CITA CON LAS URNAS

JxCat, de nuevo en el alambre

La candidata Laura Borràs y el 'president', Quim Torra, en la reunión de Junts per Catalunya para analizar los resultados electorales del pasado 28 de abril.

La candidata Laura Borràs y el 'president', Quim Torra, en la reunión de Junts per Catalunya para analizar los resultados electorales del pasado 28 de abril. / periodico

Fidel Masreal

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Junts per Catalunya, la posconvergencia, de nuevo en el alambre. Tras las elecciones de abril en las que de nuevo tocó fondo en el Congreso, el heterogéneo espacio político de JxCat intentará evitar seguir cayendo en Madrid frente a una ERC que se sitúa al frente del independentismo con diferencia. 

El mensaje será el mismo que en primavera: el del independentismo que no dará sus votos a cambio de nada (como, según JxCat, ha hecho Esquerra), que exige implementar el resultado del referéndum y que se sitúa en el borde del espacio de la CUP denunciando la "represión" policial tras la sentencia del 'procés'. Un independentismo que hace bandera de la unidad pese a que ello suponga tensar al máximo las costuras ideológicas de este espacio político: Roger Español, candidato al Senado, defiende un día sí y otro también la dimisión del 'conseller' de Interior, Miquel Buch, que pertenece al mismo partido por el que él mismo se presenta.

JxCat afirma que defiende un abanico amplio de ideologías, pero es consciente de la necesidad urgente de ordenar el espacio y decidir quién manda: si la vía radical de la confrontación con el Estado que abandera el 'expresident' Carles Puigdemont, al que siguen fielmente candidatas como Laura BorràsMíriam Nogueras (número dos del PDECat) y Jaume Alonso-Cuevillas; o bien un regreso a la moderación y el diálogo como reclaman buena parte de los cuadros del PDEcat. Dado que esta dicotomía no está resuelta y no lo estará hasta pasadas las elecciones -con riesgo de ruptura incluido- por el momento manda el discurso más contundente que abandera Borràs, no sin incomodidades manifiestas de sectores del partido. Todo ello con reproches al principal rival, Esquerra, y con un presupuesto económico limitado. JxCat cruzará los dedos, pues, para no seguir cayendo.

Confrontación con el Estado

Para la campaña, JxCat esgrimirá de nuevo la figura de Puigdemont y la de los presos en Lledoners. Y centrará el mensaje en la necesidad de mantener la confrontación con el Estado al que descalifica. Pero frente a la posiblidad de perder votos en favor de la CUP, se mantendrá una parte del discurso basado en la necesidad de hacer política en Madrid y dialogar, siempre en defensa de los intereses de los catalanes.