en un momento como en el año 77, cuando vino Tarradellas y fuimos capaces todos de encontrarnos.

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Hay voces dentro del constitucionalismo que critican las peticiones de indulto porque suponen una interferencia del poder ejecutivo sobre el poder judicial.

Particularmente he sido muy criticado, durísimamente, por gente del mundo constitucionalista, sobre todo desde fuera de Catalunya. Críticas muy duras y desagradables. Pero, por otro lado, también he recibido mensajes de gente muy alejada de Catalunya apoyando el indulto. Es la única medida que podíamos encontrar. Hay un consenso general en la sociedad catalana del 70% o 80% que queremos un 'reset' y el principal escollo en estos momentos son los presos. Algunos hemos hecho una reflexión larga: el Estado de derecho ha ganado de una forma clara e inapelable y ahora toca reconstruir. Es muy complicado explicar esta iniciativa, pero también es voluntad de los que somos constitucionalistas caminar todos juntos. Y en esta tarea dura, difícil e incomprendida por unos y otros, creemos que está la virtud. En el camino del miedo, en la centralidad.

"He recibido críticas muy duras y desagradables del mundo constitucionalista por pedir el indulto"

¿Lo piden de forma total o parcial?

No entramos en si tienen que ser solo indultados o también inhabilitados. Lo que queremos es, sobre todo, pasar página al 'procés' y reconstruir Catalunya, queremos ser capaces de mirarnos a la cara con los soberanistas y decir: 'tenemos la necesidad de caminar juntos'. No hay una fundamentación jurídica, porque el delito de sedición está muy claro y largamente explicado. En el fondo, el indulto es una gracia que da el Estado: hay un reconocimiento de que los presos han cumplido condena, ya no hay el peligro de que lo vuelvan repetir y por eso se les indulta. Siguen insistiendo y repitiendo que lo volverán a hacer y eso no ayuda, pero también saben que si lo vuelven a hacer, volverán a encontrarse con las mismas circunstancias: ante un Estado, unas leyes y una Europa que no dará apoyo a la vía unilateral.

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