Los Mossos, convencidos de que el clásico se jugará con normalidad

Despliegue policial en el Camp Nou.

Despliegue policial en el Camp Nou. / periodico

Guillem Sànchez / Barcelona

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Los Mossos d’Esquadra mantienen que el clásico entre el Barça y el Real Madrid podrá disputarse con normalidad el próximo miércoles 18 de diciembre a pesar de la amenaza del Tsunami Democràtic, que asegura haber logrado el compromiso de casi 20.000 personas para llevar a cabo acciones de protesta durante el partido. Fuentes policiales afirman que el objetivo del dispositivo, competencia exclusiva de los Mossos, se centrará en resolver el aspecto más delicado: asegurar la llegada de los jugadores de ambos cuadros y del equipo arbitral al estadio. 

Para lograrlo habrá un despliegue policial que blindará el trayecto que el bus del Real Madrid efectuará desde el hotel Sofía hasta el Camp Nou, un recorrido corto. El Barça, por su parte, puede decidir cómo decide garantizar la llegada de sus jugadores. Podría convocarlos horas antes del encuentro, haciendo que ya coman en las instalaciones, o citarlos en algún lugar cercano al Sofía y que lleguen también en autobús, como el Real Madrid, una decisión que todavía no está tomada. El bus de los blancos, el que los conducirá desde el hotel, no irá logotipado, como en ocasiones anteriores.

La policía catalana también estará pendiente de que los aficionados puedan acceder a sus localidades y que no existan cortes de manifestaciones que se lo impidan. También de que las protestas en el exterior del estadio, incluso si existen algunas de signo contrario, puedan desarrollares sin incidentes. 

Plan desconocido

El plan de Tsunami Democràtic sigue siendo una incógnita para los Mossos, que se temen que haya acciones tanto dentro como fuera del Camp Nou, pero no creen que ninguna de estas incluya una invasión del terreno de juego por razones lógicas: pisar el césped puede acarrear sanciones de 6.000 euros y la pérdida del carnet de socio por parte del infractor.

La seguridad en el exterior interior del Camp Nou es un asunto de los Mossos pero la del interior del estadio es del club. Esto implica que, aunque corresponde al Barça impedir una hipotética invasión del campo, la policía catalana sí dispondrá numerosos efectivos, también de paisano, entre las gradas que actuarían para resolver acciones que comprometieran el desarrollo del juego. 

El dispositivo exterior será parecido al de cada partido de los considerados de máximo riesgo que se han celebrado en los últimos años bajo la amenaza yihadista, que sigue siendo de nivel 4 sobre 5. Se activarán las unidades caninas y de subsuelo para revisar el espacio y numerosas unidades antidisturbios para pacificar las inmediaciones y efectuar controles a los asistentes y detecar posibles armas u objetos lanzables. El Grupo Especial de Intervención (GEI) estará de guardia en una zona próxima al Camp Nou. 

Las pancartas que los socios quieran introducir en el Camp Nou pasarán un filtro en la seguridad privada del estadio. Será el club, en cumplimiento de la ley del deporte, quien decida cuáles pueden entrar y cuáles se quedan fuera. Una pancarta con el lema 'Spain, sit and talk' no entra en contradicción con esta normativa. 

Según estas fuentes, la policía catalana no se ha planteado solicitar que se traslade a otro estadio sino que se focaliza en que pueda jugarse sin incidentes en el Camp Nou. Los Mossos aconsejan a los asistentes acudir al clásico con tanta antelación como les resulte posible para evitar embudos en los controles y desplazarse en Metro.